Ángel

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Él me mira, preguntándose qué estoy haciendo. Bien, mira ahora Can Yaman.

-Todo el mundo merece una segunda oportunidad en la vida. -suelto tranquilamente y vuelvo al hilo de la conversación sin inmutarme. -Y sobretodo si es tu hermano. -me sale una pequeña sonrisa sin poder evitarla. -Creo que debes escucharlo.

Nos miramos durante unos segundos, esperando a que Cagri grite el corte de la escena, pero antes de ello, Can decide cambiar el guión también.

-Qué bueno que estés aquí conmigo. -las lágrimas acuden a mis ojos con rapidez, pero consigo retenerlas. -Me has subido mucho el ánimo. -remata Can.

-¡Corten! -grita Cagri.

Can se queda mirándome y yo me giro hacia Cagri, que viene hasta nosotros con entusiasmo. Espero que no haya que repetir la escena.

-Muy bien chicos, ya podéis iros a descansar. -Can y yo nos levantamos a la vez con rapidez. -Arreglad lo que esté mal entre vosotros, nada de lo que haya pasado puede superar lo que tenéis juntos.

*****

Can y yo nos miramos mutuamente, pensando en las palabras de Cagri. Quizás tiene razón y por muchos impedimentos y enfados que haya, esto no puede romperse.. O quizás ya está más que roto. Esa simple idea, me hace sentir tan mal que salgo lo más rápido que puedo del hospital. Huyendo hacia mi coche. ¿Cómo puede ser que algo como conducir, que no me gusta nada, se convierta en uno de mis salvavidas?

..

Pasan los días y no vuelvo a hablar del tema con Can. Nos tratamos cordialmente como unos compañeros más y poco más. El sábado por la tarde recibo en mi casa a Beste, que acepta la propuesta de venirse a vivir conmigo unos días para ayudarme a decorar el piso nuevo y poner todo en orden. Comenzamos a colocar las cosas en su sitio y sacamos las piezas de cerámica de las bolsas de seguridad.

>>Durante varios minutos, charlamos entre nosotras mientras explotamos burbujas y colocamos las cosas aquí y allá. Beste me habla sobre la ruptura con su último novio, el pancetas. Le apodo así porque es de Estados Unidos y le encanta comer panceta, siempre que salíamos a comer pedía lo mismo. Beste se ríe cuando le revelo el apodo que le había puesto en secreto y seguimos hablando entre risas, como una especie de terapia para las dos.

-Echaba de menos verte sonreír así, Demo. -dice mi amiga mientras me abraza.

-Yo también echaba de menos sonreír así.. -el silencio se instala en la habitación mientras nos abrazamos la una a la otra. -Oye, ¿vendrías conmigo a por un regalo?

-Claro que si, ¿dónde tenemos que ir?

-¿Te acuerdas donde me llevaste una vez a grabar? las rocas que están en frente de la Torre de la Doncella.

-¿En Salacak Mahallesi?

-Sí, el otro día vi una tienda de vinilos, quiero comprarle uno a Can por su cumpleaños.

-¿Vas a intentar recuperarlo?

-Claro que si, le quiero. -Beste amplía su blanca sonrisa al escuchar mi respuesta y yo le pego con el bolso, haciéndole reír. -¡Venga vamos!

El camino hacia Salacak Mahallesi desde mi piso nuevo es más largo que desde donde vivía antes, aun así gracias a la conducción temeraria de Beste, llegamos antes de que cierren la tienda. La dependienta nos reconoce con rapidez y se desvive en atenciones hacia nosotras, me resuelve todas las dudas sobre los tocadiscos y al final me llevo el que me asegura que es de mayor calidad.

Mi mejor destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora