Capítulo 31

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Cacería

El día siguiente espero a Nick a un lado de los arbustos del jardín del instituto, nos pusimos de acuerdo que cualquier cosa que suceda en estos días avisará de una nueva evidencia que necesitará para concluir la investigación.

Miro mi reloj nuevamente ¿que tanto hace que se demore tanto?. Dejó escapar un suspiro mirando por otro lado encontrandome con Tristan caminando hacia mi dirección, hago una mueca, me levanto de la banca cogiendo mis cosas tratando de escapar nuevamente de él. De verdad les cuesta controlar las hormonas de los hombres, no tiene otra cosa mas que hacer que pensar en las mujeres.

—¡Leila!.

Grita tratando de alcanzarme, esta vez no dejare que me alcance y dejarme llevar por su palabras. Si es posible empiezo a correr directamente a mi primera clase sentandome en la parte de atrás antes que llegara la puerta se cierra en sus narices. Con una mirada del profesor Griffin indica que se largue a su clase, me mira una vez antes de gruñir caminando a la dirección contraria.

Me siento salvada, por ahora...








Tristan

Mierda.

Eso fue lo único que se me escapó de mis labios al verla sentada ignorandome.

Despeino mi cabello caminando a mi clase de fisica, me siento en la parte de atrás escuchando el reclamo del profesor por haber llegado tarde. En verdad no le presto atención en nada de lo que dice lo único que tengo en mente es como haré para que Leila hable conmigo.

Le he enviado mensajes inclusive trate de llamarla pero fueron rechazados a tal punto que apagó su celular. No puedo quejarme por que fue mí culpa en cierto punto por haber dejado Antonella sentarse en mis piernas que por cierto no me di cuenta que ella empezó a darme besos, trate de alejarla pero se agarraba en contra de mi voluntad, no se como hare que me crea.

Todo esto es complicado no somos nada pero me gusta y no puedo evitar que sucedan estas cosas salieran fuera de mis manos. Mis sentimientos siguen contacto con Leila, ella es diferente del resto puede que sea una cabeza dura, gruñona y peleona en todos los sentidos pero me hace reír, me hace olvidar de mis problemas, me hace dar una vuelta al mundo viendo su perspectiva de la vida sin dejar por vencida menos cuando la he retado en cualquier juego fisico por que vamos a eso nos atrae más a lo hombres, no por tener buen cuerpo sino su forma de ser y ver la realidad del mundo.

Ahora estoy pensativo creo que por no haber dormido lo suficiente me hace decir cursilerias, tendré que pedirle ayuda a alguien y se quien me puede ayudar.

—Cuando recibí tu llamado para que te ayudará no me esperaba que dijeras eso.

Mark está un poco asombrado, bueno quien no si soy yo la persona que trata de conquistar a la hermana de nuestro querido amigo y capitán.

—No se que hacer... me está evitando.

Mencionó dejando escapar un gruñido apoyando con mis brazos en la pared. Siento su mano golpear mi espalda, vuelvo mi postura como estaba.

—Relajate, creo que deberías dejar de buscarla.

—Si dejo de hacer eso va pensar mal.

Me mira un poco dudoso.

Al Filo del DescarrioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora