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Abrí la bolsa que había puesto en mi hombro, saque un cigarro y un encendedor. En cuanto lo prendí observe a mi acompañante. Nadin llevaba puesta una peluca rubia y bronceo su piel más de la última vez que la vi, tenían mucha joyería cosa que no había visto en ella en nuestros encuentros anteriores. Su piel estaba perfumada por un aroma costoso, tenía una apretada falda con algo parecido a un bulto entre sus piernas y sus ojos se veían distintos.

Yo conocía esa mirada, la de estar preparada para todo.

- Estás en una misión.

Sus ojos se abrieron por unos segundos y me observo- El hombre con el que estabas es peligroso.

Reí fuerte inclinando mi cabeza hacia atrás y moví los mechones de mi cabello detrás de mis orejas- Siempre italianos o criminales sabes- le dije apuntándole con el cigarrillo- mis primos me llevaban a ciertos lugares solo para ver quien me prendía más y ese...Ese hombre era el peor de todos. Soy como un detector de rufianes o de herencia familiar.

Antes de hacer mi próxima pregunta deje que las personas pasaran por el pasillo y no fueran un muro entre nosotras. Ella volteo su cara después de que el lugar se vacio de nuevo- ¿Lo vas a matar?

Ella no dijo nada solo me dio una asentimiento regresando su mirada al final del pasillo. Me acerque y tome su quijada obligándola a verme- Espera aquí.

Antes de escuchar su respuesta salí de vuelta al área pública. Camine, me recargue en la pared y unos segundos después hice contacto con el hombre de antes. Puse mi mano desde mi quijada hasta terminar en medio de mis pechos, di pequeñas caricias y termine dando una sexy mirada.

Me separe de la pared y regrese al mismo camino del que había salido pero esta vez con alguien siguiéndome. Camine despacio esperando que se acercara, cuando lo sentía a un distancia optima me metí al pasillo. Nadin seguía en el mismo lugar impaciente, en cuanto me vio su mirada se dirigió también detrás de mío.

Volteé y sonreí coqueta al hombre que me seguía. Tome la mano de Nadin rápido y la lleve al baño, pronto un hombre musculoso y rubio entraba. Pasó su mirada por ambas tomando especialmente atención al cabello rubio de Nadin por ello su cambio de color a él le atrae las rubias.

Cerró la puerta con seguro y se acercó con lentitud a mí. Subí mis manos hasta pasar por mi cuello la liga que sostenía la parte de arriba de mi traje, pronto mis pechos quedaron expuestos. Nadin volteo a verme y siguió mis movimientos, con sensualidad y dando miradas tímidas bajo el cierre de su blusa pegada que cayó al suelo en unos segundos.

El hombre no podía ocultar la alegría de haberse ganado la lotería, tomó a Nadin primero la rodeo de la cintura y empezó a besarle el cuello bajando hasta llegar a sus pezones. Ella suspiró y apretó más su cabeza hacia sus aureolas, revolvía su cabello mientras él le decía palabras obscenas en susurros.

Un par de segundos pasaron cuando decidió tomar mi pecho y empezar a masajearlo aun manteniendo su boca en Nadin, mordiendo y lamiendo. Detuve sus caricias y este volteo a verme sorprendido y furioso pero tome sus dos manos e hice que bajara el resto de mi traje, salí de él luciendo mi tanga de encaje que hicieron abrir sus ojos y murmurar un aleluya. Lo guíe hacia los lavabos donde me senté y abrí las piernas para él mientras hacía mi cabeza hacia atrás extasiada mientras me tocaba.

Lamio mis muslos antes de enterrar su boca entre mis labios. Con una mano masajeaba mi clítoris mientras que con otra bajaba rápido sus pantalones y ropa interior. Después de poner ambas manos en mis rodillas y abrirlas con fuerza una bala impactó en su cabeza, su cuerpo caía lentamente impactando antes su cabeza con la orilla de lavamanos.

Cerré mis piernas y observe a la mujer frente a mí. Nadin Blau respiraba con fuerza y tenía una mirada radiante en sus ojos.

Limpie la sangre que me había salpicado- ¿Qué hiciste con las cámaras y su seguridad?- le dije mientras ponía de nuevo mi traje

Ella seguía observando el cuerpo tirado que estaba haciendo un charco de sangre espesa en el negro piso. Me puse recta acercándome hasta quedar frente a frente y repetí en voz baja- ¿Qué hiciste con las cámaras y su seguridad?

Mostró una pequeña sonrisa y volteo a la puerta- Una persona se está encargando de ello.

Asentí y la seguí fuera del baño no sin antes poner el seguro de la parte de adentro evitando que la gente entrara por unos minutos al menos. Las suelas de mis tacones arrastraban la sangre de un hombre por todo el lugar y mi apetito por fumar volvió. Saque un cigarrillo y lo encendí con ayuda de unas mujeres de afuera, quienes me guiñaron después de encenderlo. Sonreí coqueta para después seguir con mi camino.

- Vino toda tu familia- Le pregunte a Nadin que seguía caminando frente a mí.

Ella volteo tomo mi mano, la unió con la suya y me siguió moviendo entre las multitudes -Solo mi hermana mayor- dijo mientras alzaba su brazo y hacia un movimiento con sus manos. Me saco del lugar y una lujosa camioneta negra nos esperaba enfrente. Nadin hizo un lado su cuerpo para dejarme subir.

Del otro lado de la camioneta Jana Blau se subía con un minúsculo vestido azul haciendo relucir los pupilentes que llevaba. Su mirada penetró a la de su hermana- ¿Que hace ella aquí?- gritó.

Nadin exhalo y recostó su cabeza en el sillón mientras avanzábamos, parecía cansada. En cambio yo deslicé mi mano hasta alcanzar una botella que estaba en el asiento delantero, el chofer se enteró pronto de mis fechorías y tomó mi muñeca con mucha fuerza. Desenvaine rápido mi collar e inserte la aguja en su mano dejando un hoyo en medio, sangre y un grito.

Jana rio fuerte para después golpear con sus pies el piso. Parecía más tranquila después de ver violencia de mi parte, le di poca importancia. Destape la tapa, el olor del licor era parecido al del chocolate y un poco de madera. Tome la botella para observarla mejor, era de color negro y redonda.

- Es Bailey es una bebida dulce- Nadin dijo con los ojos cerrados- es lo único que me gusta tomar.

- Necesitaba alcohol para relajarse- comento su hermana mientras quitaba sus puntiagudos tacones negros.

Volví a dejar la botella en el mismo lugar con la mirada de un chofer lastimado al acecho, Jana volvio a reír mientras golpeaba el hombro del hombre y le daba palabras de consuelo. De pronto se empezó a sentir el cambio de velocidad en el carro, de inmediato un golpe se dio en la parte trasera que nos hizo sacudir y voltear. Ambas hermanas hacían preguntas y yo trataba de poner atención al auto detrás de nosotros.

- ¡Maldición, ¿No puedes perderlo?!- Gritaba Jana a su chofer quien aceleraba y rebalsaba los autos que se encontraban en su camino.

Después de pasar una zona iluminada pude ver de quienes se trataba, Boris estaba al volante mientras Bardo ya se estaba preparado para disparar.

Ho fatto una cagata.




Acabo de ver que la historia ya ha llegado a mas 20,000 lectores

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Acabo de ver que la historia ya ha llegado a mas 20,000 lectores. Estoy muy emocionada y por ello publicare un capitulo mas en la noche, espero la historia les siga gustando. 

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Traducción.

Ho fatto una cagata_______________________Metí­ la pata

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