Agua de la buena suerteHan transcurrido una semana y media desde que había hablado con Danforth y en ese entonces estuvimos ocupados con otros clases extras que nos beneficia para entrar en la universidad.
Como verán el día de hoy se supone que toca la exposición pero como siempre estudio a último momento, decido levantarme temprano para ser exacto las dos de la madrugada. Me recuesto en la alfombra cruzando una de mis piernas, termino de estudiar Biología solos unos párrafos pequeños, bostezo incontroladamente cada rato, a veces me quedo ida mirando un punto fijo en la pared, restriego los ojos. Necesito un café, tiro mi carpeta al piso sin importar que lo pise, bajo las escaleras caminando a la cocina, cojo una taza calentando el agua en una olla y coloco unas cuantas cucharadas de café en polvo en la taza, lo que sea necesario para despertarme, ya bien mezclado me la llevo al cuarto dejándola en la mesita de noche, voy al baño para lavarme la cara al salir veo a lo lejos algo moviéndose entre el sillón.
¿Qué estará haciendo mi cochito?
Me acerco encontrandolo orinandose encima de mi carpeta.
—Oreo— murmullo, cogiendo mi portafolio llevándolo al baño para que se seque. Ahora que voy hacer, comienzo a entrar en pánico, no me queda de otra fallar en esta clase. Me recuesto en la cama dejándome llevar por el sueño.
Al despertar, ya cambiada con un mal humor de perros, mastico con dureza cada bocado de cereal que daba, no tengo en las mas remota idea que voy hacer en la exposición.
—¿Y a ti qué te pasa?— pregunta Natt, las chicas no está eso es muy notorio porque tuvieron que hacer otra cosa.
Suspiro, contando hasta tres para relajarme.
—Me levante temprano en la madrugada para estudiar pero la cosa es que.. me quedaba dormida constantemente así que fui a la cocina, me tome un vaso de café, no lo recuerdo, cuando regresaba arriba a la habitación encontré a Oreo orinarse en mi portafolio— exaspero recuperando la respiración.
Se queda en silencio mirándome perplejo y justo cuando iba a dar mi otro bocado, escupe el jugo de su boca en mi cara.
Impresionante.
—Puaj— exclamo limpiandome con una servilleta, empieza a reírse igual los demás.
Se ríen de mi desgracia y así quieren que los respete, inútiles. Termino de limpiarme amarrando mi cabello en una coleta.
—Hablas enserio— sigue carcajeandose de mí, asiento regañadientes volviendo a terminar mi desayuno.
—No te creo— carcajea Mark.
—Bueno no lo hizo con mala intención.
Se encoge los hombros James divertido con la situación, ruedo los ojos.
—Debió ser agua de buena suerte— dijo Alex riendo, lo fulmino con la mirada.
Todos vuelvan a reírse, me levanto ignorandolos saliendo de la casa con mi patineta en la mano. No se puede contar absolutamente nada, ojalá que haya un milagro sacandome el pésimo día que tengo. Paro el andar en la entrada del colegio, camino pasando los pasillos dejando la patineta en el casillero, saco algunas cosas que necesitare el día de hoy. Cuando cierro el casillero me tropiezo con alguien dejándome caer al piso.
—Lo que faltaba— murmuro con mal humor.
Termino de levantar sobandome el trasero y recogiendo mis cosas.
—Mira por donde vas— exclamo hacia la persona de antes enseñándole el dedo del medio.
Entro al aula sentandome en la parte de atrás no quiero más accidentes y menos aún confrontaciones, el profesor entra indicando que se callen todos, de la nada aparece en la puerta Danforth caminando donde yo estaba sentada.
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Al Filo del Descarrio
Teen FictionLa lluvia desciende por sí misma, empapándolos de pies a cabeza. No tuvieron la conciencia suficiente para traer un paraguas. Ella trata de escapar esquivando a las personas que transeunte en la calle, ignorando los llamados de la persona que ama. É...