Al Filo del Descarrio

Capítulo 25

Perro y gato

Porque la vida es injusta. No menciono ni una palabra tras de haber amenazado amigablemente, si claro.

Aparentemente dice que soy dramática palabras de él no mías. Si lo preguntan sigo amarrada, está empezando a enfriarse el clima que no me está gustando mucho.

—Podrías soltarme— exclamo fastidiada —Hace frío y me estoy muriendo de hambre, tengo ganas de comer algo— me quejo echando hacia atrás la cabeza. Que alguien me salve.

Suelta un suspiro, se escucha el chirrido de la silla levantándose. Me desamarra la soga de las manos y piernas, más exagerado a salido.

Me pongo de pie dispuesta a estirar los músculos adormecidos pero me levanto como saco de papas entre sus brazos. No reclamo porque tengo pereza en caminar, me suelta en el sofá, cojo el control prendiendo el televisor.

—No creas que hemos terminado esta conversación— determina volviendo a entrar la sala con bolsas de frituras en las manos.

—Para tu información- apuntó con la papa en la mano —No hemos avanzado nada, solo me agarrastes y comenzaste a fastidiar en decirte algo que no te concierna.

Muerdo la fritura masticando con dureza, créeme que me siento humillada, indignada y con frío. Ojalá que no me de un resfriado. Abre las otras bolsas de frituras atragantándose en ellas.

—Hubiéramos avanzado si tú cooperas— acusa con la boca llena.

Ruedo los ojos irritados.

—Me parece absurdo, no es una escena de crimen para que estés comportando como un estúpido detective— apoyo mi brazo en el mueble —Y por último que te importa saber, ya pasó.

Cojo una manta y comienzo a cobijarme en el, tengo tanto frío que empiezo a temblar.

—Solo... solo quiero saber por qué tuviste que destruir tu cuarto—dice de manera lejana y curiosa.

Que sincero de su parte, preocupándose por mí. Qué más da.

—Fue Oreo— miento, no es mi culpa pero es un cachorro inofensivo pero es más fiable al cubrir la verdad.

Me mira con una ceja alzada.

—Tu perro— cuestionó incrédulo.

Asiento con firmeza, perdona por meterte en este cochito. No parece para nada convencido.

—Con ese tamaño me mata entonces— se ríe a grandes carcajadas.

—Te estoy diciendo que fue él— señaló agarrando a mi canino.

—Si tu lo dices.

Responde irónicamente.

Esa sensación de que te saca de quicio, pero a los diez minutos te saca una sonrisa que te lleva hasta el fin del mundo.

Danforth

La veo entretenida mirando el programa de netflix traslado en aire. Quiero averiguar más, tengo mucha curiosidad sobre lo que pasó allá arriba. Me parece muy raro que ignorase lo que ha hecho en su habitación, me gustaría que me lo contara pero creo que ya se porque no lo hace, por que no confiá y tampoco se fía de uno. No es que sea una vil persona pero jamás demuestro mis sentimientos ni mucho menos muestras de afecto. Nunca lo he hecho, gracias a la dura realidad que he tenido cuando era un pequeño que no quiero recordar. La comprendo así que con tanto esfuerzo no la presiono en hacerlo con el tiempo me lo dirá. Eso espero.

Se ve adorable arropada con esa sábana de bob esponja, me gustaría salir con ella. Siento que la estoy dejando de lado, no es que quiera que sepa que me gusta solo que todo es nuevo para mí. Creo que tengo un plan donde me puede perdonar.

—Oye— la llamo, me mira dejando de comer las frituras —Quería saber si.. quieres ir al Drive in. Es para recompensarte de las tantas plantadas que te he dejado.

Deja el plato en la mesa, se vuelve a acomodar arropandose aún más. No me responde, espero que no esté dudando demasiado.

—Vaya que lo reconozca— contesta sarcásticamente —No me queda de otra que aceptar porque de una forma a otra me hostigarás hasta que acepte.

Sonrío mostrando mis dientes, nadie me había aceptado en salir conmigo, no es que sea feo ni nada pero de una manera nada sexual porque todas las chicas del instituto coquetean conmigo esperando que las tire, pero se equivocan con este concepto de chico. No soy como todos, siempre tienen ese mal pensar de uno solo porque es atractivo o algo así por el estilo. Verdaderamente cansa, me harta que una chica me coquetee sin descaro alguna, enseñando sus escote alborotando las hormonas de un chico. De todas formas me gusta estar con Leila me entretiene y me divierte, es divertida, sarcástica, dura, gruñona, extrovertida, quién no le importa meterse en problemas, que se preocupa de los demás. Eso sí me había fijado bastante incluso su miedo.

Flashback

Cuando me marchaba después de nuestra mini plática, me había escondido en uno de los tachos de basura para que no me viera quería ver quién era esa persona que la había puesto de los pelos en punta. Se ve tranquila como si recuperara el aliento hasta que alguien la arrastra empujándola contra la pared. Me contengo bastante para no entrometerme porque soy capaz de noquiarlo a golpes, no se ve muy grata su repentina llegada, comienza a discutir de una manera pacífica que jamás haya visto. Se ve como el tipo chico malo, no me parece que sea su ex ni mucho menos un viejo amigo, nunca lo he visto por estos rumbos, lo único que acierto es que no me fía mucho su aura. No se ve para nada contenta, quiero acercarme pero algo me detiene por dentro hasta que veo por fin se larga pero en el lado opuesto. No logró alcanzar ver su cara porque se la tapaba con su capucha del buzo. Olvidando de ese tipo veo que Leila se aleja con pasos cuidados hasta que la veo detenerse desplomándose en el suelo.

Nunca olvidaré ese detalle y menos de ese hijo de fruta. No se como pero lo encontraré.

Hola hola mis chiquitines;)
¿Como les va? ¿Como la están pasando?

¿Que les pareció? Les dije que iba comenzar a escribir correctamente el nombre de nuestro querido chico sarcástico. Por cierto estoy publicando las correcciones que hice hace mucho tiempo. Solo que ahora estoy aprovechando en terminar de publicarlo por que estoy sumamente aburrida.

Quien lo diría que dentro de un chico tan oscuro sin sentimiento lo tendría a flote aparte invitando a una cita a nuestra queridísima Leila🤭.

Sin nada más que decir.

Se despide.

Ale🥰