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El sirvió frente a mi un plato de homelet, jugo de naranja y unos waffles. —Supongo que no desayunaste bien, adelante.

Mi mirada pasa de la comida a Jin, quién viste una camisa blanca remangada y unos pantalones de vestir —¿Cuántos años tienes?— pregunto sin pensar.

De pronto su mirada estuvo sobre mi y sonrió — Veinteseis, ¿No te gustan mayores?.

—¿De qué hablas?— pregunto apenado y comienzo a jugar con la comida —Solo eres tres años mayor que yo.

Entonces Jin ríe y toma asiento frente a mi. —Eres adorable cuando te sonrojas, jamás había visto a alguien tener las mejillas tan rojas por unas cuantas palabras.

Bajé la mirada evitando la suya pero sentía como si me desnudara con esos ojos azules, su mirar era tan fuerte y penetrante que me hacía sentir cohibido, lleve un poco del homelet a mi boca y la mezcla en los sabores fue exquisita —¿Te gusta?.

Alce la mirada cuando su voz sonó y asentí repetidas veces con la cabeza, era como un sentimiento de calidez me inundara al probar su comida
—Nunca imaginé que pudieses cocinar tan rico.

—Yo tampoco imaginé que fueses virgen— casi me atraganto con sus palabras.

De pronto jalo su silla hasta llegar a mi lado y ahueco su dedo índice en mi pómulo lleno de comida —¡No estamos hablando de eso!— ataque bebiendo jugo ya que sentía la comida atorada.

—Pero yo si. Olvídate de seguir vírgen después de nuestra noche de bodas— el dedo que tenía sobre mi mejilla se movió hacia la comisura de mis labios y con sutileza lo movió, entre abrí los labios sintiendo un escalofrío recorrer mi cuerpo y no pude apartar mis ojos de los suyos, sentía una tormenta en ese azul de sus pupilas pero a pesar de eso, me sentía en calma absoluta.

Cerré los ojos al pensar qué tal vez nuestro segundo beso se haría presente pero la puerta fue abierta de golpe y unas llaves caer nos hicieron separarnos.

—Oh, lo siento... No sabía que había visita— el joven de cabello naranja nos observó con una sonrisa. —Continúen.

Pero Jin se alejó de mi cruzándose de brazos —Hoseok, él es Jimin, mi prometido.

De inmediato hice una reverencia.
—M-mucho gusto.

—¿No te acuerdas de mí?, Solíamos hablar sobre flores en nuestros días de estudiante— Hoseok sonrió quitándose el abrigo y sin dejar de mirarme.

Entonces recordé cuando llegue a ese país extranjero y me sentía tan solo por qué no conocía a nadie y un chico rubio se acercó ayudándome a superar mi timidez, los días en la escuela se hicieron menos difíciles.
—¡Si!. Ahora lo recuerdo, gracias por ayudarme tanto en esos días.

De pronto el sonido de una puerta azotarse nos hizo voltear a ambos, Jin ya no estaba —No te preocupes, ese chico es muy celoso, seguro le enojó que no le prestaste más atención.

—N-no creo que pueda ponerse celoso por mi— murmuré y me senté de nuevo a intentar seguir comiendo.

Mientras Hoseok habla con Jimin decidí huir, es frustrante ver cómo Park se muestra tímido ante todos pero a pesar de eso le sonrió a Jung—A mi nunca me ha sonreído— entre dientes murmuro revolviendo mi cabello

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Mientras Hoseok habla con Jimin decidí huir, es frustrante ver cómo Park se muestra tímido ante todos pero a pesar de eso le sonrió a Jung—A mi nunca me ha sonreído— entre dientes murmuro revolviendo mi cabello.

Realmente no sé por qué lo traje a mi casa, fui a buscarlo y solo hice comida para él. Entonces mirarlo se me hizo divertido y escuchar que mi comida le gustó de cierta manera me hizo feliz pero verlo ser tan amable con Hoseok me causó desagrado.

—Hey, sal de ahí, tú prometido se ha quedado solo— rodé los ojos al tener a Hoseok hurgando el refrigerador.

—¿No estabas hablando con el?. Parecía que se divertían, a mi me aburrió— respondí encogiéndome de hombros.

Hoseok rió negando con la cabeza.
—¡Estás celoso!, ¡Si lo estás!

Lo fulmine con la mirada y salí notando que Jimin seguía sentado con esa expresión de tristeza en su rostro, ¿Por qué este sentimiento de querer protegerlo seguía aquí?.

—Jimin— hablé llamando su atención y el brincó asustado
—Chico torpe.

—No me llames así...— se queja y esas ganas por poseerlo me invaden. Debería no tener este tipo de pensamientos, una vez me sienta satisfecho lo dejaré ir.

Cuando el silencio nos invade, nuevamente la puerta suena, unos toques ligeramente desesperados suenan así que no me queda de otra y voy a ver de quién se trata. Mi ceño se frunce al ver de quién se trata.

Jungkook está ahí con un overol de mezclilla, con esa aura de inocencia fingida y siento mi estómago revolverse —Hola Jinnie— él sonríe de esa manera tan bonita.

Esa sonrisa tan bonita que me gustaba tanto.

—¿Qué quieres?— pregunto frívolo entonces Jimin se asoma curioso y su expresión cambia notar que es su hermano quién está aquí.

Cuando noto como Jungkook comienza a intimidar con su mirada a Jimin me colocó frente a él —¿Qué haces aquí, Jungkook?.

—No sabía que Jimin también visitaba tu departamento, cuánta confianza— gruñe molesto. —¿Recuerdas lo bien que la pasábamos aquí?

Suspiro antes sus palabras y tomo la mano de Jimin, a pesar de que Jungkook es menor siempre que está cerca, Jimin luce temeroso e inseguro y verdaderamente no me gusta que él se sienta así.

—Vengo en son de paz, solo quiero invitarlos a pasar el fin de semana en la cabaña de Namjoon— dice Jungkook, evidentemente enojado ya que no le seguí la corriente.

—¿Namie está de acuerdo?— pregunta de pronto Jimin e intento no flaquear ante ese apodo ridículo.

—Por supuesto. Solo queremos convivir con los futuros esposos— Jungkook sonríe y de un momento a otro besa mi mejilla muy cerca de mis labios.

Ese acto me hace sentir extraño.

Siento a Jimin tensarse pero no dice nada —¡Nos vemos!— Jungkook se da vuelta y se aleja sonriente.

—Tengo que irme— Jimin suelta mi mano y de inmediato desaparece de mi campo de vista.

No lo detengo por qué justo en este momento tengo tantos sentimientos encontrados.

¿Qué debería hacer?

Incluso Amándote. Puedo Enamorarme De Nuevo|JINMIN-JINKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora