Adrienna Giordano la nieta más querida del hombre que construyo un imperio, Pietro Giordano un hombre a temer con 74 años, viudo a corta edad. Constructor de uno de los imperios más grandes del último siglo con múltiples líneas de negocio que no hac...
Los mafiosos, aquellos que no utilizan más que la brutalidad para obtener lo que desean, estatus y dinero. Su meta no es más que el enriquecimiento de ellos o su familia. Se podría decir que nadie los conoce como yo.
El abuelo me comentaba de su inicio. Hace mucho tiempo en la isla de Siciliana donde el centro de todo fue Enna, una ciudad que se ubicaba en medio de la isla colindando con Palermo y Catania las ciudades claves. Unos pocos se adueñaron de ella y dentro de unos meses habían alcanzado el límite de la tierra pero el comienzo de un imperio. Empezaron a escalar en el orden político no solo en Italia si no en el mundo.
Él me hablaba de un crimen organizado global cuyo centro eran los italianos, y así fue por muchos años.
- Adrienna - Escuché la voz de mi mamá en la planta de abajo - Baja la comida esta lista.
- Già sotto, mamma.
- Nada de italiano.
- Abuelo - Conteste mientras besaba su mano en señal de respeto - Eres injusto me hiciste aprender el idioma por tanto tiempo y después me lo quitas...spietato
De pronto caminaba conmigo dirección.
Pietro Giodano un hombre a temer con 74 años cumplidos, viudo a corta edad y con dos hijos que lo sucedieran. Constructor de uno de los imperios más grandes del último siglo con múltiples líneas de negocio e intereses en diversos países que incluían la gestión de casas de apuestas y casinos, venta de drogas y distribución a gran escala así como una gran concesión de préstamos. Sus líneas provocaban una ganancia que rondaba los 50 millones de dólares que obtenían únicamente en la venta de narcóticos.
Era la única información con números que me era compartida, pues era según escuche, la más corta ganancia que obtenían.
Su fuerte mano se apoyó en mi brazo mientras bajábamos las escaleras y me sonrió. Quién pensaría que Pietro Giordano estaba siendo amable con otro ser humano. Solo los Giordano nos mostramos cariño entre cuatro paredes aseguradas por mi abuelo, afuera en el campo de batalla sobrevivimos.
- Amore, siéntate a comer vamos.
Asentí en respuesta a mi madre, el comedor era un lugar lleno de ruido y olor a comida. Siempre empezábamos con un espresso para los mayores y un cappuccino para los más chicos era indispensable el café en nuestra mesa. Leche, cereales, galletas, zumo de naranja, yogures y tostadas con mermelada o nutella se encontraban esparcidos.
Guíe al abuelo a la cabecera de la mesa en cuanto se encontró alado de la silla a ocupar. Se escuchó un saludo de todos los presentes.
- Buon giorno.
- Buon giorno familia, siéntense. Empecemos a comer.
Todos siguieron su orden y ocuparon los asientos ya correspondidos. Mi madre se acercó con una gran sonrisa al abuelo y mientras le servía café le daba un cariñoso beso en la frente.
De pronto sentí como uno de mis primos tiraba de mi vestido, cuando baje la mirada ojos verdes me recibieron pidiendo ser cargado. Carlo era el más pequeño de la familia con 4 años de edad y por ende el más amado.
Lo recibí en mis brazos y cuando ya estaba dispuesta a sentarme con el en la mesa escuche al abuelo llamarme.
- Con que por este bambino te demoraste, bella.
Carlo de inmediato se escondió entre mis pechos, el abuelo Pietro no era su persona favorita y por eso mismo se escurrió entre mis brazos para sentarse en el otro lado de la mesa con mis tíos quienes lo esperaban para subirlo a la silla más alta de la mesa y empezar a comer.
- Esta vez tardo más tiempo en salir corriendo, niño cobarde.
Reí mientras amarraba mi cabello en una coleta alta - Le das miedo abuelo, dice que eres un monstrum
- ¿Un monstruo?
- Tal vez debas ser más amable con él.
- ¿Más amable? No soy un peluche bella. Tú eras inseparable a mí a esa edad y te trataba de la misma manera. No voy a cambiar mi actitud por que otros se sienten intimidados, esta es mi familia y yo veré lo que es bueno para ellos ¿He sido claro?
Rápidamente respondí, el odiaba esperar - Sí, Nonno.
- Es importante que sepas quien eres Adrienna...- Pauso para beber su café - No me gustaría que por falta de personalidad busques consuelo o dañes a otros.
Asentí en su dirección, mientras mi familia se despedía para ir al trabajo o la escuela. Mi hermano beso cariñoso mi mejilla antes de retirarse y bajo la cabeza inclinándose en dirección al abuelo en señal de respeto al igual que todos.
Pronto solo quedamos tres en la mesa.
- Cumplirás años en unas semanas ¿ Estás lista ?
El abuelo sujeto mi quijada para mirarlo a los ojos. Sentía su fuerte agarre y observe la intimidante mirada cubierta de azul. Azul que había heredado.
- Verás a los hombres más temidos del continente si no es que del mundo.
Donnas tan intimidantes que te harán pensar que debas besar el piso en donde caminan mujeres con gran cerebro o simples intercambios entre los hombres - Agarro mi cara con ambas manos - no todos se manejan como nosotros Adrienna, el respeto a las mujeres está sobrevalorado en algunas organizaciones, son monedas de cambio o placer. - Suspiró con pesar, mientras apretaba los dientes - La vida que te he dado, que te hemos dado, solo será un pequeño trozo de lo que vivirás.
Debes ser fuerte, imponente y lo más importante analítica. Muchas malas decisiones se han tomado por impulso. Es necesario que pienses de forma minuciosa en tus actos antes de decir o hacer algo.
Sono stato chiaro ?
- Sí, abuelo.
- Vete entonces y arregla tus asuntos.
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