Capítulo 39

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Escapadas

En la función no e puesto absoluta atención de la película, solo por hallar algo que pueda hacer cuando el me mande un mensaje para reencontrarme con él, se que es absurdo por que lo hubiera hecho antes en el estacionamiento, no lo hizo porque habría complicado las cosas. En esa parte está listo pero no tanto al saber que tengo un rastreador en mi nuca, espero que sí suceda algo funcione.

Cuando termina la película salimos del cine, con una mano sigo comiendo las palomitas que han sobrado al menos con eso me calme un poco mi nerviosismo. Hablan sin parar sobre el final y los detalles de la película tampoco me opongo en la elección de la comida que eligen los muchachos.

Nos sentamos en una mesa apartada de la multitud, mi mirada se centra afuera de la ventana detallando cómo se mueven las palmeras. Siento una mirada posarse en mi, giró encontrandome con las chicas quienes no han deja de mirar sin parpadear aterrorizadome.

—¿Qué?.

Respondo saliendo un gallo sin querer.

—Te noto distraída. Eso no es normal en ti.

Explica Nadia ladeando la cabeza.

Suspiro, mis únicos pensamientos solo se trata de los mensajes y con el imprevisto encuentro con Blake. Como me gustaría contarles sobre el mensaje que me ha enviado pero que me serviría, nada, solo dejando con la duda. No tengo otra opción en quedarme callada porque hay gente observando cada movimiento que haga.

—Nada, creo que me vendrá el periodo.

Miento volviendo a masticar otra palomita de maíz.

—Me hubieras dicho, tengo un tampón si es que lo necesitas.

Dice Amelia encogiéndose de hombros, asiento.

Se acercan los chicos con la comida que han pedido con sus respectivas citas así podría llamarlo. Tristán me entrega una ensalada de pollo asado y unas papas fritas, pongo los ojos en blanco al ver nada de comestible solo el pollo sin sal, tendré que comerlo a la fuerza. Desenvuelve el plástico de mi cubierto y pincho mi ensalada, mastico con dureza al sentir nada de sabor.

—Quien me pidió esto, no recuerdo haberlo pedido.

Exijo malhumorada tomando un sorbo de mi limonada.

—Fui yo, necesitas nutrientes para tu recuperación.

Justifica Amelia sonriendo divertida. Bufo que más remedio me toca.

—Oh vamos, debe estar mejor que mi comida.

Dice Tristan encogiéndose de hombros.

—Fácil para ti decirlo.

Señalo con mi cubierto su Bic Mac deluxe. Sonríe nervioso volviendo a comer. Los otros se burlan comenzado a tirarles papas fritas en el cabello de las chicas, quiero unirme pero no quiero desperdiciar mi deliciosa comida que tengo.

—¡Basta!.

Chilla Amelia golpeándole un manotazo a Natt.

—Oh vamos es inevitable hacerlo.

Se burla quitando los pedazos de papas en su melena de color negra.

—Claro que no, no es divertido.

Fulmina la mirada Nadia a Mark sacudiendo la sal que tiene en sus mechas californianas.

—Si que lo fue.

Admite Mark ayudándola.

Se ven sumamente tiernos en cambio Tristan solo se ríe de sus amigos en sus propias citas.

Al Filo del DescarrioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora