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Un arma fue disparada y mi cuerpo por inercia consciente de todas las balas que podrían dispararse de inmediato se refugió en el suelo, tenía a Giovanni bajo mi pecho protegiéndolo, su llanto cesó mientras pasaba lentamente mi mano en su espalda. Que un niño parara de llorar al escuchar una bala era más preocupante que escucharlo pero cuando lo vi sus hermosos ojos estaban pendientes en mí y entre sus manos había tomado con fuerza mis hombros.

Voltee mi rostro hacia la izquierda donde estaban los demás, Irene se encontraba con un arma en la mano y me miraba fijamente después hizo una señal de que me levantara, así lo hice.

- Dame a mi nieto- Me pare lentamente con el niño en mis brazos y me dirigí hacia Irene, después de entregárselo vi donde estaba apuntando el arma hace unos minutos.

El hombro de mi tía Sofía estaba ensangrentado mientras trataba de aplicar presión en la herida, su brazo sano se mantenía tapando la herida y la mirada de odio había cesado por pánico. Su rostro se puso pálido tal como una hoja de papel sus labios aún mantenían el color de su labial rojo que ahora trataba de humedecerlo pasando su lengua.

Bruno empezó a reír y sacó uno de los cigarrillos que se encontraban en la bolsa de su esposa- ¡Enhorabuena, brindemos! Lo hacemos antes o después que nuestra hermana se desangre.

Sofía cayó en el escritorio después de que Bruno hablará, este soltó una maldición y obligó a Bardo a ir hacia ella cuando la ayudó a sentarse escuche la risa de mi tío ronca por los cigarrillos. Camine hacia ella consciente de las miradas a mi alrededor, tome el pulso y verifique sus ojos, la levante levemente para poder ver su hombro y pude notar que la bala había salido dejando un limpio orificio, se había desmayado por pérdida de sangre que debíamos de administrarle de inmediato.

Enseñe a Bardo como cargarla para evitar mal deterioro en ella y cuando me dirigía para acompañarlo, una bala fue disparada hacia la silla que estaba a mi lado voltee unos segundos después de ver el orificio. Irene había dejado a Giovanni en manos de Enrico y apuntaba el arma hacia mí, sus manos temblaban se podía percibir desde mi lugar.

- ¿Qué pasó con mi hijo?- Otro disparo atravesó a lado de mí, esta vez cerca de mi cabeza- ¡Contesta!

Contesta- dijo con voz turbia- contesta ahora o la siguiente bala será en tu cráneo ¡No te daré mas advertencias!

Pero a pesar de lo que anunció dos balas más fueron disparadas esto provocó que Giovanni empezara a llorar de nuevo a manos de mi tío que lo apretaban con fuerza en la cintura para evitar que vaya en mi camino.

- La causa de su muerte aún es desconocida para mí, lo seguí hasta Milán pedí la información de su estado y había inconsistencias- poco a poco me fui acercando a ellos- me contactaron con información acerca de él. Era su amante quien se suicidó después de conocer la verdad de esta familia.

Quien después de conocer el legado de su hijo sintió la presión de nuestra ¡Maldita familia! ¡Francisco le envió el código a ella! Mi primo confiaba más en esa mujer que alguno de nosotros.

¡Ella recibió el código! El código más especial de los Giordano- Me acerque frente a Irene quien ya había bajado el arma la agarré con fuerza en los laterales de su cuello y junte mis labios a los suyos para susurrarle Él dijo que cuidara a su familia antes de irse y no creo que haya hablado de ustedes.

Irene tomó con fuerza mi cabello tirándolo hacia abajo lo que hizo que gritara repentinamente, empecé a reír tan fuerte que lágrimas brotaron de mis ojos, mi estómago dolía y cada vez más dejaba caer mi cuerpo cuando sentí que la mano de mi tía no me aguantaba me dejo caer al piso.

Mi cuerpo levemente se reconfortó por estar en la alfombra aun reía mientras miraba los ojos de la madre de Francisco.

- ¡Son ridículos!- Grite en medio de mis ataques de risa sin cesar.

El agua en mis ojos me hacía ver a todos distorsionados esta vez queriendo detenerme, no podía. Seguía sonriendo y mi estómago dolía como golpes directos, mi garganta se sentía dañada.

Empecé a golpear mi brazo izquierdo al suelo y después levanté mi cintura hasta mi cabeza aterrizando con fuerza, lo repetí tres veces más. A punto de golpearme por cuarta vez un zapato obstruyo mi cometido, pude ver a Bardo mi gemelo favorito mirándome con tristeza.

Mi cabeza aún seguía rebotando en su zapato lentamente y sin tanta fuerza que antes. Mi risa se había convertido en pequeñas exhalaciones pero mi sonrisa seguía ahí después sentí como Bardo tomaba mis brazos, me pegaba entre su estómago y su zapato cuando una aguja fue puesta en mi brazo que me relajo en unos segundos, dejándome noqueada en el piso rodeada de los gemelos.

Mi último ataque de ansiedad fue después de tener un aborto espontaneo mientras peleaba con mi pareja días después fui recogida por Francisco en la casa de mi novio, el me había dejado sola por más de un mes.

Las fotos que me habían tomado de mi estado eran simplemente deprimentes, solo tenía mi playera que tenía agujeros, dejando ver uno de mis senos y unos shorts llenos de orín mientras que mi cabeza se encontraba hinchada por las veces que me había golpeado, mis muñecas habían sido cortadas sin motivo de suicidio.

Estuve internada por lo que pareció una eternidad y ahí fue cuando vi ese anillo, creo que mis ojos estaban mirándolo en mi mano o simplemente lo recordaba. Mi mente rebobino hasta formar el anillo que me había dado Gustav había recordado haberlo visto de un hombre que me movía en la institución.

Me sentí de vuelta a la casa por alguna razón mis labios se movían con palabras que ni siquiera yo podía distinguir hablaba rápido, en diferentes idiomas sentí una fuerza que me presiono en mis hombros para mantener mi cuerpo quieto, en su lugar. Empecé a escuchar voces en el exterior, murmullos, risas, saliva en mis mejillas y labios. Se sentía interminable pero lo mejor era cuando me limpiaban, era suave, lento y aromático.

Mis dedos se contrajeron, mi cuello trono cuando lo voltee y sentía agrietados los labios. Quise subir mis rodillas poco a poco pero mis tobillos estaban amarrados por reflejo acudí a mis manos pero se encontraban en la misma situación, me habían inmovilizado. Gire mi cadera para poder ver la puerta, me encontraba en mi habitación pero sin ninguna persona dentro a parte de mí.

Suspire y repase calmada el techo, había perdido la noción de los días no sabía de Giovanni o si pudieron cuidarlo de manera adecuada pero al menos ya deben de haber averiguado acerca de todo de Francisco.

Después de todo un ataque de locura sirvió para algo.

Después de todo un ataque de locura sirvió para algo

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¡Hola a todos! Espero les guste el capitulo. Volví, los veo en un tiempo espero no tan largo 

¿Que opinan de nuestra familia Giordano?

He visto gente de muy lejos de mi computadora. Agradezco mucho a los nuevos e intensos lectores también a los que han permanecido desde que inicio este pequeño trayecto.


Mi MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora