Capítulo 40

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Duele tener a una persona en el corazón sin poder tenerla entre sus brazos

A~.

Desesperación

Tristan

Que mierda..

Estoy en shock al verla correr en el lado opuesto de la calle, saliendo desesperadamente del centro comercial, reacciono demasiado tarde al verla desaparecer en un taxi.

Corro con todas mis fuerzas para alcanzarla, paso por arbustos, personas, niños, mascotas y cualquier decoración en mi camino tratando de esquivarlo, unas cuantas veces me tropiezo resbalando por el suelo liso pero termino de levantarme. Se que es absurdo correr tras un taxi en alta velocidad, pero estar en un equipo de fútbol donde requiere correr me facilita hacerlo, al girar veo que se acumula los carros por el tráfico dando ventaja en llegar al taxi.

Golpeo la ventana repetidas veces tratando de llamar la atención, sin importar empaparme con la tremenda lluvia que cae. Solo por tenerla aquí y que no vuelva a escaparse e irse lejos de mis brazos. Ella me mira asustada, sale por la otra puerta esquivando a sí mismo los autos que la pitan con el claxon, no me rendiré hasta recuperarla.

La lluvia desciende por sí misma, empapandonos de pies a cabeza, el agua empezaba a llenarse, inundando ciertas calles, trata de escapar esquivando a las personas que transeúnte en la calle, sigue corriendo ignorando los llamados hasta que la alcanzó. Veo su cabello mojarse y pegarse en la cara como las gotas de la lluvia ruedan sobre su cara, combinando las lágrimas y el frío acomularse sobre sus talones, no se porque razón trata de evitar lo que sucede con ella y temo que sea la razón sea por él.

Niega rotundamente quedarse, aguantando el nudo de la garganta, se escapa alejándose sin mirar atrás.

La dejo ir, viéndola correr perdiéndose con la tormenta. Me derrumbo en la calle sintiendo todo el peso caer, prometí a mi mismo que nada volvería a suceder algo malo contra ella ni con eso puedo lograr a cumplir. Tampoco pienso rendirme tan fácil, si cree que es correcto en dar cara lo dejaré hacerlo pero sin olvidar que tiene ayuda bajo la manga.

Marco el número de Nick, necesito respuestas.

—Eo

Responde.

—Tenemos un problema.

Contesto agitado, el aguacero no para. Me levanto buscando un techo en donde no pueda mojarme más.

—¿Qué sucede?.

—Es Leila, se ha escapado.

Respondo tocando el puente de mi nariz.

—¡¿Que?! ¿Cómo es posible que la dejaras sola..?

Exclama molesto.

—No sé qué habrá pasado, desde la mañana ha estado actuando rara. ¿No mencionó nada?.

Se queda en silencio por unos minutos hasta que me responde.

—Por lo que veo no.. pero no te preocupes. Se a donde podría estar.

Contesta seguro de sí mismo.

—¿Cómo? no entiendo.

—Le puse un rastreador si sucedía algo como esto.

Comenta escuchando unos sonidos de teclas en una computadora.

—¡¿Qué?! No entiendo nada, necesito respuestas Nick

Al Filo del DescarrioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora