- ¡¡Ya llegamos otra vez!!- grita Lía al llegar a la casa, junto con Max.
Me levanto de la silla, dejando a un afectado Sergio en su lugar. Me asomo por el umbral y la veo con un enorme estuche rosa.
Arqueo una ceja hacia a Max y me dedica una sonrisa que me tranquiliza un poco más. Me abraza y me da un beso en la frente, para después analizar mi rostro.
- ¿Estas bien? - pregunta preocupado. - Sí... Sólo necesito un minuto.
Dirijo mi mirada a Lía. Ella es una nena hermosa... Hago cuentas mentales y no me sale, ella se ve de más años. O esta niña se ve grande o alguien me estuvo mintiendo.
Sin pensarlo, me siento con Lía para revisar que le compró Max.
- Lía, ¿Que te compró Max?
- ¡¡Este estuche!! ¡¿Verdad que es genial?!- lo abre y veo cantidades absurdas de maquillaje para niñas.- por que vamos a jugar a que yo lo maquillo para sus sesiones fotográficas.
Le dedico una sonrisa y sin perder tiempo, le hago la pregunta que me carcome el alma en estos momentos.
- Lía... ¿Cuantos años tienes?
- Voy a cumplir ocho en dos meses.
- Gracias Lía.
- De nada... ¿vas a ir a mi cumple?
- Haré lo posible.
Max esta desconcertado con mi reacción Regreso a el comedor con Sergio y lo veo sentado con la mirada al suelo.
- ¿Por qué me mientes? Lía tiene ocho años Sergio. Las cuentas no me salen. ¿Ya vas a ser honesto?
- Ella no es mi hija.
¡¿Que?!
- Entonces... No estoy entendiendo nada. Se parece a ti.
- Es solo suerte. Marcia también tiene los ojos verdes.
- Explicate Sergio.- necesito que lo haga, quiero la maldita verdad de una buena vez.
Hace una música de dolor, para analizar lo que dirá, y le toma un buen trago a la copa, hasta terminarsela. Con la mirada hacia el suelo , comienza su relato.
- Me hice esos análisis y, como te dije, tardaron meses. En esa época, cada que podía, pasaba tiempo con ella, como no sabía si ella era en verdad mi hija, traté de ser un padre para esta niña. No es difícil encariñarse de Lía. Cuándo llegaron los análisis, ella ya me decía papá, no la podía dejar así, de la nada sin padre. Yo crecí con un padre ausente, y no quería que ella se sintiera sola. Esta niña es mi hija, aunque se piense lo contrario. No me voy a arrepentir de nada de lo que he hecho con respecto a Lía, pero si me arrepiento de las cosas que no haré contigo.
No lo pueod evitar, tengo muchas dudas, muchas cosas sin resolver en mi mente, por eso decido hacerle la pregunta del millón:- ¿Y qué pasó con este año? ¿Por qué no me buscaste?
- El verdadero padre de Lía apreció. Marcia se enredó con un tipo de no sé dónde, alguien que es despreciable en todos los ámbitos. Reclamó a Lía como su hija. También pidió la prueba de paternidad. Amo a esa niña más que a nada, y sabía, que aunque Marcia quiso amarrarme con Lía, ella era mía, es mi hija. Después, toda la situación se puso tensa y extraña. Gregorio, el verdadero papá de la niña, no pasaba tiempo con ella. Solamente era un montaje por que Marcia tiene un fideicomiso a nombre de la niña. La que me ayudó a encontrar todo esta farza, fue Alexa.
>>Andy, yo te busqué. ¡Carajo, lo hice! Pero ya no trabajabas ahí. Alexa no me quiso decir nada de tu nuevo trabajo. Y antes de que piense que es una perra, resulta que me reclamó el haberte dejado ahí el día de la boda. Hasta yo mismo me arrepiento, pero la bomba había estallado, ese día me avisaron que Gregorio estaba buscando a mi hija.
>> Sé que todo esto es demasiado. Incluso para mí es demasiado. Tal vez, la vida nos tiene deparadas otras cosas, tal vez tu vida es al lado de Max. Soy consiente de las veces que he metido la pata, soy humano, también cometo errores. Con eso no me justifico, pero creo tener un punto a mi favor. Solamente te pido que no me saques de tu vida, esta vez, quiero estar presente, aunque no sea yo quien esté a tu lado.
En este momento todo lo que me ha dicho... Me abruma. No sé si creerle, no sé que pensar. Simplemente creo que nuestro tiempo ya terminó.
Sergio puede ser parte de mi vida, siempre lo será. El es de esos hombres a los que nunca podrás olvidar, nunca los podrás sacar de tu sistema y mucho menos de tu corazón. Pero un futuro con él es desconcertante, inseguro e improbable. Es un juego de azar.
Decidir es difícil.
Me levanto de la silla, al mismo tiempo que él. Por unos segundos nos miramos a los ojos, y algo en ellos me dice que todo lo que ha dicho, cada palabra y silaba, es verdad. No lo dudo más, y lo abrazo.
Dejo mi alma, mi tristeza y todos los sentimientos que hace tanto tiempo despertó en mi. También le agradezco, por que a pesar de todo, de tanto dolor y sufrimiento de ambos, me he convertido en una mujer fuerte, decidida; alguien que se quiere y valora más. Una persona que ya no depende de otra persona para ser feliz.
- Dime que me perdonas, necesito que lo hagas. Yo también quiero continuar.
Asiento con la cabeza pegada a su pecho y mis lágrimas pegándose a su suéter. Demonios, lo quiero en mi vida, pero lo quiero de un modo diferente, como un buen amigo.
- Supongo que esto es todo entre nosotros, ¿verdad? - Pregunta Sergio con voz apagada.
- ¿No has aprendido nada? Lo nuestro no se acaba nunca, somos como la materia. No se destruye, solo nos transformamos.
Minutos más tarde, nos soltamos y nos dirigimos a la sala. Ambos en silencio, entendiendo que nuestra relación ha cambiado.
Pequeñas risitas inundan la habitación, al encontrar el motivo me quedo con los ojos como platos. Max, con unas ligas acomodadas en colitas de colegiala, mal hechas. Pero es cuando voltea a vernos, que la risa es inevitable: sombra azúl eléctrico en todos los párpados y las cejas, labial rojo en toda la barbilla y unos círculos rosas en las mejillas.
- ¿Verdad que quedó guapo? - dice Lía con una sonrisa de oreja a oreja.
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Olvidarte es Imposible.
RomanceImagina esto por un momento: Un novio perfecto, una hermana adorable, una amiga incondicional y el trabajo que amas. Andrea tiene todo eso, pero solo Dios y ella saben que le falta algo, y ese algo se llama Sergio de Anda. Él, quien un día le rompi...