Al Filo del Descarrio

Capítulo 35

Auxilio

Tristan

—Cuéntame, funciono o no el detalle preparado.

Insite por última vez desde que nos alejamos de la fiesta, especialmente de ella.

—Para eso me apartaste para contarte lo que paso, si quieres chismoso.

Respondo divertido, soltando una carcajada. Solo para eso me interrumpió, no pudo aguantarse en la noche para contarle en la residencial.

—Vamos estabas ansioso en realizarlo y yo no sé nada si resulto bien o no. No pude contenerme.

Se encoge de hombros mirando por otro lado.

—Si que eres sapo hermano.

Contestó negando la cabeza, comienzo a relatar todo de lujo y detalle obviamente escapando como el beso que nos dimos etc.

—¿Entonces son oficiales?.

Pregunta alzando una ceja.

—Pues me dio una oportunidad, eso significa que sí.

Respondo, haré todo a mi alcance para lograr que me acepte.

—No metas la pata de nuevo, por que es cansado y fastidioso en ayudarte, sabiendo que es la hermana de nuestro amigo capitán.

Me recuerda dando una palmada de confort.

Ahora resulta que debo hablar con míster King Kong, me costó sacar una cita ahora será peor.

—Gracias por recordar.

Exclamo sarcástico, recibiendo una carcajada de su parte.

Avanzamos de vuelta a la fiesta donde ya no se ve mucha gente, me imagino haciendo sus "cosas". Así se me hace más fácil encontrarla a Leila donde la deje en la barra, cuando me acerco no la encuentro, dejándome desconcertado.

—¿Seguro que estaba aquí?.

Cuestiona Mark buscándola entre la gente. Me encojo de hombros, no sé realmente, ojalá no se haya molestado por demorarme.

—Puede que se haya ido a su habitación a descansar.

Determino, aún así me inquieta un poco, revisó llamadas o mensajes pero no he recibido nada, vuelvo a pagarlo.

—Puede ser, igual no hay mucha gente, mejor vamos a descansar lo necesitamos.

Sugiere llevándome a la residencia, espero que este bien y cuando me la encuentre mañana que no me mate.

Toc toc toc

Golpes en la puerta nos despierta especialmente de mi hermoso sueño con Leila, doy la vuelta cubriendo una almohada en la cara, no me quiero volver a encontrar unas de esas típicas chicas en necesidades de apuro con Mark, sería asqueroso. Leve voces se escuchan en la entrada, una parte la conozco será que tiene una relación bajo cubierta con una de las amigas de Leila, si es así lo va matar. Me mueven de un lado a otro sacudiendo sin parar dejando desconcertado.

—Levántate imbécil.

Me llamo Mark, detesto que me levante para que me mande por otro lado.

—Ah no, búscate otro cuarto no pienso moverme de aquí.