CAPÍTULO 14 TAN SOLO UN RECUERDO, TÚ

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Narra Natalia

Salí de allí, Joan me esperaba solo y se acerco a mí.

Joan: ¿Las visto?

Natalia: S… Si.

Joan: ¿Y porque tienes esa cara?

Natalia: No sé qué paso, pero comenzó a sonar una maquina de esas y corrían enfermeras y médicos hacia allí…

Mi voz era temblorosa y no dejaba de sollozar.

Joan: Salgamos de aquí.

Joan me contuvo en sus brazos y nos salimos fuera de la calle, una vez en la calle tome el aire.

Natalia: Me toco la mano.

Joan: ¿Qué dices?

Natalia: Que me toco mi mano, que hizo un movimiento, joder no sabes lo que es verla así, Joan.

Seguía llorando sin poder parar, Joan también se vino abajo y soltó lágrimas. Nos abrazamos los dos.

Habían pasado unas horas y seguíamos allí, el reloj toco las diez de la mañana, había sido las once peores horas de mi vida, la olor al hospital, el ruido, la gente, el no saber mucho mas allá de que tenía un buen golpe.

Hasta que salí a fumar y allí estaba la madre de Alba, no quise acercarme, pero fue ella la que lo hizo.

Rafi: ¿No te quitaste al final de fumar?

Natalia: Bueno fumo cuando estoy nerviosa.

Rafi: Deberíais iros a casa, descansar y a la tarde volvéis, aquí no hacéis mucho.

Natalia: ¿Qué te han dicho los médicos?

Rafi: Poca cosa, la verdad que está pasando todo muy despacio.

Natalia: Estoy cansada pero quiero estar aquí, debo estar aquí.

Rafi se acerco a mí para darme un abrazo.

Rafi: No se qué pasaría entre vosotras, pero me gustabas para ella, y ella estaba coladita por ti.

Natalia: Bueno culpa mía.

Rafi: No digas eso mujer, estoy segura de que algún dia estaréis juntas.

Natalia: Ojala, porque yo…

Rafi: ¿Tu?

Natalia: Porque la quiero, siempre la he querido.

Rafi: Eso ella lo sabe, te lo digo yo que soy su madre.

Llega Marta e interrumpe.

Marta: Hola, perdona, Nat vámonos, volvemos después.

Rafi: Anda, hazle caso, ve descansa comes algo, venga.

Hice caso aquella mujer tan maravillosa, ya se a quien salió Alba.

Llegué a casa estaba muy cansada, lo primero que hice fui a darme una ducha, allí mientras el agua caliente recorría mía cuerpo, un recuerdo vino a mí, uno de los últimos momentos, aquí justo nos besamos y no llegamos a más por la Mari, salí de la ducha muy enfadada, con la casualidad o el puto destino como se llame. Marta tocó la puerta del baño para ver si estaba bien ya que tardaba mucho, conteste y salí me fui directa a la habitación allí me vestí y me metí en la cama, el sueño me venció.

Fuera en el salón, María y África hablan de lo sucedido.

África: ¿Tú cómo estás?

ESTE AMOR NADIE LO TOCADonde viven las historias. Descúbrelo ahora