La llamada.
El teléfono lo tengo en las manos y he estado al menos cinco veces repitiendome que todo estará bien, que ya nada me puede afectar. ¡Si, claro!
Respiro de nuevo por la nariz, exhalo por la boca y comienzo a marcar el numero. Dos tonos mas tarde:
- Sergio de Anda...
- Humm... si, hola... yo...
- ¿Andy?
- Sí, soy yo. Solo te hablaba para pedirte un gran favor.
- Esta si que es una gran sorpresa,- su tono de voz lo denota, pero se esfuma cuando su lado arrogante aparece- Dime ¿ exactamente, de que tipo de favor hablamos?
- Bueno, tu me dijiste que tu hermana es Mónica Allist. ¿cierto?
- Eso es verdad.
- Bueno, entonces tan solo por haberte acostado con mi hermana que aun está casada, me debes algo.
- ¿Y Mónica que tiene que ver con esto?
- Quiero que me de un a entrevista. Y si tu me ayudas a obtenerla, cree me que desistire de cortarte los huevos en cuanto te vea.
- Bueno, señorita agresividad, y ¿cree que con esas amenazas yo le diré algo a mi hermana? Mmmm... Nop, no cuentes con ello. ¡Vamos Andy, eres más inteligente que eso! Dame algo a cambio.
La maldita confianza desbordada que exhala este hombre hasta por teléfono, me abruma y me emociona. Me provoca querer besarlo hasta que me quede sin ganas y después matarlo.
- Y según tú ¿cual sería un trato justo?
- Una cena. Solos tú y yo; como en los viejos tiempos.
- En los viejos tiempos tu yo terminábamos con sexo, bueno amigo, eso no pasará, tengo novio ahora, ¿recuerdas?
- Si, bueno, no me vuelvo loco al recordarlo- Mi dios, esta es una revelación, está celoso.- Pero por extraño que parezca, solo quiero una agradable cena de amigos. Solo tú y yo. Mañana a las 8.
FLASHBACK
- Hola...
- ¿ Qué haces aquí?
- Bueno, tú dijiste que estarías ocupada, así que yo pensé que a esta hora ya deberías de estar hambrienta. A demás te debo un desayuno.
Encontrarlo de nuevo a las afueras de la universidad si que es una sorpresa. Pensé que ya no le vería de nuevo. Además el hombre tiene razón, me debe un desayuno y por llenarme de cosas por hacer (como siempre) no he comido nada.
- ¿Entonces?
- No lo sé... ¿como sé que no me vas a secuestrar o algo así?
- Creeme cuando digo que no haré nada que no quieras. - La promesa en su voz me hace temblar completamente.
- Bueno... entonces quiero pasta. En mi apartamento. - Ahí me siento mas segura, además también está Jazz. Ella me cuidará de no hacer algo estúpido.
- Pasta. Listo. Tu apartamento, listo.- abre la puerta del pasajero en su coche y me hace una reverencia para que pase- ¿Alguna otra cosa señorita?
- Se lo haré saber mas tarde señor.
Nos subimos a su auto, puso en marcha el motor. En silencio nos dirigimos a mi apartamento y solo su llamada a un restaurante corta el agradable momento.
- Es aquí. - digo señalando la pequeña casa de interés social en la que vivimos.
- ¿Aquí?- me ve con preocupación y de nuevo dirige la mirada a la casa - ¿enserio?
- Si. - contesto algo molesta- Soy estudiante universitaria, ¿esperabas un palacio?
- No... pero...bueno...
- Si quieres pasar, la invitación está en pie. No tengo sarna, rabia o pulgas. Gracias por el aventón.
Salgo de su auto enojada. La cara de horror me deja mas que claro cuales son sus sentimientos. Me caen gordos los elitistas.
Saco las llaves y abro la puerta de color blanco. No he tenido el dinero para comprar un numero decente a la puerta por lo que el numero pintado muestra el #1304.
A pesar de ser un lugar pequeño, es acogedor. La casa solo tiene dos habitaciones, un baño completo y una cocina pequeña. El espacio designado para la sala consta de dos sillones pequeños y varios almohadones hechos por nosotras; todos acomodados en una esquina. La televisión es grande, pero la compramos en rebaja.
La mesa de lo que es el comedor es de madera y cristal, un regalo amable por parte de la abuela de Jazz, y no tenemos sillas, solo unos bancos de madera. Un trastero estilo abuelita nos sirve de alacena también. A pesar de ser pequeño, es lindo y acogedor, además siempre está limpio. Jazz se vuelve loca si ve algo desordenado o sucio.
Cuando entro y dejo mis cosas sobre la mesa, la puerta suena. Espero que sea el repartidor y me doy una patada mental, por que seguro, Sergio ya se ha ido. ¿Como voy a pagar la elegante pasta italiana que el pidió?
Abro la puerta y ahí está el. Parado con cara de arrepentimiento en la puerta de mi casa. Suspiro, es inevitable.
- Perdón. - Agita las bolsas en sus manos- ¿Pasta?
Findel flashback
- Andy, ¿sigues en la linea?
- Sí, lo siento. Bueno, una cena de amigos. Solo una y en donde yo diga.
- Como en los viejos tiempos. ¿Pasta?
Sonrío. Me sorprende que ahora de verdad se acuerde, lo que quiere decir que siempre lo hizo, lo cual me enfurece.
- No, ahora quiero salmón.
- Salmón, anotado. Y vino...
- Blanco, por supuesto.
- Anotado; por cierto, Andy , si tu eliges el lugar, y la comida, yo elijo el postre.
Cuelga. El maldito me cuelga y yo me quedo viendo a la bocina como tonta. Por dios, si que estoy bien jodida, aún lo amo.
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Olvidarte es Imposible.
RomanceImagina esto por un momento: Un novio perfecto, una hermana adorable, una amiga incondicional y el trabajo que amas. Andrea tiene todo eso, pero solo Dios y ella saben que le falta algo, y ese algo se llama Sergio de Anda. Él, quien un día le rompi...