Capítulo 38

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Amenaza

No pude pegar un ojo en toda la noche, cada vez que podía cerrar los párpados el mensaje se reproducía más los recuerdos y el secuestro que ha pasado. Dejándome con un dolor de cabeza que retumba por todas partes al despertar, me levanto de la cama quitando las sábanas de mi cuerpo. Es imposible dejar de pensar que algún modo mi hermano haya liado con Blake y sus hombres, si realmente es o fue una desgracia completa.

Salgo de la habitación bajando las escaleras caminando hacia la cocina, necesito un vaso de agua y una pastilla para quitar este malestar.

—Buenos.. ¿qué te ha pasado?.

Exclama James acercándose en examinar los golpes y la banda que tengo en la cabeza y en el muslo. No me había acordado que tenía unos shorts puesto y una camisa suelta.

No respondo, coloco la pastilla en la boca tragando un sorbo de agua para pasarlo. Aprieto los párpados al sentir el agua fría pasar por mi garganta, pasó de largo empujando su hombro. Ignoró los reclamos del por que tengo lastimado mi cuerpo. Busco una maleta y guardo ropa al menos para dos semanas, no puedo estar bajo el mismo techo con un ser tan mentiroso que es mi hermano aunque eso está en la familia.

—Te estoy hablando.

Se queja abriendo la puerta de mi habitación.

—¿Qué estás haciendo?.

Pregunta acercándose frunciendo el ceño.

—Lo que debería haber hecho desde el principio.

Contestó cogiendo más ropa y guardando con cuidado las notas escondidas en mi suerte dobladas.

—De qué estás hablando.

Inquiere.

—No puedo vivir donde hay un mentiroso bajo mis narices.

Se tensa, el sabe muy bien de lo que hablo solo se hace el tonto disque protegiéndome, ya me he comido ese cuento antes y resultó nada favorecido.

—Creo que estas confundiendo las cosas.

Miente, negando la cabeza.

—Sabes muy bien de lo que hablo, no se que a pasado en el pasado y por lo que tengo entendido has estado en problemas.

—Quien te ha dicho eso.

Cuestionó molesto.

—Nadie, se nota desde kilómetros las mentiras y lo farsa que es vivir a tu lado.

—Eso es mentira.

—¿A que no? Cómo así te e visto hablar con un tipo más de 2 metros más alto que tú usando ropa negra y una moto como transporte para decirte que debes hacer un "mandado".

Acusó recordando hace unos meses donde Matt nos trajo a ver la escena en el estacionamiento del instituto.

—No, no estás equivocada.

Responde nervioso.

—Se que trabajas o lo hacías para alguien. No soy estúpida.

Se queda callado, termino de empacar cerrando y enviando un mensaje a Nick que me venga a ver.

—Si no hay nada más que decir, me largo.

Lo empujó bajando con cuidado la maleta y lo necesario. Al bajar las escaleras me encuentro con el equipo, solo me miran sin decir nada. Tampoco lo hay, abro la puerta al sentir el claxon del auto de Nick.

—Mark, cuida de Oreo prácticamente eres la madre.

Respondo encogiendo de hombros al verlo acariciar a mi cachorro.

Al Filo del DescarrioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora