-¡Por fin llegamos a casa!- Max tira la maleta en el piso y se deja caer en el sillón, que está junto a la puerta. - ¡Hogar, tu dulce hogar!- da unas palmadas al sillón para que me siente. Lo hago y me atrae hasta su regazo, me da un beso en la cabeza.- Todo salió bien, ¿no? Tienes la entrevista, tendrás respuesta para poder seguir adelante y harás la entrevista más importante del año. ¡Ah! Y se me olvidaba, te amo.
- No sé que hubiera hecho si tú no hubieses ido conmigo. En menos de un año ya has hecho milagros en mi. Te amo.
- Me encanta como dices esas palabras.- nos quedamos en un cómodo silencio, para después comenzar a besarnos lentamente.
Me encantan los momentos románticos con Max. Él me encanta. Lo amo, mucho. Creo que olvidar a Sergio no es tan difícil, por que Max abarca toda una gama de posibilidades. Él es perfecto: guapo, trabajador, gracioso, y muy comprensivo. Sabía que para él, toda esta situación no era fácil, pero eso solo me dejaba ver lo grande de su corazón.
- ¿Comida china o pizza?- dice contra mi cabello.
- Quiero china y una cerveza. Por favor. - le doy un beso en la boca, y me deleito escuchando como pide la comida por su teléfono.- ¿sabías que eres sexy cuando hablas por teléfono?
- ¿Enserio?- contesta divertido.
- Sí. Mucho, ahora acaricia tu ego un poco con mis palabras.
- No lo dudes, lo hago todos los días.
Después de una agradable tarde tumbados en el sillón, viendo películas y comiendo comida china hasta reventar; nos quedamos dormidos con la ropa aún puesta y las piernas entrelazadas.
El ruido de mi despertador, me hace caer en razón del lugar en donde estoy. Aspiro el aroma del cuerpo de Max y creo que no puedo tener mejor lugar en el mundo mas que en sus brazos.
De mala gana, reviso la hora y me doy cuenta que él ya está tarde para la sesión fotográfica que tendrá a lo largo de esta semana.
- Max...- digo como un susurro y besando su oreja - ya despierta bello durmiente. Son las ocho y media.... A las diez tienes que estar en el estudio.
- Mmmm- cuela uno de sus brazos en mi cintura y me acorrala en la cama, para quedar debajo de su cuerpo. - Buenos días periodista. ¿Sabías que en las mañanas luces completamente sexy?
- ¿Si? ¿Enserio? - contesto con una sonrisa.
- Sí, eres la mujer más linda del mundo cuando despiertas. Lástima que tenga que ir a trabajar y ya valla tarde, si no, te haría el amor como poseso.
Me da un beso, de esos que te quitan el aliento, después se levanta y estira el cuerpo con un grito de satisfacción. Se agacha para recoger sus zapatos y ponérselos, después me da un beso.
- Te amo periodista. Nunca lo olvides. - me guiña el ojo y se va.
Vuelvo a meterme en las cobijas y duermo un poco más. Entro a trabajar más tarde, por lo que tengo tiempo de sobra y honestamente tengo mucha pereza.
A la una de la tarde, ya me encuentro rumbo al trabajo, le mando un mensaje d texto a Max, diciéndole que tal vez me quede hasta tarde para afinar cosas de la entrevista a Sergio. Su respuesta es:
" Si te preguntan, diles que lo convenciste al instante que lo llamaste hijo de puta."
Amo su sentido del humor, algo agrio en algunas ocasiones, sarcástico y muy relajado. Es su capacidad de restarle importancia a todo, lo que me hace sentirme cuerda. Al llegar a la oficina, le escribo un mensaje:
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Olvidarte es Imposible.
RomanceImagina esto por un momento: Un novio perfecto, una hermana adorable, una amiga incondicional y el trabajo que amas. Andrea tiene todo eso, pero solo Dios y ella saben que le falta algo, y ese algo se llama Sergio de Anda. Él, quien un día le rompi...