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Sentía mi garganta seca y terrosa cuando abrí mis ojos. Mis pies daban punzadas y mis piernas tenían extraños moretones. Mi cabello según el espejo que se encontraba a mi derecha estaba revuelto y un poco mojado. Mis manos estaban con cortadas y sangre seca estaba en ellos al igual que mis labios, el labio inferior se sentía hinchado y doloroso. Mis dientes habían dejado marca dentro de mi boca y aun podía sentir el metal de la sangre en mi lengua.

¿Qué paso ayer?

Levanté mi cuerpo de la cama y vi a Violeta en el suelo de la habitación solo podía ver la mitad de su rostro pero tenía cortes al igual que sus piernas. Me dirigí a mi sala a pasos lentos por lo adoloridos que se sentían mis músculos, cristales estaban esparcidos por todo el lugar. Las botellas que antes colgaban ahora solo estaban los lazos que las sostenían.

Dos de los otros hermanos de mi amiga estaban acostados en el sofá. Me sorprendió ver a su hermana y hermano más pequeños, siempre había tenido contacto con los hermanos mayores de Violeta pero pocas veces veía a los más pequeños. Ellos eran 5 en total con bellezas particulares.

Con un terrible dolor de cabeza abrí el refrigerador para sacar agua fría, incluso la cocina estaba lleno de líquidos y cosas esparcidas. En cuanto me serví me dirigí a la terraza encontrándome con Boris y Bardo acostados en el sofá lunch de la esquina en sus camisas cortadas se veía color rojo y su rostro era un total desastre.

Mi jacuzzi tenía un color rosa en el agua y gotas de sangre estaban esparcidas en el piso, el rastro llegaba hasta la sala. Observe a mi alrededor y aparte de ropa tirada vi mi bolsa en una repisa flotante. Había sido lista en dejarlo ahí, de inmediato saqué un cigarrillo y un encendedor después de unas caladas tome mi teléfono para ver la hora. Eran las 5 de la tarde.

Llamadas de mi hermano se veían en la pantalla. Le texteé y el de prisa llamó.

- Buenos días galán.

- ¡Donde demonios estas!

Fruncí mi frente por su tono fuerte y demandante- En mi habitación, ¿Dónde más estaría?

- No te muevas de ahí Adrienna- Después colgó la llamada.

Del lado izquierdo de mi brazo empecé a sentir ardor, pero era imposible verlo por mí misma por lo que fui a buscar un espejo en el baño más cercano. Al abrir la puerta un fuerte olor termino de despertarme por completo. Habían cinco personas muertas dentro.

Los dos hombres más cercanos eran un castaño y pelinegro. Me acerque para observarlos mejor, tenían puñaladas en sus abdómenes y uno de ellos aún conservaba el arma dentro de su cuerpo. El chico castaño tenía las manos llenas de moretones y los brazos cubiertos de tinta. Mientras el otro no había tenido la oportunidad de defenderse pues sus manos estaban sin ningún rasguño. Después voltee a ver enfrente donde estaban los otros dos cuerpos. Solo había una mujer rubia que tenía facciones duras en el rostro, sus brazos estaban cubiertos de pequeños puntos y su cara había recibido un fuerte puñetazo que movió su nariz de lugar. Su cuerpo estaba de perfil y por ello pude observar que la parte trasera de su cabeza había sido perforado por algo filoso.

El último hombre y más robusto que todos yacía totalmente acostado tenía una navaja ensartada en su ojo izquierdo y su torso también lo cubrían cortes profundos. Él tenía pocos puntos en sus brazos y de su garganta cortes no graves habían sido efectuados, no dejó que le cortaran el cuello. Al parecer fue el que dio más pelea.

Escuche movimientos en la puerta por lo que voltee. Ángelo y Francisco estaban parados haciendo un recorrido con sus ojos de la escena frente a ellos.

- Feliz cumpleaños a mí.

Ángelo volteo a verme hincada en el baño y entró con furia en la mirada. Después de observar el panorama unos segundos jalo mi cuerpo con brusquedad para sacarme de ahí- ¿Qué demonios hiciste?

Mi MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora