1 - Puerto de Valencia

328 19 4
                                    

He cogido muchos aviones a lo largo de mi vida y he estado en muchos aeropuertos distintos. También me he ido mil veces de vacaciones con mi familia y sólo desde hace unos tres o cuatro años he tenido que despedirme de mi Jaime. A pesar de lo rutinario de mi situación, sigo teniendo esa sensación de que estas vacaciones serán distintas desde el momento en el que mis padres me dijeron que nos íbamos de crucero.

No es que sea la primera vez que me voy de crucero: cuando tenía diez años hicimos un crucero por los países del norte de Europa; pero sí es la primera vez que lo hacemos los tres solos. Por una parte mi hermano Fran ha decidido no venir porque prefería irse a un festival de música y cerveza en la playa con sus amigos de la universidad en lugar de hacer unas vacaciones en familia. Por eso he decidido que no quiero llamar para contarle el viaje por haberme abandonado. Por otro lado están mis primas, Blanca y Carla, que tienen dos años menos que yo, quince. Son gemelas. Son completamente iguales entre ellas y se parecen a mi tía Claudia cuando era joven, solo que ninguna lleva el flequillo recto como solía llevarlo ella. Mi tío Álvaro decidió a última hora que no venían al crucero porque mi prima Blanca, que hace atletismo como yo, se dobló el tobillo la semana pasada llevando unos tacones de infarto que yo misma le dejé para la fiesta de fin de curso de nuestro colegio. No pude sentirme más culpable.

Lo único bueno que puedo sacarle al viaje es que voy a despejarme un poco de mi vida social. Sobre todo de mi vida amorosa. Últimamente Jaime y yo no hacemos más que discutir y siempre acaba él pidiéndome perdón y rogándome que volvamos. Llevamos desde los catorce años juntos y, a pesar de que nos queremos muchísimo, últimamente estoy que no lo aguanto. Debería ser normal: crecemos, maduramos y nos damos cuenta de lo que de verdad queremos en la vida, pero es que Jaime no me deja dejarlo. Siempre acaba convenciéndome de que lo nuestro tiene futuro, de que yo soy lo que quiere y de que superaremos todo lo que nos propongamos. Eso. Eso es lo que más me gusta de Jaime y supongo que por eso y por mucho que quiera romper nuestra relación, siempre volvemos. Luego está el problema que supondría que nuestras familias, que se conocen desde que nos conocimos nosotros al entrar en el colegio con seis años, corten toda relación que tienen.

—Jaime, te voy a dejar que ya voy a embarcar. —le hablo al teléfono o a mi novio, que se encuentra en la otra línea, mientras avanzo por la pasarela que conduce al gran barco. ¿Estaré aún a tiempo de escaparme y librarme de estas aburridas vacaciones?

—Ángela te voy a echar mucho de menos. De verdad. —me asegura.

Yo asiento sin darme cuenta de que no puede verme. Después de mis vacaciones por el Mediterráneo nos iremos mi familia y yo para pasar el resto de las vacaciones a la casa a la que se mudaron mis abuelos cuando mi abuelo Saúl se jubiló y mi abuela cerró su floristería para siempre. Tener el verano entero de vacaciones es por la suerte que tengo de que mi padre sea un arquitecto autónomo y mi madre sea su propia jefa en la agencia de viajes, algo que también es favorable a la hora de elegir destino para las vacaciones. Mi madre pasaba en casa de los abuelos los veranos con sus hermanos cuando tenía mi edad e incluso cuando más pequeña. Después mis abuelos se hicieron mayores y decidieron mudarse a la costa donde nos reunimos toda la familia para pasar los veranos. Lo que no recuerdo es si este verano a mis tíos Liam e Irene les tocaba venir a la casa de la playa o se iban a Nueva York con la familia de él. Al menos en la playa sí estarán Blanca y Carla. El problema llegará cuando los papparazzis descubran que mi tía Claudia veranea allí y acaben fotografiando a toda la familia. El verano pasado fue un show con tanto papparazzi. Salían hasta del cubo de basura. Y no exagero.

—Te quiero, Ángela. Estoy deseando que llegue septiembre.

Yo no lo estoy deseando, pero eso no se lo digo.

El amor no existe hasta que llegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora