Capítulo 37

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Los preparativos para el cumpleaños de Lía, salieron todos muy bien. Habría un DJ, juegos para niñas de maquillaje y disfraces, así como un pequeño circuito de carreras en la parte trasera de la casa. El pastel es hermoso y los cientos de juegos que se han instalado en el patio, son una locura.

Debo admitirlo, Sara es buena en lo que hace. Pero aún así, la odio. Y sólo he odiado a dos personas en toda mi vida: Alexa y a Rosa.

La primera, ya ni siquiera me cae mal, la otra ya ha muerto. Lo que deja un gran espacio de odio en mi interior reservado exclusivamente para Sara.

Lía, se ha puesto de mi lado. Cuando le pregunté muy sigilosamente si conoció a alguna novia de su papá, me dijo que solo a una mujer guapa, pero que su voz le molestaba en los oídos.

No habló de más mujeres, solo de ella. Y tampoco fuese que hablara cosas favorecedoras de Sara.

Ya que hoy es la fiesta, y cómo se que la tipeja esta, estará todo el maldito día en mi casa; decidí vestir elegante, pero sexy al mismo tiempo. Es decir, algo apropiado.

Por eso la semana pasada, Lía y yo tuvimos tiempo de chicas. Cuando salí de trabajar, fui a su escuela, y de ahí a las tiendas.

Nos hicimos manicure y cortes nuevos de cabello. Ahí fue cuando me di cuenta que Lía es una loca de la moda.

En cuanto entramos a l primer tienda, supo que me favorecía y que no, al igual que todos los diseñadores, colecciones y tendencias. Fue impresionante.

Para ella, compramos un jumper de short floreado, junto con un chaleco de mezclilla. Y para mí, un bonito vestido color crema, que llega un poco más arriba de la rodilla, con estampado de flores amarillas, rojas y verdes.

Para los zapatos, Lía quiso unos converse de mezclilla y yo compré unas zapatillas de tacón corrido verdes y amarillas. Son hermosas.

Todo fue escogido por Lía, y debo decir que esta niña, si decide dedicarse a esto de la moda, será más que exitosa.

Ahora mismo, ella se está bañando, yo ya lo he hecho, pero sigo en bata. Sergio ha ido unas horas a su trabajo, por lo que llegará acá más tarde.

Toco la puerta de la habitación de Lía, y ella abre de inmediato.

- ¡¡Mira lo hermosa que te ves!!- le digo, inspeccionando todo su cuerpo.- ¡¡pareces una señorita!!

- ¿ Te gusta? ¿No es muy corto el short?

La verdad es que si lo es, pero se ve muy linda, además es muy delgada, y le queda muy bien.

- Si es corto, no te voy a mentir; pero aún así, te ves hermosa.

- Si mi papá me dice algo...

- Yo hablo con él, además tu padre organizó toso este circo. Que soporte que su hija parece ya todo una señorita.

Ella sonríe y me abraza. Amo a esta niña. Tanto como si fuese mía. - Andy... Quiero que tú seas mi mamá. No quiero que te vallas nunca.

- Hermosa... No me voy a ir tan fácil, a menos que tu padre me aleje; y no creó que eso pase.- le beso la cabeza.- además, aún que eso pase, tú y yo seremos siempre amigas y confidentes.

Me abraza más fuerte. Amo a esta niña, tanto... Max también la quería mucho, y su padre ni qué decir. Habría vendido su alma al diablo, con tal de que su hija viviera.

El momento solo se ve afectado por una voz chillona y fastidiosa.

- ¡¡ Liiiiaaaa!!- grita Sara desde la sala.- ! Ven aquí, te voy a dar tu regalo de una vez!

Olvidarte es Imposible.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora