CAPITULO 2 REENCUENTRO

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Viernes 18 de septiembre

Narra Natalia

Me desperté sobrexcitada por el mal sueño que tuve, me puse mi sudadera blanca y salí hacia el salón, Marta estaba ya desayunando ya que hoy tenía a primera hora clase...

Natalia: ¡Buenos días!

Marta engulle el cruasán que se está comiendo y contesta a Natalia, casi aun con la boca llena.

Marta: ¡Buenos días! ¿Qué pronto hoy?

Natalia: Me toca turno de mañana.

 Marta: Ya, ya pero aun así son las siete y media, hasta las nueve y media que abras.

Natalia: He tenido una pesadilla.

Marta: ¡Buah! ¡Buah! Si te cuento la mía flipas tía, porque era como…

La tuve cortar, si la dejo un segundo más me cuenta un peliculón.

Natalia: Ya, ya está ya me contaras…

Marta se calla y la mira.

Marta: ¿Estas nerviosa no?

Natalia: Si, bastante, verla después de tantos meses, no sé.

Marta: Bueno tú tranquila el tiempo cura todo, seguro que volvéis aunque sea como amigas.

¿Amigas? No yo no quería su amistad yo quería que aceptara mi perdón y sobre todo, la quería a ella, necesitaba estar con ella, hace ocho putos meses que apenas salgo, no quiero conocer a nadie y me encerrado en mi, en mi mundo de composición en mis letras y lo mejor es que en todas ellas hablaba de Alba.

Ese día me fui a trabajar como si fuera otro cualquiera, pero no lo era, esa noche la vería de nuevo, vería sus ojos, esos ojos de color miel tan grandes y tan bonitos, para mi tenía los ojos más bonito del mundo.

El simple hecho de saber que volvería a verla, me hacia ponerme blanda, frágil, sensible, y esas sensaciones pensé que no volvería a vivirlas, no me gusta sentirme tan vulnerable, pero así me hace sentir ella, bueno así creía que me hacía sentir, porque las cosas, no es como uno se las imagina y no todo iba ser tan bueno.

Natalia, Marta y María esperan la llegada de Alba, Natalia sentada en un sillón azul, no dejaba de mover la pierna muy rápido.

Marta no dejaba ni un canal puesto en la televisión, cambiaba al ritmo de la pierna de Natalia, María daba vueltas por la casa pero más lenta, no estaba tan nerviosa…

Y por fin sonó el timbre de abajo, Marta me miro y sonrió, María fue hacia el telefonillo.

María: ¿Si? ¡Qué ilu! Te abro.

Vivíamos en un tercero con ascensor así que si llevaba equipaje o algo subiría por ascensor, María no se movió de la puerta, yo de los nervios me quise meter en la habitación pero Marta se puso en medio cuando me iba ir.

Marta: ¿Dónde vas?

Natalia: A mi cuarto, no quiero verla.

Marta: (Susurra) ¿Qué hablamos?

Natalia: ¿Por qué susurras?

Marta: (Susurra) Ya sabes cómo es la Mari, así que no digas nada, y tú te quedas.

Me agarro y me volvió a sentar en el sofá de tres plazas.

Marta: Te quedas aquí, tranquilita.

ESTE AMOR NADIE LO TOCADonde viven las historias. Descúbrelo ahora