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No podía creer que ya había pasado realmente medio mes desde que mis encuentros con Jin se volvieron costumbre, es decir, podía verlo cada noche y no cansarme.

—Jin, ¿Qué harás de comer hoy para mí?— pregunté subiendo mis piernas al sillón.

Él se acercó acariciando mis muslos y murmuró. —Lo que tú desees, amor.

—Te deseo a ti— susurré atrapando su labio inferior y tirando de él deje que su lengua tocase la comisura de mis labios. Era tan excitante besarnos por qué a pesar de saberme casi de memoria el sabor de su boca la necesitaba con urgencia, cada día al despertar y esto me estaba asustando demasiado. —Jin, ¿Podemos hacerlo de nuevo antes de irme?

—Pequeño glotón, ¿Acaso nunca te satisfaces?— bromeó sonriendo y volvió a la cocina.

Volví y lo hice de nuevo por qué pensé que este abrumador deseo se acabaría pero sin embargo estoy deseando más y más, esto no puede seguir así. De ninguna manera puedo necesitar más de Kim SeokJin, un hombre que no es de mi clase social y que no tiene nada para ofrecerme.

Tengo que pensar con claridad, allí afuera me espera un hombre sumamente rico y que está loco por mí pero simplemente no puedo dejar a Jin, alguien más obtendría las atenciones brindadas hacia mí y no quiero eso, al menos hasta mi boda podría aprovechar el tiempo al máximo y después simplemente diré adiós, NamJoon será mi esposo y con él lo tendré todo.

—Jungkookie, ve a cambiarte. Hace frío—oí la voz de Jin desde la cocina y con lentitud me moví hasta la habitación.

El olor a nuestras fragancias combinadas era maravilloso, me gustaba cómo encajabamos juntos. No, él solo es un capricho, un pasatiempo que pronto olvidaré.

Ahora que NamJoon y Jungkook estaban comprometidos, era usual el verlo por aquí pero aún así seguía siendo doloroso

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Ahora que NamJoon y Jungkook estaban comprometidos, era usual el verlo por aquí pero aún así seguía siendo doloroso.

—Te encantan las flores, ¿No es así?. Desde que tenías nueve comenzaste a amarlas— me encogí apretando la regadera en mis manos y asentí.

Él que NamJoon recordara estos simples detalles lo hacían más difícil, aún no podía aceptar del todo que no fuese yo el elegido para ser su esposo y eterno compañero —¿Crees que hay algo malo conmigo?— pregunté.

La confusión en el rostro de Namjoon era graciosa, él estaba intentando comprender a que me refería o tal vez buscar una respuesta que no me lastimase así que tome su silencio y reí sin ganas. —No necesitas poner esa expresión, chico torpe.

—Hey, soy tu mayor así que respétame— él sonrió mostrándome su hoyuelo y no pude enojarme por no recibir respuesta. Simplemente su sonrisa lo era todo para mí, si él era feliz, yo lo sería.

—Querido, Jungkook ha llegado— mi madre llegó emocionada y de inmediato me quedé solo.

La mirada de NamJoon se ilumina y su sonrisa se expande, sin lugar a dudas está perdidamente enamorado y eso no cambiara, los seguí con lentitud hasta llegar a la sala donde Jungkook estaba sirviéndose un vaso de agua.

—¡Amor!—exclamó Nam y se acercó de inmediato rodeando el cuerpo de mi hermano, de inmediato note el disgusto en el rostro de Jungkook.

Bajé la mirada apretando los labios, odiaba ver como mi hermano rechazaba a NamJoon y como este parecía no darse cuenta. —Hijo, deberías quedarte en casa para que cuando tú prometido venga de visita no te espere tanto— intervino mi madre, ella también se daba cuenta y no le convenía.

—Lo siento, el proyecto ya casi acaba además, Namie, ¿No te molesta verdad?— susurró Jungkook entrelazando sus dedos con los de NamJoon.

Y lo peor era que con eso ya tenía a sus pies a Nam, él negó sonrojado.
—Por supuesto que no, eres mi prometido no mi esclavo.

—¿Lo ves, mamá?— Jungkook brinco sonriendo y mejor me fui a mi habitación para no ver más su ridícula actuación.

Me tiré en mi cama tratando de no pensar en ellos, tenía que empezar a aceptar que su boda ya era un hecho. Me levanté de golpe al ver como Jungkook entro empujando la puerta con brusquedad.

—¿Q-que haces aquí?— pregunté molesto. —Vete con tu prometido.

Él sonrió sentándose en el borde de mi cama. —¿Estás celoso hermanito?

Lo miré enojado y entonces note la marca rojiza que sobresalía en su clavícula. —¿Estuviste con tu amante?, ¡Debes respetar a NamJoon!

—Pff, aún no estamos casados y realmente no creo que Namie sea tan ardiente en la cama como Jin— se burló Jungkook abrochando el botón abierto de su camisa.

Sin quererlo me sonroje al pensar en ese hombre, en el recuerdo que estuve sobre sus sábanas e incluso me vio en ropa interior. No podía estar pensando en estas cosas pero tal vez era inevitable, después de todo Jin es un hombre muy atractivo. ¿Él sabrá que mi hermano está comprometido?, Bah, seguramente, ambos son iguales y no les importa los sentimientos de los demás.

—Jimin, no debes decirle nada a Namjoon. Eso nos mandaría a la ruina total— dijo Jungkook y me tomo del mentón mirándome con desafío.

Me aleje de él devolviéndole la mirada —Solo eso les importa pero no diré nada, no quiero que NamJoon se decepcione de su primer amor, lo hago por él no por ti.

—Bien, como sea— sonrió y salió de mi habitación triunfante.

Así que buscaría a Jin y le pediría que deje en paz a mi hermano. Por qué conozco a Jungkook y él no lo hará, no hasta el día de la boda y eso podría complicar las cosas.

Incluso Amándote. Puedo Enamorarme De Nuevo|JINMIN-JINKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora