DIA 13 (parte 3)

312 15 0
                                    

Aitana y Cepeda siguen durmiendo.

MIREYA: (Llama a la puerta) ¿Puedo pasar? (Silencio) ¡Aitana! (Aitana y Cepeda se despiertan, aunque no reconocen la voz del que grita)

CEPEDA: (Bajito para que no se oiga nada desde fuera) ¿Qué hago?

AITANA: ¡Al vestidor! (Cepeda entra corriendo en el vestidor y cierra la puerta)

MIREYA: ¿Aitana? ¿Estás aquí?

Aitana le abre la puerta y ve a Mireya con las muletas.

AITANA: ¿Qué te ha pasado en la pierna?

MIREYA: Raoul me llevó a un sitio y me caí. (Se sienta en la cama de Aitana, y Aitana vuelve a cerrar la puerta)

AITANA: ¿Ya estáis saliendo?

MIREYA: ¡No, claro que no! ¿Estabas durmiendo?

AITANA: Si, ¿Por qué has venido?

MIREYA: ¿Esta Cepeda contigo?

AITANA: (Nerviosa) No, ¿Por qué?

MIREYA: No está en ningún lado y Joao lo está buscando. (A Aitana le cambia la cara)

AITANA: ¿Enserio? ¿Pero qué hora es?

MIREYA: Las 3 del mediodía. ¿Está aquí, verdad?

AITANA: ¡Luis! Sal, es Mireya. (Luis sale del vestidor)

CEPEDA: Buenos días Mireya (le da un beso en la mejilla). Buenos días preciosa (besa a Aitana).

AITANA: Buenos días. Son las 3 del mediodía y mi hermano te está buscando.

CEPEDA: Voy a cambiarme.

AITANA: Vale. Hasta luego guapo (Lo abraza por el cuello y lo besa).

CEPEDA: ¿Me esperáis para comer?

AITANA: Dentro de media hora en el comedor. (Cepeda vuelve a besarla)

MIREYA: Me siento Lumiére.

AITANA: (Se separa) Perdón...

CEPEDA: No voy a poder besarla hasta de aquí a mucho rato. Déjame disfrutarla. (Hace carita de pena, y vuelve a besar a Aitana) Ahora si (beso) Ya me voy (le da un pico) Adiós Mireya (se va)

AITANA: Es tan mono.

MIREYA: Pues sí. Se le cae la baba al verte. Ojala yo tuviera a alguien así.

AITANA: Puedes tenerlo.

MIREYA: No. O sí. No lo sé, me confunde demasiado.

AITANA: Habla con él.

MIREYA: No conseguiría nada. Sus ligues no duran más de una semana y yo no quiero sufrir.

AITANA: Pero a ti no te ve como al resto de sus ligues. Vi cómo miraba a Nerea y a Miriam cuando salieron, y ya se veía que a ellas no las quería. Pero a ti te mira diferente. A veces se queda embobado mirándote, y aunque intenta molestarte, hace lo que puede para hacerte sonreír. Le gustas, mucho. Hasta me atrevería a decir que se ha enamorado de ti.

MIREYA: ¡Pero qué dices!

AITANA: Que sí, que eso lo noto. Mi instinto nunca falla.

MIREYA: Nunca digas nunca. Piensas eso porque de tanto amor que hay en tu vida, ahora ves amor dónde no hay. Y hablando de tu vida amorosa, ¿Qué ha pasado esta noche?

AITANA: Nada, hemos dormido.

MIREYA: ¿Solo eso?

AITANA: Si, sabes que te lo voy a contar. Llegamos a las 3 y teníamos sueño.

MIREYA: Vale.

AITANA: ¿Vamos a comer? Luis nos estará esperando ya.

MIREYA: Yo he comido antes, pero baja tú, tus padres se han ido y el resto están haciendo la siesta, así que podéis hablar sin preocuparos. Pero no lo beses por si acaso.

AITANA: Nono, tranquila. Gracias amiga.

Salen de la habitación y Aitana baja al comedor, dónde Luis ya está sentado en la mesa comiendo.

AITANA: Thalía, ¿qué hay para comer?

THALÍA: Judías verdes y bacalao.

AITANA: Vale...

THALÍA: Sé que no te gusta, pero es el menú.

AITANA: Tranquila.

THALÍA: Aquí tienes los 2 platos. (Los deja encima de la isleta y se va, dejando a Aitana y Cepeda solos. Aitana coge los platos)

AITANA: Oye, ¿y cómo es que tú no comes judías?

CEPEDA: A mí no me hacen la comida, y tengo que cocinar yo.

AITANA: ¿Enserio? Pues que suerte...

CEPEDA: ¿A la niña pequeña no le gustan las judías?

AITANA: (Pone voz y cara de bebe) Ni el bacalao. ¿Puedes cambiarme la comida?

CEPEDA: A mí tampoco me gusta...

AITANA: (Sigue con voz de bebe) Por favor (hace un puchero).

CEPEDA: ¿Lo compartimos?

AITANA: ¡Sí! Gracias, te quiero. (Lo abraza y le da un beso en la mejilla)

CEPEDA: ¿Cómo te iba a decir que no, con lo mona que eres?

AITANA: Lo sé, esa carita es irresistible. (Se ríe y coge un trozo de la tortilla de patatas que Cepeda tiene en el plato) Mmm, esta buenísima. Creo que les voy a decir a mis padres que te contraten como cocinero.

CEPEDA: ¿Y dejar de ir detrás de ti durante todo el día?

AITANA: Vas a mi lado.

CEPEDA: Que si pesada.

AITANA: Oye, ¿Qué quería mi hermano?

CEPEDA: Nada, solo saber dónde estaba. Le he dicho que estaba en el balcón de la habitación, pero que no me he dado cuenta cuando ha entrado.

AITANA: Vale. (Siguen comiendo) Te echo de menos.

CEPEDA: Me tienes delante...

AITANA: Pero no puedo besarte.

CEPEDA: Prueba.

AITANA: Puede bajar mi hermano.

CEPEDA: Pues espérame luego en tu habitación.

AITANA: (Se muerde el labio) Vale. (Se acaba la tortilla de patatas) Bueno, yo ya he terminado. Creo que voy a subir ya.

CEPEDA: ¿Enserio? ¿Te comes mi tortilla, y ahora me dejarás aquí, solo con las judías y el bacalao?

AITANA: Te quiero (Se levanta y le da un pico rápido) (Mientras sube corriendo) Te espero en mi habitación.

Yo nunca nuncaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora