Me quede viendo al bastardo de la familia Li y a los acompañantes que tenía a su alrededor eran cinco en total, era muy probable que no fueran amigos sino que se habían juntado con él para beber y disfrutar de la atención de las mujeres gratis.
- ¿Que tan ebrio lo ves? Crees que nos reconozca - Le dije a Ángelo. El volteó a ver a Gao una vez más.
Después negó en mi dirección- Esas mujeres que vez ahí- me dijo señalando a las bailarinas- su propósito de esta noche es obtener todo el dinero de su billetera y él no parece estar objetando por las bebidas que han estado pidiendo ya están incluso obteniendo sus propinas de sus propios bolsillos.
- Súbete entonces y tráelo, nos vemos en la salida.
El asintió en mi dirección y lamió sus labios en el proceso dejando ver una sonrisa- A tus órdenes princesa.
Camine hasta la misma puerta donde había entrado. Miguel se encontraba recargado en la pared fumando un cigarrillo, me ofreció uno y sin dudarlo lo acepte.
Pasaron unos pocos minutos hasta que escuché un fuerte ruido, Ángelo salía de la puerta con un hombre prácticamente encima suyo, parecía que tenía una conversación chistosa hasta que llegamos a la calle y lo soltó con brusquedad y con una sonrisa le dio un golpe en la mejilla, seguido de patadas en su costilla.
- Ya vino tu paquete- dijo Miguel mientras daba la última calada a su cigarrillo- nos vemos en unas semanas cumpleañera.
Con un asentimiento de cabeza lo despedí, de igual manera Ángelo se retiró subió a la camioneta sin decir una palabra y no volteo verme ni por un segundo. Él nunca me miraba cuando hacía el trabajo sucio, siempre los ponía en una bandeja de plata para mí pero no se involucraba más que eso al menos que fuera una orden directa del abuelo.
Voltee al hombre que había movilizado a la familia Giordano por horas y fue patético verlo de nuevo. Gao seguía en el suelo pero ahora vomitaba sin parar, hablaba en su idioma natal y se reía en ciertos lapsos.
Fuí hasta pararme a su lado, mis tacones pisaron la asquerosa consistencia que ya se encontraba en el suelo. Sacudí el cigarro en su rostro volteado, cenizas cayeron en su rostro que ya se veía de un rojo intenso. Me pareció el mejor lugar para apagar mi cigarrillo, me acerque a él y presione en su mejilla, gritó al sentir el su piel quemar y fue entonces cuando volteo a verme y por un segundo creo a ver visto el reconocimiento en su mirada y eso no hizo más que alegrarme.
Mientras sacaba el arma de mi muslo el abría los ojos con sorpresa, se encontraba a punto de gritar con más fuerza que antes. Una bala perforó su cabeza y cuando su cuerpo cayó inerte en el suelo otra bala le siguió en el corazón.
Enrico quien ya se encontraba en el asiento del piloto bajo cuando el trabajo se había acabado me ayudo a movilizar el cuerpo hasta la parte trasera del carro. Escuche un ruido extraño detrás de mí y cuando me voltee me encontré con Miguel con una manguera regando la calle que habíamos dejado de color roja, se veía como un hombre que riega sus flores en el jardín silbaba y su cara era completamente neutra.
Esta noche fue un aliado inesperado.
Subí a la camioneta sin pensar más nada y encendí la calefacción frotando mis manos unas con otras para poder obtener un poco de calor fue entonces cuando sentí la mano de mi hermano en mi hombro voltee a verlo y él se encontraba ofreciéndome su chamarra negra, la acepte con gusto y visualice a mi tío cerrando la cajuela del auto.
Pronto se unió a nosotros y procedimos a llevar el cuerpo a la zona prevista.
La zona Roja.
Miembros de la policía y ciertos expertos en la seguridad apodaban de esta manera a una zona en específica de la ciudad, donde era un campo minado en cada paso que dabas. Se dividía en cinco secciones fuertes y habían ciertos grupos pequeños que reciente mente estaban moviendo un poco las aguas de los grandes tiburones.
En la zona Roja se podían observar diferentes tipos de estructuras, variedad de personas y posiciones económicas. Era prácticamente un mundo revuelto.
Nos fuimos acercando a la parte que dominaba la familia Giordano, que era sin duda una de las más grandes. En el centro de nuestra burbuja Enrico estaciono, bajo, abrió la cajuela y saco el cuerpo con rapidez para después pegarle una nota en el mismo lugar donde la bala había atravesado su cabeza.
Tomo unas cuantas fotos y después subió y condujo con calma hacia nuestra casa.
- ¿Que decía la nota?- Le pregunte.
El moviéndose un poco saco su teléfono y me enseño la imagen que recién había tomado hace un momento por petición del abuelo. Se veía el cuerpo de Gao Li recargándose en un árbol, su ropa ya estaba manchada de sangre y su rostro prácticamente no se le veía por la hoja pegada en su frente. Mientras observaba le di zoom a la imagen para ver mejor las letras negras que se encontraban escritas.
Credersi superiore
Ángelo observaba encima de mi hombro- "Creyéndose superior"- leyó para después soltar aire y se volvió a recargar en el asiento trasero- hay mucha gente que quiere morir por estupideces. No somos cualquier familia y siguen haciendo cosas de niños caprichosos.
Enrico asomo una sonrisa- Siempre ha sido así, en Italia cuando la familia apenas iniciaba, este suceso- dijo moviendo su mano como restándole importancia- sería una pequeñez. Ustedes aún no han sufrido renacuajos les falta tanto por vivir.
Soltó un suspiro- En cuanto lleguemos yo me encargo de informar al abuelo. Ustedes duerman, que van a tener clases en unas horas.
Asentí en su dirección volví mi vista a la calle. Había sido un día de locos y aun me faltaba solucionar que hacer con cierto camarógrafo.
Traducción.
Credersi superiore_______________Creyendose superior.
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Mi Mafia
AksiAdrienna Giordano la nieta más querida del hombre que construyo un imperio, Pietro Giordano un hombre a temer con 74 años, viudo a corta edad. Constructor de uno de los imperios más grandes del último siglo con múltiples líneas de negocio que no hac...