DIA 14 (parte 2)

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Mireya se despierta abrazada a Raoul.

MIREYA: Raoul (despertándolo) ¡Raoul! ¿Qué haces aquí?

RAOUL: Buenos días princesa.

MIREYA: (Muy nerviosa) ¿Qué haces aquí? ¿Qué pasó anoche? ¿Nos acostamos?

RAOUL: ¿Enserio me crees capaz de acostarme contigo estando borracha?

MIREYA: Pues no lo sé, porque me he levantado en braguitas, con tu camiseta, y abrazada a ti.

Raoul se lo cuenta todo.

MIREYA: Dios, que vergüenza. Dime que aún estoy durmiendo, por favor.

RAOUL: ¿Acostumbro a salir en tus sueños?

MIREYA: Si sales tu son pesadillas.

RAOUL: Ya no tienes por qué fingir más princesa, ya sé que estas enamorada de mí.

MIREYA: (Empieza a reír a carcajadas) ¿De dónde has sacado esta tontería tan grande?

RAOUL: Me lo dijiste tú. Los borrachos no mienten.

MIREYA: No sabía lo que decía.

RAOUL: Ya veo lo que pasa.

MIREYA: ¿Qué?

RAOUL: Pues pasa que ni tú sabes lo que sientes. Pero ahora yo si lo sé. Y puedes estar tranquila porque yo siento lo mismo.

MIREYA: No voy a caer en tus trampas.

RAOUL: Ya has caído princesa, acéptalo de una vez.

MIREYA: Ya te gustaría a ti.

RAOUL: Pues sí, me gustaría.

MIREYA: ¿Puedes irte ya de mi habitación?

RAOUL: Tienes mi camiseta.

MIREYA: Voy a cambiarme. ¿Y mis muletas?

RAOUL: Las dejé en el salón. Voy a buscarlas.

MIREYA: Date prisa.

Raoul vuelve con las muletas. Mireya las coge y entra en el vestidor.

RAOUL: Aún no me has dado las gracias.

MIREYA: (Dentro del vestidor) ¿Por qué?

RAOUL: Por todo lo que hice ayer: Preocuparme por ti, contenerme y no hacer lo que tu pedías, llevarte hasta casa en brazos mientras tú me dabas patadas, aguantarte mientras llorabas, dejarte mi camiseta y quedarme a dormir contigo, y ahora por traerte las muletas...

MIREYA: Muchas gracias (Sale del vestidor y le da la camiseta).

RAOUL: De nada. (Los dos se quedan mirando y se acercan hasta darse un dulce beso)

MIREYA: (Se separa del beso) Será mejor que te vayas.

RAOUL: (Yendo hacia la puerta) Hasta luego princesa.

MIREYA: Hasta nunca paparra.

RAOUL: Vas a contar los segundos que te quedan para volver a verme. Y lo sabes princesita. (Cierra la puerta)

MIREYA: (Grita) ¡Deja ya de llamarme así!

RAOUL: Eso nunca.

MIREYA: ¡Eres insoportable!

Los dos sonríen, uno a cada lado de la puerta.

Yo nunca nuncaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora