Rip Your Heart Out – Hospin ft. Tech N9ne
Jamás he necesitado marcar en el calendario el día de San Valentín. ¿Para qué? Mi vida amorosa ha sido prácticamente inexistente. Tal vez, inexistente por completo. Así que dudo que alguien pueda culparme de haber pasado por alto que ayer era tal día. Cierto es que Fiona estuvo especialmente cariñosa y de buen humor, pero no se me pasó por la cabeza pensar que, tal vez, estaba ilusionada por el día de San Valentín.
Así que aquí estamos, haciendo cola en las taquillas para comprar las entradas de la película más cursi de la cartelera. Ella se aferra a mi brazo, emocionada y algo nerviosa, pues acaba de descubrir que un actor que le gusta es parte del casting. Mientras tanto, yo miro entre suspiros las largas colas que se forman en los puestos de palomitas. Necesitaré un cubo extra grande y un refresco con mucho hielo. Probablemente, aprovecharé el momento para comprar un par de chocolatinas.
—¿En qué piensas?
Bajo la mirada y veo los grandes ojos de Fiona llenos de curiosidad, mirándome a la espera de una respuesta.
—Eh... Pensaba en la película —miento—. ¿Crees que será buena?
Sonríe.
—¡Por supuesto! He visto tantas veces el tráiler que estoy... —Suelta un pequeño chillido de emoción.
Río.
—Pareces una adolescente —comento con humor.
Ella me saca la lengua y mira hacia el frente, sorprendida al ver que somos los siguientes. No me molesto en ponerme a su altura, cerca de la taquilla, pues es ella quien pide las entradas. Sin apartar la vista del puesto de palomitas, tanteo los bolsillos de mis pantalones en busca de la cartera. Tardo un rato en sacarla y bajo la mirada al abrirla, comprobando que he traído el dinero suficiente.
Saco mi parte del dinero para pagar mi entrada y, al subir la mirada, veo que Fiona las agita a la altura de mis ojos. Sonríe de oreja a oreja y da pequeños saltitos; toda una adolescente emocionada.
—¿Ya las tienes? No te he dado el dinero. —Alzo un par de billetes, sacándolos de la cartera.
—He pagado yo —dice sin perder la sonrisa, alegre.
Arqueo las cejas.
—Joder. Cuestan una pasta —comento, sintiéndome un poco culpable.
—Lo sé —su sonrisa cambia; una astuta, llena de prepotencia—. Tú pagas la comida y la bebida.
Frunzo los labios para reprimir una sonrisa y vuelvo a dejar el dinero en su sitio.
Nos apresuramos para llegar rápidamente a la gran fila que se forma en el puesto de palomitas y suspiro al ver toda la gente que tenemos delante. La pareja que tenemos delante también ha comprado entradas para la misma película que Fiona y yo. La chica la comenta con bastante ilusión y su novio le escucha con atención. De hecho, hasta parece estar interesado.
—Terry.
Me giro hacia Fiona, sintiendo un cosquilleo en el estómago, y la miro de forma interrogante.
—Vuelvo en un minuto —dice rápidamente y da media vuelta para acercarse prácticamente corriendo a la tienda de los dulces.
La gente se aglomera en la puerta, pero Fiona es escurridiza y consigue entrar la primera, colándose bajo un gigantón de metro noventa que la mira sorprendido. Parece una comadreja. Reprimo una sonrisa mientras veo cómo desaparece su cabecita poco a poco, corriendo en el interior del establecimiento.
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𝐅𝐢𝐨𝐧𝐚 © [F #1]
RomansLa vida puede ser una jodida perra contigo desde tu miserable infancia y seguir machacándote durante tu adolescencia y tú no podrás hacer nada para evitarlo. Eso te convertirá en un gilipollas con razones, pero a la gente eso no le importa. A nadie...