Porque las cosas perfectas pueden romperse de un minuto al otro, ¿cómo es capaz la obsesión de destruir un amor? ¿Cómo reconstruir la verdad? ¿Cómo avanzar si ya no tienes quién te daba las alas para volar? El destino vuelve a cruzarse ante tus pies...
Agarradas de la mano ella en ventanilla completamente echada en mi hombro, me di cuenta que este era mi lugar, ella era mi hogar y siempre iba ser así, estábamos a punto de llegar, ella se movió para incorporarse del asiento, me miró.
Natalia: ¿Que pasa amor?
Alba: Que me estoy imaginando la cara de mi madre cuando te vea llegar, eras su ojito derecho
Natalia: No es para tanto
Alba: Claro que sí churri eres para mucho más.
En ese momento la chica del altavoz decía que la próxima parada iba ser la nuestra.
Narra Natalia
Alba la veía feliz mirando Elche desde la ventana del taxi, nos paramos enfrente del edificio que vivía con su madre y hermana antes de irse a Madrid, era el mismo así que ya lo conocía. Ella vivía en el tercero B de bonita, cogí mi maleta la guitarra y ella su maleta.
Alba: Ya verás que ilusión.
Su madre sabía que vendría pero no el día, cuando el ascensor nos dejo en el tercero, ella llamo al timbre.
Natalia: ¿Nerviosa?
Alba: No, tu estas mas.
Cuando su madre abrió la puerta y la vio, sus gritos fueron escucharos en Portugal por lo menos, la beso y la abrazo, las Reches que son unas mega cariñosas. Me miro sonrió, y después me dio un abrazo también lleno de amor, nos invito a pasar. Alba estaba feliz y yo con ella.
Narra Alba
Los días en Elche se pasaron volando, ya llevamos tres cuatro días, por la tarde a las cinco así nos fuimos a la azotea de unos amigos, era mi sitio preferido porque la verdad molaba mucho allí he pintado alguna que otra vez, es sitio de inspiración, Mari nos hizo una videollamada, nos echamos unas risas, Natalia canto yo me anime hacerlo también la verdad que parecía que Natalia conociera a mis amigos de toda la vida, vamos congeniamos bastante, yo se que ella todo lo que está haciendo es por mi bienestar y felicidad.
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Pero no siempre dura los buenos momentos, aquella tarde noche al volver a casa, mi madre me dijo que habían dejado un sobre con mi nombre en el buzón.
Rafi: Hola.
Alba, Natalia: Hola
Rafi: ¿Qué tal lo habéis pasado?
Natalia: Genial, nos lo hemos pasado de lujo.
Rafi: ¡Ah! Hija te ha llegado un sobre con tu nombre.
Alba: ¿Un sombre? ¿Con mi nombre? ¿Aquí?
Rafi: Hija, si, ¿Por qué tantas preguntas? (Alba mira a Natalia)
