Miénteme

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-¿Cómo estas? -Can me acaricia el brazo con disimulo y yo lo retiro lentamente, haciendo que frunza el ceño.

-Tenemos que hablar. -Can asiente con el ceño fruncido y me sigue hasta el archivo en el que se refugia mi personaje. Y yo también.

Cuando llegamos apoyo los muslos en la mesa, observando a Can. Él me mira con expresión interrogante, como si no supiera nada. A lo mejor no sabe nada. La voz de Can, hace callar mi subconsciente.

-¿Y bien? ¿qué pasa? -dice acercándose a mi.

-He visto las fotos.

-¿Qué fotos?

-Las fotos con Elif.

****

-¿Estás así por esas fotos?

-¿Cómo quieres que esté? estoy harta de que aparezca siempre que no estoy contigo.

-Si estuvieras siempre conmigo no habría problema. -dice fanfarrón.

-No estoy de broma, Can. -cuadro los hombros y me incorporo. -¿Sigues teniendo algo con ella?

-¡Por allah! no puedo creer que me estés preguntando eso Demet. -Can suelta un bufido de puro enfado. -No tengo nada con Elif, nada.

-¿Y qué hacía allí?

-No lo sé. Yo estaba con mis amigos y llegó, le pregunté como había ido el juicio y me levanté a por una copa. Ya está.

-¿Ya está?

-¡Si, ya está! -grita, enfadado. -Fueron dos minutos y justamente en esos dos minutos hicieron las fotos. No tiene ninguna importancia por eso ni siquiera te lo había contado.

-Vale Can.. -me acerco a él, más calmada. Él se sujeta el puente de la nariz con el índice y el pulgar mientras anda de un lado para otro. -Lo sien..

-No, no digas que lo sientes. -me corta. -Estoy cansado de que no confíes en mí, de tus dudas, de que no me creas. ¿Cuántas veces te he dicho que te quiero? ¿cuántas veces te he dicho que estoy enamorándome de ti? -Can respira trabajosamente y las lágrimas se acumulan en mis ojos, tiene razón. -Nada de eso es suficiente para ti. Ni mis palabras, ni mis hechos. 

-Ya lo sé, he hecho las cosas mal, muy mal. Sólo puedo pedirte perdón y que me entiendas. ¿Qué podía pensar al ver esas fotos?

-Es mejor pensar lo que quieras antes de preguntármelo a mi, ¿no? estoy cansado Demet. Esto no va a ninguna parte, no funciona. Se acabó. -él se da la vuelta, cabizbajo y agarro su brazo antes de que salga por la puerta.

-Lo siento, lo siento mucho. Siento todas las dudas, el tiempo que has estado esperando, los celos, lo siento todo. -consigo que me mire y me armo de valor. -Te quiero Can Yaman, te quiero tanto que por eso tengo todas estas dudas, este miedo a que salga mal. No te puedo dejar escapar. Miénteme y dime que no me quieres, dime lo que quieras, me lo merezco todo, pero no puedo dejarte ir.

Él no dice nada. Deslizo la mano por su brazo hasta enlazar sus dedos con los míos, con cariño, intentando que no tire todo esto a la borda por mi culpa. Apoyo la otra mano en su pecho y noto como se acelera el ritmo de su corazón. Nuestras respiraciones aceleradas retumban en el silencio del archivo, acerco mi cuerpo aún más al suyo y rozo mi nariz contra la suya de manera tímida, íntima. Acerco mi boca a la suya y.. Se aleja.

-Necesito pensar, Demet. Necesito tiempo.

Can se da la vuelta y soltándome la mano, se va. Las lágrimas que tenía retenidas, salen sin previo aviso. Me siento en la silla, desahogándome durante unos minutos hasta que escucho con más fuerza el murmullo de toda la actividad de trabajo que se ha levantado en la planta de arriba.

Mi mejor destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora