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El sabor del whisky deslizaba por mi garganta, el frío que se sentía en mis labios por el hielo me hizo atraparlo con mi lengua y morderlo lentamente. Quería sentir la frescura en todo mi cuerpo.

- Eso es sexy.

Voltee a ver al barman que servía en el área en la que nos encontrábamos. Moreno y oscuros ojos. Su cuerpo era delgado pero sobresalía por su altura y músculos, podías contemplarlo incluso con una barra separándonos.

Me incline hacia él y el escote de mi vestido formo un agujero que pronto capto su atención. Me acerque hasta el límite e impacte en sus labios, empezamos a movernos con lentitud y después un poco de lengua se involucró. Me separe dándole una mordida a su labio y trayéndolo más a mí para después soltarlo.

Sentí su suspiro cálido en mi mejilla.

- Delicioso- Le dije con una sonrisa coqueta mientras recargaba mi mano en su pecho desnudo. Lleve mi nariz a su cuello donde inicie un recorrido, mis manos seguían traviesas y su código de vestimenta lo forzaba a desabotonar la mitad de su camisa por lo que deslice mi mano hasta el límite.

- Adrienna- Escuche atrás mío- deja tu juguete vamos a bailar- voltee a ver a Bardo quien sostenía a una mujer a su lado.

Su mirada era neutra no habían rastros de alcohol en su sistema. Bardo era después de todo el cuidador de hoy.

Mire a su rubia acompañante- Porque tú si puedes llevarla pero yo no- dije mientras tomaba fuerte la camisa del chico y lo acercaba a mi cuello, donde obedientemente lamió y beso.

Sonreí- Míralo esta tan bien educado- dije mientas acariciaba su cabello. Me gustaban las mascotas entrenadas y más aún recompensarlas.

Bardo me miro de arriba abajo, claramente debatía mi nivel de ebriedad. Después de pasar por dos lugares antes del club Osare estaba un poco ebria pero no lo demasiado como para ponerme a pelear con mi Primo por un estúpido desconocido, así que lo solté de inmediato. Aún era temprano no quería que me enviara a mi habitación por tal idiotez.

- Vamos- Dijo mientras soltaba a la chica y me ofrecía su mano. Bardo se veía terriblemente atractivo. La trenza que aún conservaba le daba un plus, ahora la había recogido en un moño y había dejado las trenzas más pequeñas sueltas, su pegada camisa blanca junto con sus pantalones oscuros lo hacía simplemente sobresalir.

Voltee a ver a su acompañante la misteriosa señorita rubia. Vi lo ofendida que se sentía y mientras enviaba dagas a mi persona yo mantuve mi mirada en ella. Estaba siendo un poco traviesa hoy asi que  deslice mi mano hasta el bolsillo trasero de Bardo marcando un poco el territorio.

- Pensé que conmigo tu bailar- Al terminar de escucharla hablar le di una mirada de burla, que no hizo más que encenderla. Ella hablaba terrible el idioma.

Bardo se volteo y con una seria cara le dijo- No te confundas.

No perdimos más el tiempo y bajamos las escaleras juntos. Me dirigí hacia mis primos mientras levanta las manos y las movía en el aire. La música me hacía saltar, tome mi cabello entre mis manos para después soltarlo y agitarlo. Cantaba tan fuerte que por un momento llegue a pensar en haberme quedado sin voz.

Ángelo, Francisco, Boris y Bardo me dejaron bailar en una pequeña burbuja que habían creado. Las resplandecientes sonrisas de mis ebrios acompañante me hicieron reír mucho y ya que no dejaban entrar a ningún externo tome con fuerza la mano de mi primo Francisco acercándolo a mí para bailar, él de inmediato se balanceo conmigo.

No sentí el tiempo pasar pero en cuanto abrí mis ojos y volteé estaba en otro lugar de la pista, mi familia no estaba conmigo y sentía un toque diferente.

Callosas y fuertes manos estaban en mi cuerpo.

Lentas caricias eran dadas a mis brazos y sus manos estaban cubiertas por lo que se sentían anillos.

Ojos verdes me estaban siguiendo. Sentía nuestros cuerpos húmedos y calientes. No recordaba cuando había empezado a bailar con él. Pero...Su olor me tenía en el maldito cielo.

Vodka. Mi licor favorito.

Las luces se habían apagado por completo y solo tenues colores se repartía por el lugar. Colores rojos y azules que dejaron ver partes de su cuerpo se estaban dejando cada vez más.

De mi cuerpo caían pequeñas gotas de sudor, el aire frío y mi ropa mojada era una combinación excitante. La música seguía sonando y me movía al ritmo que él me daba.

Su fuerte pecho seguía tocando con mi espalda y la frustración de no poder pasar mis manos por su cuerpo me estaba volviendo loca. Cómo si leyera mis pensamientos agarro mis brazos para colocarlos en su nuca, sin quejas le obedecí. Toque su corto cabello jalándolo a mí y mecí mis caderas de lado a lado, tocando y presionando.

Sus labios sin previo aviso atacaron mi cuello y sus manos subían cada vez más desde mi cintura hasta llegar a mis pechos tocándolos, primero con delicadeza para después cubrirlos con sus manos y apretarlos con rudeza, los tirantes de mi vestido cayeron mientras él jugaba en mí. Mis pezones estaban tan erectos por la fricción de mi ropa que me hacían sentir cada toque de sus dedos.

De pronto me dio la vuelta y lo vi, su mirada excitada, el vello en su cara y una sonrisa coqueta. Su boca no perdió más el tiempo e impacto conmigo fuerte y rápido. Nos besamos con rudeza y al fin toque lo que mis manos tanto deseaban.

Su cuerpo.

Mientras el bajaba meciéndose y manteniendo sus labios pegados en mí, mordiendo y succionando hasta llegar al límite de mi escote.

Ambos teníamos lujuria en la mirada, sabía que esto iba a continuar, es más lo queríamos, pero como si de pronto le importara la decencia paro y subió su cabeza. La mirada en sus ojos verdes quedo pegada a la mía mientras una gran sonrisa se miraba en su cara.

Se veía satisfecho con una traviesa mirada. Parecía un chico que había sido pillado haciendo algo malo.

Pase mis manos por mi cabello peinándolo. Estaba escondiendo el hecho que estaba a punto de sacarlo de aquí y continuar en otro lado.

Tal vez la forma en la que me sostenía, como una muñeca de cristal.

Tal vez era su altura y músculos.

O simplemente era la mirada hipnotizante de sus ojos.

Deseo.

Promesas.

Voluntad.

Era un hombre aterrador, con abrumadora presencia, haciendome sentir alerta a su alrededor.



Era un hombre aterrador, con abrumadora presencia, haciendome sentir alerta a su alrededor

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Traducción

Osare________________________Atreverse.

Mi MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora