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Mis manos temblaban, Carlo el pequeño el niño de la casa.

Apenas escuchaba lo que decía mi hermano.

Palabras se quedaban en mi mente.

Balas.

Armas.

Explosión.

Cadáveres.

Voltee a verlo - No hables.

El solo asintió.

El camino a la casa fue silencioso mis manos trataban de encontrar que apretar, mi impaciencia estaba en otro nivel. Mis uñas se clavaron tan fuerte en mis palmas que pensé por un momento que me había cortado.

Sentí que paso una eternidad cuando Ángelo estacionó y nos bajamos con rapidez. Ya se encontraban una gran cantidad de autos estacionados. Cuando abrí la puerta del auto se podían escuchabar gritos desde el patio.

Solo habían pasado unas horas.

Lo había visto hace unas malditas horas.

Mis manos frías apretaron el hombro de mi hermano y de inmediato las tomo y beso con dulzura. Él sabía que los atentados a niños nunca fueron ni serán mis favoritos.

Abrimos la puerta con extremo sigilo.

- ¡Como es posible! Necesito que alguien me explique...¡De inmediato!

Quiero saber por qué demonios la escuela de mi nieto ha sido atacada. No se repetirá lo del 99. Los dijiste, no Marco, no se repetirá lo del 99. Entonces por qué demonios ha vuelto a ocurrir ¿Quieres morir? Dime el peso de los años es tanto que ya no puedes soportarlo.

¿Un arma debe apuntar a tu cabeza? - Impacto su puño en el escritorio mientras que con ojos cargados de rabia miraba a Marcos su policía favorito quien temblaba del miedo.

- Yo señor...

- ¡Sei uno scemo! - El abuelo retrocedió, centró su mirada en mí y con una seña me pidió ir a su lado- Marcos no hice lo suficiente por ti. Encontraste cobijo en mi familia, fui al maldito bautizo de tu hijo. Mi familia asistió a al maldito bautizo de tu hijo.

- Señor le pido...Por favor mi hijo...Mi esposa, ellos...

El solo sonrió y pude ver por un momento la esperanza en los ojos del policía, incluso pude sentirla, pero el impacto de la bala fue tan rápido que pensé que había sido solo mi imaginación.

Volteo a verme, con una cara seria me entrego el arma para después retirarse a su despacho- Encárgate, estoy cansado.

- Sí, abuelo.

Mis tíos, primos y allegados de la familia lo siguieron sin perder mas el tiempo.

Mientras se dirigía a su destino lo observe con atención su cuerpo puede parecer débil pero no era más que un pequeño defecto, su rostro adaptable a cada situación y su mente, veloz y ágil no habían cambiado, solo fortalecido. Así era Pietro Giordano un hombre de mil caras. De pequeña esos cambios me perturbaban hasta que aprendí que lo único que tenía que hacer para no estar del otro lado era ser tan obediente como se pudiera.

Su traje había sido víctima de salpicaduras Ángelo no tardo en comprender mi mirada y subió de inmediato por una mudada de ropa.

El charco que desprendía de la cabeza del ex policía que cuidaba a la familia se expandía con rapidez.

Fui por mi tío Bruno y Enrico quienes se estaban fumando un porro en el jardín. Toque sus hombros con fuerza- Necesito ayuda con el cadáver.

-Claro hermosa- Bruno me dejo ver sus amarillos dientes en una sonrisa amigable. Una cara tan alegre que muchos hubieran pensado que nunca había matado una mosca.

-¿En dónde lo vas a querer? - Mi tío favorito, Enrico, el único pelirrojo de la familia me dirigió la mirada mientras arrojaba el humo de su boca en espera de mis órdenes.

- En la carretera segunda sur oriente. Lo quiero en el parque de sus hijos- Empezaba a retirarme cuando volteé con rapidez para compartir mi idea- Lo quiero sin las bolas que decía tener.

Enrico soltó una gran carcajada al igual que Bruno quien agarro su gran estómago mientras caminaba en mi dirección.- Te lo traeré en una bonita caja roja, tu color favorito.

Asentí y con rapidez nos trasladamos a la sala. Mientras Bruno murmuraba acerca de cómo ya necesitaba volver a tener veinte años menos para hacer este tipo de cosas, Enrico no hizo más que burlarse acerca de siempre haber tenido un peso de mierda. Mientras hacían bromas internas de su niñez procedieron a mover el cadáver hacia la parte trasera de la casa.

Las chicas de la limpieza empezaron a actuar con rapidez como era de esperarse.

Me fui lejos de la mugre y el olor a azufre.

La Familia Giordano debía de estar esperando en su oficina, no perdí más el tiempo y fui en su búsqueda.

Entonces lo vi, impotente. Sus ojos estaban en un azul oscuro. La rabia se notaba en su semblante. Hice un pequeño reconocimiento de los que nos encontrábamos reunidos, muchas caras conocidas estaban presentes y estábamos en espera...En espera de nuestras órdenes.

- Sofía y Aldo están en el hospital. El bambino se encuentra internado en el hospital privado del sur, tres hombres vigilan su puerta y cinco más la entrada del hospital. Tenemos personal camuflajeado en la planta, todos los rincones ya fueron inspeccionados.

La policía me mando el informe, murieron cuatro niños y dos más fueron mutilados en el ataque. Carlo se salvó por tan poco.- Soltó una risa con amargura

El pequeño se había escapado de clase porque esa maestra no le gustaba. Él era el objetivo desde un principio se lograron detectar dispositivos explosivos en su silla y también quiénes se encontraban cerca.

Quiero que averigüen quién fue.

Quiero que lo traigan ante mí.

Quiero hacerlo sufrir.

¡Y quiero mis malditas manos con su sangre en ellas! ¡Ya!

El silencio de la sala fue abrumador, hasta que saco un cigarro de su Humidor y lo encendió con rapidez.

- Encárguense. Mientras, mataré a aquellos que no pudieron proteger la familia.

¿Capito?

- Se.



Traducción

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Traducción.

¡Sei uno scemo!_____________Eres un idiota.

¿Capito?___________________Entendido

Se________________________Si

Humidor___________________Cajón de madera revestida interiormente de cedro, sirve para guardar puros y evitar la desintegración

Mi MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora