Capítulo 24

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44 More – Logic

La fiesta del Reed's tiene a todo el barrio alborotado. La gente baila por la calle de camino al local y algunos ya se tambalean, antes de vomitar en la calzada. Policeman de Eva Simons suena a todo volumen en el interior mientras las luces de colores lo iluminan todo de forma intermitente.

Ha sido una semana aburrida. El jueves y el viernes trabajé todo el día como un cabrón, al igual que Tyler. Para no tener nada de trabajo el fin de semana, decidimos adelantar las citas. Por suerte, los clientes estuvieron encantados de que pudiésemos recibirlos con mayor antelación. Camille no pudo visitarme a partir del miércoles y la extraño tanto que es a la primera persona que busco cuando llego a la barra, donde me esperan los demás.

Ella viste de forma sencilla. Lleva una camiseta muy ceñida de cuello alto, negra, unos vaqueros y unos Adidas blancos. Al verme, suelta su bebida y corre hasta mí para abrazarme con fuerza. A lo largo de los años, hemos escuchado centenares de veces que somos bastante exagerados y demasiado cariñosos entre nosotros. El problema es que la gente que lo dice nunca ha carecido de un hombro en el que apoyarse en los momentos difíciles, siempre han tenido a alguien a quien confiarle sus secretos y problemas. Podría decirse que es como una hermana para mí.

Besa con fuerza mi mejilla antes de soltarme. Los chicos me saludan haciendo un gesto con la cabeza. Joan está detrás de la barra, más maquilla de lo usual para ocultar su amoratado rostro, y sonríe al verme. Kelsey se encuentra bajo el brazo de Doug, con los brazos cruzados bajo su pecho me mira con seriedad. Baja la mirada, suspirando con un aire de tristeza inusual en ella. Doug parece distante, absorto en sus pensamientos. No hay espacio alguno entre ellos, pero es obvio que sus mentes se encuentran muy lejos de aquí.

Pero aquí falta gente.

Fiona y Candace no están por aquí. Al menos, yo no soy capaz de verlas. Tristan, quien está sentado en uno de los taburetes negros que hay en la barra, se dedica a beber mientras observa los movimientos de Joan. No sé si habrá conseguido encontrar a aquel tipo, pero estoy seguro de que no podrá separarse de ella mientras trabaje en un sitio como este.

—Al fin llegas, ¿no?

Doy media vuelta y, de repente, lo veo todo a cámara lenta.

Fiona está más despampanante que nunca. Su cabeza está llena de tirabuzones cobrizos, los cuales estoy deseando tocar y enredar mis dedos en ellos, y su vertiginoso cuerpo se ha enfundado en un pequeño trozo de tela negra que acaba de secarme la boca. Su mirada felina tiene un brillo de diversión que baja hasta sus labios rojos, que se curvan ligeramente hacia arriba. Jamás la he visto tan maquilla. Al igual que jamás la había deseado tanto como en este mismo instante.

Lleva una copa vacía en la mano y la agita con un suave movimiento de muñeca, provocando que el hielo que queda en ella dé vueltas en el interior del vaso. La rodaja de limón se ha quedado en el fondo, adherida al vidrio.

—No encontraba sitio para aparcar —consigo decir finalmente.

Sólo me doy cuenta de la presencia de Candace cuando Fiona la mira con complicidad. La rubia se ríe un poco, siendo tan dulce y cursi como de costumbre, y me sonríe con algo de timidez. Aún me resulta un poco incómodo verla.

No le devuelvo el gesto y concentro toda mi atención en Fiona. Ella alza su copa, dejando de agitarla.

—Vengo a por otra —me dice con la misma sonrisa—. Mi noche comenzó hace un buen rato.

—Ya veo —es lo único que puedo decir, luchando conmigo mismo para mirarla a los ojos.

Pasa por mi lado, rozando su cuerpo con el mío demasiado como para que sea un accidente, y se apoya en la barra para pedirle otra copa a Joan. Ella curva su cuerpo ligeramente, aún inclinada, levantando un poco su culo. Podría caer muerto ahora mismo y me importaría una puta mierda, pues ya he visto más de lo que mi miserable existencia hubiera imaginado.

𝐅𝐢𝐨𝐧𝐚 © [F #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora