Capítulo 20

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Sigo demasiado ansiosa, y aunque creo que esta es una trampa, Max piensa que debo conseguir esta entrevista con Sergio. La verdad es que sé de antemano que me dará la entrevista pero, aparte de eso se querrá lucir y cautivarme. Se quiere acostar conmigo, la pregunta es ¿Por qué después de tanto tiempo?

El discurso ha terminado, la gente está disfrutando la velada y Max me tiene de la mano, lo cuál agradezco. Me aporta seguridad y mucha confianza. Sebastián y Alexa están algo cerca de nosotros, hablando con otras personas que, seguramente se hacen la misma pregunta que yo: ¿Que carajo hace una columnista de política y un productor musical aquí?  Pero las dudas, al menos las mías se disipan ciando veo que Sergio se acerca a ellos y los saluda como si fueran viejos amigos. Definitivamente no estoy loca, lo planeó.

Me sorprendo al ver que nuestras miradas se cruzan; él tiene en ceño fruncido y yo lo quiero fulminar. El estómago se me va a los pies cuando lo veo acercarse al grupo de personas con el que estamos platicando Max y yo. Trago saliva y le aprieto la mano a mi novio, esperando que note mi incomodidad. Pero no voltea, es hasta que ya le he hecho daño que me voltea a ver.

- ¿Estás bien Andy? ¿Que pasa?

Pero antes de que pueda contestarle, Sergio habla.

- Buenas noches caballeros- le extiende la mano a todos, Max incluido y luego prosigue:- Señorita...- toma mi mano y besa el dorso de ella, enviando escalofríos por todo mi cuerpo. No puede ser.

- Señor de Anda, me da gusto que sea usted y su empresa quien esté a cargo de este maravilloso proyecto. No podríamos tener una mejor noticia, pondrá en alto el nombre de este país, como desde hace tiempo no se hacía.

El tipo adulador fue minimizado por Sergio, al contestarle un sólo y lastimero: - Muchas gracias. - volteó de nuevo hasta donde mi mirada conectaba con la suya y dijo:- Me dijo el jefe de seguridad que me estaba buscando señorita Solíz.

Me paralicé por unos segundos, pero un apretón de Max bastó para regresarme a la realidad. - Sí, buscaba al organizador del evento, o al director del proyecto; que suerte que sea ambos señor de Anda.

- Dígame, ¿a qué debo el honor?

- Me gustaría que lo platicáramos en un lugar más privado, me temo que si lo divulgo delante de todos, ya no tendría ningún caso.

- Creo que esa es una estupenda idea.- tiene un brillo especial en los ojos, cosa que me da miedo. Sergio sabe como ser galante y un cabrón al mismo tiempo. Comienza a caminar y me dice: - Por aquí señorita Solíz.

Al fondo de la habitación hay una puerta, dónde seguramente querrá “platicar". No podré hacer esto sin Max presente, por lo que no lo suelto y lo jalo para que venga conmigo.

- ¿A dónde vamos?

- No sé, pero no quiero estar sola con él. Créeme cuando digo que no me fío de él, ni de mí. 

Max frunce el ceño, no sé si le molesta la situación o la confesión de que puedo ser débil ante Sergio.

Caminamos hasta el despacho, que tiene la puerta abierta, donde Sergio ya ha llegado antes que nosotros. Al vislumbrar el interior, lo primero que veo es a él, de frente a un ventanal enorme. Parece tan poderoso, con la ciudad rindiéndose a sus pies.

- Pensé que vendrías sola Andrea. - dice sin darse la vuelta y con las manos metidas en los bolsillos del pantalón.

- Pensaste mal.- contesto envalentonada.

Se da la media vuelta, y nos dedica una mirada desconcertada. No sabía que Max le podría causar conflicto.

- Max, él es el arquitecto Sergio de Anda. Un viejo amigo

Olvidarte es Imposible.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora