12

1.6K 92 1
                                    

Ángelo tarareaba la canción en la radio mientras me encargaba de anotar todo descubrimiento de estos últimos minutos o próximos planes a efectuar en mi pequeña libreta roja. Teníamos tanto que hacer ambos debíamos atender los negocios que el abuelo había dejado en nuestras manos y asuntos personales de igual manera.

- Debemos comprar nuestro arsenal en Rusia está vez - Le dije a mi hermano.

- Acaso te dieron buena información - Me preguntó.

- Lo básico. Alardean los que no tienen y callan aquellos que tienen tanto que ofrecer. Está vez callaron los rusos y en cambio otros podían dejar de mover sus bocas.

Fue un poco fastidioso, por lo que te agradezco querido salvador. Llegaste justo a tiempo.

- Siempre lo hago.

Le sonreí en respuesta.

No paso mucho tiempo para que llegáramos a casa y fue hasta que llego la noche que al fin pude descansar como era debido. Me involucre tanto en los trabajos escritos, quehaceres y demás tormentos que me perseguían que solo cuando mi madre subió la cena me di cuenta de lo tarde que era. 

Reserve en linea los boletos para una conferencia que nos interesaba ir con Violeta, después tome una foto y se la envié. Me contesto con una cara sonriente y un lo estoy esperando, muñeca.

Sonreí a la pantalla y de inmediato estire mis músculos, me dirigí hacia mi baño a tomar una ducha caliente. Me desnude y masaje mi cabeza unos segundos, la coleta que había tenido mientras estudiaba me había causado dolor.

Fue entonces que empezaron unos minutos de tranquilidad que deseaba desde la mañana.

Abrí la regadera y de inmediato salió el agua caliente, mis músculos se relajaron al contacto. Mientras las gotas quedaban en mi cuerpo pase jabón por él y masajee mi cabeza cuando coloque mi champú.

Tarde más que nunca en el baño solamente dejando que las gotas de agua golpearan con delicadeza mi cansado cuerpo. Cuando me sentí lo suficiente satisfecha me envolví en mi toalla y procedí a ponerme la ropa más abrigada y cómoda que tenía que básicamente consistía en el viejo suéter de mi padre y unos pantalones holgados.

Tome el Chocolate caliente que mi madre había dejado para mí hace unos minutos, cuando sentí la taza aun humeante sonreí. Me dirigí a mi balcón y me senté en el sofá mientras daba pequeños sorbos y miraba la oscura noche.

No fue hasta que mi taza se encontró vacía que baje con la bandeja que había subido mi madre. Los platos y vasos ahora se encontraban sin nada en ellos devorados por mi enorme apetito en cuanto los coloque no perdí mas el tiempo y subí de nuevo a mi habitación me senté en el mismo puesto y contemple las estrellas una vez más.

- La familia ya se enteró que mataste al responsable.

Voltee a la voz que se encontraba atrás mío. Fue cuando observe a Aldo sentado en mi cama, había sido tan sigiloso como un gato que de no haber sido por su voz no lo habría podido identificar.

Bebía un vaso con un líquido amarillo, lo más probable es que fuera whisky. Las mangas de su camisa estaban recogidas y el vello de su pecho era visible ante mis ojos.

- Lo hice- Le dije mientras volvía mi vista a la luna.

Pasaron unos minutos cuando sentí una pesada mano en mi cabeza y como acariciaban mi cabello.

Mi reacción fue inmediata al voltear a ver al responsable y agarrar su mano para separarla de mí. Pero Aldo era más fuerte y veloz así que tomo la parte trasera de mi cuello apretándome y jalándolo hacia él. Ahora podía observar verdaderamente sus ojos, ojos que estaban inyectados de rojo mirándome con asco.

- Haz echo tantas cosas Adrienna. Incluso ya no se te podría considerar humana.
Haz mutilado, quemado, decapitado e incluso enterrado a muchos hombres vivos, por eso me resulta tan impactante que el hombre que por un momento casi mata a tu primo el que dices amar, lo hayas dejado morir con una puta bala en su cabeza- Dijo mientras jalaba de mi con más fuerza y fue en ese mismo momento que su otra mano se le unió apretando mi brazo izquierdo

Lo mire con furia en mis ojos y repulsión al oler el alcohol que emanaba de su boca. Estaba completamente ebrio- Son órdenes del abuelo, ni siquiera tú te has atrevido a desobedecerlas y no pienso hacerlo por tus caprichos.

Carlo está bien, el aún vive. Disfruta de la familia que dices amar por qué esta será la primera y última vez que entras mi cuarto, me amenaces y lastimes. Si lo vuelves a hacer mi boca ira con Pietro Giordano, el jefe de esta familia. Pero como tú dices soy despiadada, por lo que no dudare en que tu cabeza ruede por las escaleras de la casa ese mismo día tal vez incluso antes de ver a Pietro.

Su mirada buscaba alguna señal de broma en mi rostro, pero no encontró absolutamente nada.

Fue entonces cuando sus manos fueron apartándose de mí y soltó una carcajada -Solo bromeo princesa, tu siempre sacas las garras- Dijo mientras reía, mantuvo una sonrisa burlona en su rostro mientras se alejada. Unos segundos pasaron cuando escuche la puerta de mi habitación cerrarse y fue entonces cuando al fin pude respirar de nuevo.

Mis manos pasaron por mi brazo y cuello adolorido. Ese hombre...Me moví rápido hacia mi tocador donde se encontraba mi celular no dude en hacer una llamada.

- ¿Quien esh?

- Hola muñeco, pásame a mami por favor. Es Adrienna.

Unos minutos pasaron hasta que escuche la voz de la mujer que me interesaba.

No dude en hablar- Necesito que alguien desaparezca.


Espero les esté gustando no olviden votar, comentar o compartir la historia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Espero les esté gustando no olviden votar, comentar o compartir la historia.

Mi MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora