Te cuidaré

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-¿Demet? ¿Demet? -la voz de Can me saca de mi ensoñación y corro hacia el salón derrapando por el pasillo, esquivando con habilidad a Civan.

-Estoy aquí. Voy a bañarme, ¿te vienes?

-Creo que no deberías acercarte mucho a mí, puede ser contagioso.

-Creo que debes dejar de decir tonterías. Me da igual si es contagioso, no voy a separarme de ti. -él sonríe conmovido y yo le doy una palmada en el culo con cariño. -Venga, ven a bañarte conmigo..

****(+18)****

-Demet, de verdad que es.. -me quito la camiseta con lentitud y sus palabras se cortan de golpe. Mis pezones se fruncen bajo la tela del sujetador por el frío haciendo que Can de un paso hacia mí. -Contagioso.

-Me da igual que sea.. -desabrocho el sostén con lentitud y la tela de seda negra cae resbalándose por mi cuerpo. -Contagioso. -continúo con mi pantalón, agachándome sin doblar las rodillas para bajarlo hasta mis tobillos. Can coge aire y yo sonrío. -Bueno, tendré que bañarme sola..

Doy pequeños pasos, concentrándome en insinuarme más de lo normal. La respiración de Can se vuelve trabajosa y escucho como gruñe unos pasos más atrás. Me río en silencio y le insulto mentalmente. Es un cabezón. Me giro una última vez antes de encaminar el pasillo, intentándolo convencer.

-¿De verdad no vas a venir?

-¿Por qué me haces esto? -dice con los puños cerrados a ambos lados del cuerpo y con el ceño fruncido por la crispación.

-¿Qué estoy haciendo? -me río y él se enfada. -Si no me das tu cariño tendré que..

No termino de decir la frase cuando él está encima mía. Su boca asola la mía con fuerza, sin previo aviso. Me empuja contra la pared del pasillo con brusquedad y enrosco mis piernas en su cintura. Antes de ser consciente, me sujeta las dos muñecas con una de sus manos por encima de mi cabeza y me inmoviliza contra la pared con sus caderas. Con la otra mano tira de mi pelo hacia atrás, dejando mi cuello libre, completamente a su merced. Can reparte besos y mordiscos por mi garganta sin ninguna prisa. Su erección se hace notable bajo sus vaqueros y sin ningún remordimiento comienzo a moverme sobre él.

>Sus besos se hacen más intensos, baja por mi cuello, mordisqueando mi clavícula y siguiendo hasta los pechos con un reguero de besos. Mis gemidos inundan el aire mientras me endurece los pezones con su lengua. Ambos nos miramos y las chispas que hay entre los dos parece que vayan a provocar un cortocircuito. Can suelta mis manos con rapidez y mientras nuestras bocas vuelven a encontrarse, me da un azote. Pica. Pero aun así sonrío cuando lleva su mano hasta la cintura de su pantalón para liberar su erección.

-¿Lista? -pregunta con la voz ronca.

No me da tiempo a una respuesta lógica cuando ya está dentro de mi. Contengo un gemido mientras siento que mi cuerpo vuelve a arder. Me pellizca suavemente los pezones y siento como mi cuerpo se vuelve lava.

-Estás más que preparada.. -dice sonriendo.

-Contigo siempre. -sonrío de la forma más perversa que puedo mientras el placer invade todo mi cuerpo.

-Mm.. Eres.. Muy.. Peligrosa. 

Cada una de sus palabras van acompañadas con una nueva embestida. Me sujeta las caderas con las manos y comienza un bombeo infernal. Gritamos al unísono, cogiendo aire entre besos y mordidas. Mi cuerpo vuelve a ser suyo una vez más y me da la sensación de que me va a partir en dos, pero del placer. Sus manos me aprietan con fuerza las caderas y yo tiro de su pelo con fuerza. Nos corremos a la vez. Su gruñido de satisfacción y el mío de felicidad plena resuenan en el silencio del pasillo e irremediablemente, rompemos a reír.

Mi mejor destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora