Capitulo 37

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De vuelta

Tres días después.

—Abre la boca.

Pide enseñando la cuchara de sopa que me trajo la enfermera recetada por la doctora.

—Si sabes que tengo dedos y manos para alimentarme ¿No es cierto?.

Inquiero alzando una ceja de indignación. De todas formas abro despacio la boca ingiriendo el alimento.

—Lose pero solo quiero ayudarte.

Contesta sonriendo satisfecho por haber logrado su objetivo.

—Si saben que estamos justo aquí.

Chillán Nick y Mark asqueados por nuestra cursilería. Solo me río y Tristán se une haciendo eco en la habitación.

—O callesen solo están celosos que no tiene un par.

Reclama Nadia rodando los ojos.

—Ni siquiera se están besando.

Acusa Amelia.

—Aún...

Murmura Tristán a mi lado dando una sonrisa pícara.

—Iugh, ya entendimos. Nos vamos.

Se marcha Nick con Mark siguiendo sus talones.

—Nosotras también, no queremos ver acción aquí.

Dijo Nadia levantándose saliendo de la habitación siguiendo los pasos de Amelia murmurando regalando una sonrisa coqueta.

No puedo estar más avergonzada sintiendo mis mejillas caliente tornando en un tono rosado, lo único que recibo es una carcajada incontrolable de Tristán a mi lado, lo golpeó dando un manotazo en su brazo de mi mano sana

—Auh, por que fue el golpe.

—Solo cállate.

Murmuro aún sonrojada, esta es la primera vez que me sucede esto.

—Oh vamos Bombón sabes que tu eres irresistible.

Lo ignoro arrebatando la cuchara de golpe, si seguimos hablando así me pondré roja como un tomate, aunque ya lo hayan logrado hacerlo.

—Ya te he dicho que no me llames Bombón.

—No te quejabas antes.

Alardea sonriendo coquetamente acercándose y quitando el plato vacío colocándolo en la mesita.

Bufo, tiene razón.

—Como digas, me quiero ir.

Murmuro, ya me siento incómoda por estar más tiempo en esta estúpida camilla.

—Calmate ya te dije que nos van a avisar.

Recalca tomando su asiento, se acerca sobandome los nudillos con su pulgar en forma circular tratando de tranquilizarme.

Lo quedo viendo al ver el gesto, regresa la mirada acercándose despacio rozando nuestros labios, sin más me besa olvidando del secuestro, de mi torpeza, de todo los problemas que me e cargado. Enrollo mis brazos con cuidado alrededor de su cuello tratando de acercarlo más a mi, no nos hemos besado después de las tantas peleas absurdas creadas por mi celos, siento su lengua juguetona pasar en mi boca danzando contra la mía. Con una mano la coloca atrás de mi nuca profundizando el beso, al principio era suave y delicado ahora es salvaje incontrolable. Alboroto su melena atrayendo más a mi.

Al Filo del DescarrioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora