Capítulo 4

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Confrontaciones.

Flashback.

- Me das un latte con crema batida en la parte de arriba y chispas de chocolate... ¡Ah! y una Magdalena.- el chico escribe la orden en su libreta y antes de que se me olvide le digo - Sacarosa en vez de azúcar.

- ¿Algo más señorita?

- No, gracias.- le dedico una amable sonrisa al joven que me atiende en la cafetería pequeña, que está cerca de la universidad.

Pago mi desayuno y me doy prisa, tengo clase de sociología contemporánea y ese maestro es un dolor en el culo.

Salgo de ahí y cuando doy vuelta en la esquina, tropiezo de frente con el hombre mas guapo que alguna vez había visto en mi vida.

Las quemaduras de café quedaron en segundo plano al verlo a los ojos. Por un minuto siento como una electricidad que jamás había sentido recorre mi cuerpo. Es una locura, una sensación inmensa, de esas que jamás sientes de nuevo y de esas que te hacen saber que algo realmente extraordinario está por formarse. Algo titánico.

- ¡Perdoname! no te había visto salir, ¿no te has quemado?dice inspeccionando el desastre que ha hecho.

- No te preocupes, yo también iba distraída. - Veo de reojo el reloj que esta en la entrada d la cafetería y maldigo para mis adentros. No solo es tarde, si no que ya es tardisimo. Me muevo un poco para ver mi blusa que solía ser blanca y, estoy hecha un desastre. - ¡Mierda!, ya voy tarde y la maldita blusa está hecha un desastre.- mascullo dejando de lado a ese espécimen que me mira impacible.

- Si me permites te puedo comprar otro...

- ¿Qué? No... sólo tengo que irme ya. Disculpas de nuevo.

Y dejando de lado al hombre de hermosos ojos y semblante de modelo de revista, me voy sin desayunar a clase.

Llegué tarde. Por treinta y dos segundos. Y el maldito profesor no me dejó entrar. Así que decidí irme a la cafetería de nuevo, la próxima clase que tengo es dentro de cuatro horas. Eso de haber cursado todas las materias antes de tiempo, me dejaron prácticamente sin que hacer en mi último semestre.

Lo bueno es que ya tengo trabajo y' el periódico universitario me demanda una gran cantidad de tiempo. Con esto, pienso acumular puntos en el campo laboral.

Salgo de la cafetería para ir a la biblioteca en busca de una señal de internet, cuando lo veo por segunda vez. Se ha cambiado y bañado, se ve tan sexy.

- Hola.- me dedica una sonrisa que me baja las bragas y le regreso el gesto con una de mis mejores sonrisas.- Te invitó a desayunar. Me llamo Sergio. - extiende su mano a la mía y me derrito ante la electricidad.

Parece notarlo por que mira como nuestras manos se tocan y me suelta de inmediato. Paso por alto que lo hace cómo si yo tuviese sarna y le sonrío de nuevo.

- Lo siento, no creo que se posible Sergio. Tengo cosas que hacer. - me alejo de ahí lo antes posible, no quiero que vea que me ha afectado su actitud. ¿Qué me pasa?

Camino rápido con rumbo a la biblioteca y lo escucho hablar a lo lejos:- ¡¿Como te llamas?!

Volteo con chulería y una sonrisa: - ¡Andrea!

- Adiós Andy.- dice en voz normal, pero aun lo puedo escuchar.

Fin del flashback.

Después de haber ido a recoger a mi hermana de la casa de Sergio, decidí que nunca más volvería a sufrir por él, que no debe de molestarme en lo absoluto, por que yo tengo a un novio que es lo mejor del mundo.

Pero recuerdo que mi hermana se acostó con él y me da rabia. Ella y yo nos peleamos a lo grande; ella diciendo que no se acordaba de nada y yo, terca a que es una irresponsable y mal hermana.

Llevo más de una semana enojada con ella por su comportamiento y más que eso, por haberse acostado con mi ex.

Mi ex.

Mío.

Hoy es lunes, todas las historias importantes se dan a conocer en la primera plana de la revista del periódico y el evento que cubrí es algo así como una cosa súper genial.

- ¡Hola Elena! ¡Buenos días!- digo poniendo mis cosas sobre mi escritorio y encendiendo la computadora.

- Hola Andy, ¿qué tal tu fin de semana? - Contesta mi jefa, que es algo así como una cuarentona potente. Alta y de cabello oscuro.

Si supieras. Por un momento estoy tentada a decirle que me encontré con mi maniático  ex ¿novio? y que tuve una pelea con mi hermana por que se acostó con él.

- Normal. Fuimos a ese club con un pedante nombre francés y nos volvimos locas. ¿Y tú?

- Hijos, esposo y familia. Normal.

Las dos reímos y le entrego la nota y la reseña sobre el evento en el que me encontré a Sergio.

- ¿Sabes qué sería completamente asombroso?

- Ya te dije, me niego a posar para la primera página. - contesto con algo de humor.

- Graciosa- me dice a través de sus gafas - Lo que complementaria esto seria una entrevista a Mónica Allist.

Mierda. Me quedo callada ante el comentario, y cuando estoy dispuesta a decir que paso; Alexa, la tipa más odiosa en el planeta tierra y sus alrededores habla.

- Yo puedo conseguir esa entrevista Elena, conozco a una de las personas que llevaron a cabo la presentación de Mónica.

La odio, siempre se quiere quedar con mis historias y no se por qué. Además de querer lo que es mio, no puede soportar que Sebastián esté conmigo. Ellos fueron novios hace unos  años, cuando aun estábamos en la universidad, y se dejaron por problemas que sólo ellos saben; después del año que pasé con Sergio yo conocí a Sebastián y desde entonces estamos juntos.

- ¡¡Prefecto!! Entonces, Alexa...- dice mi jefa volteando a ver a aquella arpía de senos prominentes.

- No te preocupes Elena. Yo la hago, digo, yo cubrí el evento, y además su hermano es mi ex.

Ambas me miran con incredulidad. Sergio de Anda es todo un Don Juan hijo de puta. Así que ser una más de la lista, no es cualquier cosa. Sergio es uno de los hombres más guapos y prominentes en el mundo arquitectónico. Hace mucho que sale en periódicos como uno de los arquitectos que están poniendo en alto el nombre de nuestro país y en el ambiente en el que se mueve es todo una celebridad.

Las mujeres se mueren por él y nunca esta dos veces con la misma mujer. Lo que no saben, es que yo fui la excepción a la regla, la única que permaneció con él un año entero siendo exclusiva.

- ¡No te creo! Tú, ¿una del harén del arqui? vaya historia que tenemos aquí. - dice Alexa socarronamente y moviendo sus dedos en círculos. La mato.

- ¿Envidia? - le digo en un arranque de ira. Enserio que si un día me hace enojar lo suficiente, la voy a matar lenta y dolorosamente.

- ¿Ser desechada peor que a condón usado por ese? No, gracias. - ¿ Ya lo ven? tiene suerte de que Elena esté aquí.

- Como sea, Andy, si estas tan segura que puedes conseguir la entrevista, es tuya. Alexa, tu a la nota del exceso de cloro en los  parques acuáticos.

Alexa me mira casi matándome con la mirada y, debo decir que yo ya la he acribillado en mi imaginación al menos tres veces.

Voy a mi lugar y me pregunto ¿Qué carajo es lo que acabo de hacer? La intención de olvidarlo, se esta haciendo imposible.

Olvidarte es Imposible.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora