Los golpes pararon unos segundos después la voz de un hombre se escuchó.
- ¿Servicio a habitación?
Solté el aire que no pensé que tenía oprimido en mi pecho fui hasta la mirilla y vi de inmediato un hombre de baja estatura, tenía el uniforme del hotel y se veía impecable.
- No ordene nada.
- Disculpe, buenas tardes- Tomó el carrito y se movió hasta desaparecer de mi vista.
Lentamente deslicé mi cuerpo hasta llegar al piso, suspire subiendo mi cabeza mirando el techo. Mis manos yacían en el suelo, me levanté después de pasar unos minutos y revisé si mi arma tenía sus balas al ver que no había problema empecé a moverme.
Tenía dos pelucas más en mi maleta y tres cajas de pupilentes con colores diferentes pero esta vez debía planear mejor mi disfraz. Coloque dos ligas en mis muslos que prensaban un cuchillo y mi pistola semi automática despues un vestido negro que me cubria mi cuerpo por completo. Un velo color gris empezó a envolver mi cabeza hasta mi quijada, me puse unos pupilentes color café y unos zapatos bajos. Acomode mi velo una vez más antes de salir, faltaban 5 horas para la hora de encuentro pero me propuse a adelantarme antes de ser sorprendida de nuevo.
Baje frente al Mercado de pulgas una vez más, verifique las entradas y salidas del edificio como las recordaba.
Camine lentamente hacia la entrada verificando todo lo que mis ojos podían abarcar después de entrar di un recorrido por todas las instalaciones como el aire soplaba fuerte movía mi vestimenta, pero poca gente me miraba directamente y aquellos que lo hacían no duraban mucho tiempo.
A la segunda vuelta para no sobresalir o lucir extremadamente sospechosa tome del bolsillo de mi vestido unas monedas para comprar un Trapizzino que consistía en un bollo relleno de pepperoni, quesos y espinaca.
Saboreaba la comida cuando al fin me dirigía a mi destino, media hora antes de lo acordado y con un estómago lleno pude pararme en el mismo lugar de siempre.
Fue después de unos minutos que sentí mi teléfono vibrar, verifique todo el perímetro para después lentamente meter mi mano en el bolsillo. Habían siete personas cerca de mi con su teléfono en la oreja pero tres de ellos ya se encontraba hablando por lo que solo tenía que fijarme en los cuatro restantes.
Camine hacia atrás paso por paso hasta tocar con la pared de esta manera podía observarlos a todos y también ver si alguien más se acercaba. Saque lentamente mi teléfono y conteste.
Respiraciones fue lo primero que escuche después de hablar finalmente.
- ¿Ya estás aquí?
Mostré una leve sonrisa pero seguí sin contestar.
- El decía que siempre llegabas antes.
Mi ceño se frunció- ¿Quien?
Cuando al fin conteste pude escuchar su suspiro de alivio, su voz se volvió extrañamente delicada cuando me dijo- Francisco. Supongo que no te pareces a la Adrienna de siempre y sé que no confiarías en una persona extraña pero realmente necesito que nos movamos de acá ¿Puedes venir al mostrador del negocio?
Una hermosa chica rubia estaba ahí, su piel estaba levemente bronceada y tenía un esponjado suéter verde aceituna. Parecía barrer su mirada por la zona, guardé mi teléfono sin colgar la llamada y me propuse a ponerme detrás de ella.
Saqué de nuevo mi teléfono y le dije-Muévete te seguiré.
Ella despeinó su cabello y empezó a caminar. Mantuve mi distancia pero cuando vi que nos dirijamos a lo que parecían los almacenes según los letreros, saque el arma que tenía entre mis piernas y la puse dentro de la manga izquierda.

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Mi Mafia
AksiAdrienna Giordano la nieta más querida del hombre que construyo un imperio, Pietro Giordano un hombre a temer con 74 años, viudo a corta edad. Constructor de uno de los imperios más grandes del último siglo con múltiples líneas de negocio que no hac...