Capitulo 3

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Resaca Emocional

Estoy ebria. Muy ebria.

El sonido del florero que yacía en el esquinero de la entrada, junto a la puerta,  cayéndose,  anuncia mi entrada triunfal. Todos los pedacitos de aquel florero blanco están esparcidos por toda la entrada.

Sebastián, sale de mi habitación inspeccionándome de pies a cabeza. Ahora lo veo bien, él no tiene nada de parecido a Sergio.

-      ¡Andrea! ¡mira como vienes!- Casi grita caminando hasta donde me encuentro.

-      ¡Ay, ya! ¡No seas aguafiestas! ¿qué tú nunca te embriagaste?

-      Esto es muy diferente, tú eres una mujer….

-      No me salgas con machismos, que me sé defender.- logro contestar.- ¿Qué haces tú en mi casa?

-      Esperándote.- masculla enojado.- Ya me imaginaba algo así.

-      Eres peor que mi padre.

-      Soy tu novio, y eso no tiene nada que ver.

-      Lo sé…- Enredo mis manos en su cuello y comienzo a besarlo con pasión.- ¿me deseas?

-      No en estos momentos.

No desisto, lo vuelvo a besar con pasión para provocarlo. Tengo tantas ganas de esto…

-      ¿Me deseas o no?- Vuelvo a preguntar al sentir su erección en mi cadera.

-      Andrea por favor, mira como vienes.- Dice con voz ronca.

-      Esto es simple mi amor, ¿sí o no?

No me contesta; sólo me mira tratando de descifrar mis acciones, y cómo no tengo la respuesta que deseo, cierro la puerta detrás de mí, camino hasta la sala, pasándolo de largo. En un movimiento hábil tiro de mi vestido, sacándolo por la cabeza.

Me quedo en ropa interior: un sostén de media copa a base de encaje semitransparente color negro y una tanga a juego. No me quito los tacones. Lo volteo a ver y sus ojos ya se tornan oscuros y deseosos.

Camino vacilante hasta la habitación, y aunque choco con el tocador, no me caigo. Me tiro en la cama dispuesta a que Sebastián me folle, porque hoy no quiero hacer el amor, quiero follar.

Él está en la puerta de la habitación, me come con la mirada; se quita la camisa y camina hasta dónde me encuentro, se tira sobre de mí y comienza a besarme despacio.

No. No era esto lo que tenía en mente.

-      Sebastian…

-      ¿Qué?

-      No lo quiero así

-      ¿Así como?- besa mi cuello.- siempre te gusta así…

-      Pero hoy lo quiero diferente, quiero que seas un poco rudo, más salvaje.

-      ¿sado?- Dice sorprendido.

-      ¡No! Solo un poco más fuerte.

-      Andrea…- se separa de mí y su mirada tiene un poco de preocupación

-      No seas puritano y cógeme.

-      Estás demasiado ebria, el alcohol es el que habla. - Se sienta en la cama-

-      Y mi cuerpo es quien te lo pide.- digo parándome.

Me siento a horcajadas sobre él. Lo beso, caliente, provocante. Ahora soy yo quien toma el mando. De un aventón, lo acuesto en la cama y le quito el pijama.

Olvidarte es Imposible.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora