𝐅𝐢𝐨𝐧𝐚 © [F #1]

Capítulo 26

Shit Hits The Fan – Obie Trice, Dr. Dre

—¿Ves como no era tan complicado?

—En serio, no necesito esta mierda en mi vida.

—¡Pero es entretenido! —Exclama con una sonrisa.

—Y superficial —bufo.

Ella hace un mohín, seguramente pensando una forma para convencerme de lo contrario.

—Podrías seguir a tus cant... raperos favoritos —dice, corrigiéndose al instante.

—Me interesa su música, no sus caras.

Suspira, recostándose en el puf.

—Háztelo, será divertido —me pide, haciendo pucheros—. Podríamos seguirnos.

¿Podría ver a Fiona cuando quisiera? Es decir, sus fotos, en las cuales saldrá jodidamente preciosa. Estoy tan ansioso que casi me siento como un pervertido. Mierda, no. Es demasiado buena para que alguien le haga algo tan sucio como cotillear sus fotos por puro morbo.

—¿Tienes público tu Instagram? —Pregunto, aunque creo que he gruñido.

Asiente, encogiéndose de hombros.

Oh, no.

—Eso es peligroso —farfullo, serio.

Pone los ojos en blanco.

—Tengo veinticuatro años, Terry. Mi vida no corre peligro por mi Instagram, ya soy mayorcita.

—Cada día ocurren cosas escalofriantes por culpa de jodidos psicópatas que son putamente enfermos. Me quedaría más tranquilo si lo tuvieses privado. Así, al menos, puedes controlar quién ve tus fotografías. —Le miro algo preocupado—. Es que pueden verlas sin que enteres. Si pones tu cuenta privada, me crearé una propia —intento negociar.

Ella abre los ojos, sorprendida, y asiente con la cabeza varias veces, cambiando su perfil a uno privado. No sé ni cómo se le pasa por la cabeza hacer algo así. Cada día veo en las noticias casos y casos de adolescentes o, simplemente, chicas de la edad de Fiona que han sido víctimas de algún loco por culpas del mal uso de las redes sociales. Puede permitir que le siga quien quiera, pero, al menos, de esta forma puede controlar quién puede acceder a su cuenta. La prueba de ello es su ex. ¿Cómo sabía que la encontraría aquí si es que a eso había venido? ¿Acaso Fiona había subido alguna foto previamente? ¿Y si él la había visto y así ha logrado localizarla? ¡Las redes sociales son terriblemente peligrosas!

Fiona y yo pasamos las horas en el despacho, recostados en los puffs mientras charlamos tranquilamente, echándonos unas risas. Ella me ofrece de su bebida varias veces, pero yo le aclaro que bebo alcohol en raras ocasiones. He encendido las luces de colores que ha colgado Joan en las paredes y varios carteles pequeños de neón, que eran parte del antiguo decorado del Reed's. La iluminación tenue no nos causa sueño alguno, al contrario de lo que había pensado, sino que aumenta nuestra tensión sexual. Sin embargo, mantenemos la distancia.

La química que hay entre nosotros es embriagadora. Podría pasarme el resto de mis días aquí encerrado, viéndola sonreír con coquetería mientras muerde la pajita de su cóctel. Juega con la sombrilla que le ha colocado Gwen en la copa y se la pone en el pelo, detrás de la oreja, pero termina cayéndose al suelo.

El tema de su exmarido aún ronda por mi cabeza. Llevo horas deseando preguntar por él, pero no me he atrevido. Lo último que quiero es tocar un tema demasiado espinoso. Cuando veo que baja la guardia y el alcohol amansa su carácter, preparo mentalmente las preguntas que quiero hacer.