Sonrío y me apego aún más a él. Si pudiera fundirme sería más fácil. Miro mi mano y sonrío al imaginar un anillo en él. Hace meses la idea del compromiso podría haberme resultado un tema intocable y ahora estoy deseando caminar de la mano de mi hermano hacia Can. Cierro los ojos sobre su pecho. Me quedaría a vivir aquí. Él cambia sus caricias a mi pelo pero dos minutos después no puede aguantarse más y, apartándome ligeramente, lo suelta:
-No puedo más, quiero saberlo. Dímelo.
Me levanto de la cama sintiéndome nerviosa de repente y camino hacia la ventana. Puede o no puede ser pero.. Allá voy. Me giro hacia Can y me siento enfrente suya. Él me mira con la impaciencia brillando en sus ojos y yo sonrío insegura.
*****
-No sé si estoy en lo cierto pero.. Creo que estoy embarazada.
Can abre los ojos conmocionado, me mira fijamente pero no mueve ni un solo músculo. Sus ojos enrojecidos se quedan tan quietos que me asustan y acercándome a él, muevo la mano delante de su cara.
-Can. Can.. Can. ¿Can? ¿Estás bien?
Alargo la mano para acariciar su cara y por fin da señas de ser un humano. Can parpadea con rapidez y me mira. Sus ojos tienen un brillo que se me hace imposible de adivinar. Sujeto sus manos entre las mías y decido hablar, ya reaccionará.
-No es nada seguro, Can. He tenido algún síntoma y tengo dos semanas de retraso pero puede ser simplemente un desajuste hormonal, no tiene por qué ser un bebé. -le hablo con suavidez para no asustarle. -Quiero ir al médico para estar completamente segura.
-¿Un bebé? -susurra. Yo asiento. -¿Un bebé nuestro?
-No es seguro Can..
-Vamos a tener un bebé. -dice en voz baja, hablando consigo mismo. -¡Vamos a tener un bebé!
Can se levanta con rapidez de la cama y comienza a andar de un lado para otro, abre la ventana, baja la persiana, la sube, echa la cortina, cierra la ventana, abre el armario y se cambia de camiseta y de pantalón. Se acerca hasta donde estoy y sin previo aviso me coge entre sus brazos. Suelto un pequeño grito de la impresión. Se ha vuelto loco, le hemos perdido completamente. Cruzamos el pasillo en silencio y aprovecho la postura para olisquearle el cuello. Cierro los ojos rendida. El olor de Can es mi olor favorito en el mundo.
-¿Te has dormido? -pregunta Can, sacándome de mi burbuja.
-No, sólo estaba disfrutando de tu olor. ¿Estás bien?
-Más que bien. -sonríe y sus oyuelos se intuyen incluso con su barba.
-Me encantan tus oyuelos, ¿lo sabías?
-Pronto los verás, tengo que afeitarme para el servicio militar. ¿Crees que me darán permisos al ser padre? no quiero perderme ni un segundo de nuestro hijo. -habla con rapidez, eufórico.
-Can, aún no lo sabemos. ¿Puedes esperar? no tendría que haberte dicho nada.
-Es mi hijo, ¿no?
-¿Cómo? bájame. Bájame. -Can me suelta en la entradita de la casa y le miro enfadada. -¿Cómo puedes preguntarme eso?
-Tranquila mariposa, tranquila. Me refiero a que no puedo esperar porque es mi hijo, quiero conocerle ya.
-Quizás es tu hija y no tu hijo. -digo riéndome. A Can le brillan los ojos con intensidad.
-Ahora que lo dices.. Quiero una hija. Una niña morena, con tus ojos, tus labios, tu sonrisa. Quiero una hija con las orejas puntiagudas como una hada, como tú. -dice, apartándome el pelo y colocándomelo detrás de la oreja. -Me encantan tus orejas.
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Mi mejor destino
FanfictionDemet Özdemir estaba saturada de trabajos que no le convencían, hasta que le llegó una oferta realmente buena a la que no tardaría demasiado en decirle que sí. Llamada por el contexto del proyecto y por los actores involucrados, dará un paso hacia u...