Mi mejor destino

Taxis

Cuando nos recomponemos y nos decidimos a salir, los flashes saltan directos a nuestras caras. Joder. Paparazzis.

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Anil y yo, que hemos sido los primeros en salir, entramos rápidamente de nuevo para cambiar nuestros planes. Al final decidimos encontrarnos en otro punto y que Can coja otro taxi. Salgo con rapidez y los flashes de los paparazzi me ciegan durante unos segundos. Voy hacia la calle que está al lado del local, buscando el taxi que habíamos pedido Can, Anil y yo. Ando todo lo rápido que puedo y pienso por un momento en mis pintas; un moño mal hecho, todo el maquillaje desaparecido.. Vamos a tener noticia para bastante tiempo.

Can y Anil se quedan ligeramente atrás, andando más lentamente. Los paparazzi me rodean entre ellos antes de llegar al taxi y comienzan las preguntas.

-¿Mantiene una relación con el señor Can Yaman? ¿Ha roto su relación con Seckin por él?

-¿Qué dices? -es lo único que llego a responder.

-Hay rumores de que están juntos, ¿qué dice sobre eso? 

Las preguntas me sobrepasan y en seguida está a mi lado Can, que gruñe ligeramente ante las preguntas. Los paparazzi se acercan aún más a nosotros y extiendo una mano para pedirles que no se acerquen más. Empiezo a agobiarme. Can se para  mientras Anil me alcanza y la mayoría de periodistas se quedan con él mientras que a nosotros nos siguen dos cámaras. Suspiro aliviada. Sonrío apretando los labios al oír la única respuesta de Can a todas las preguntas que le hacen.

-¿Puedes pedirme un taxi, por favor? gracias.

..

Damos vueltas durante diez minutos, quedando unas calles más atrás con Can. Estoy llamándole cuando llegamos a por él. Los flashes vuelven a saltar sobre nosotros. Él entra con rapidez en el coche cuando sale Anil para dejarle sitio, y se sienta con él mientras disimulo con el teléfono. Cuando nos vamos, siento que los nervios desaparecen ligeramente.

-No podía contestar al teléfono, me escuchaban. -dice Can disculpándose.

-No pasa nada. 

-Demet.. -su voz suena preocupada y me giro, mirándole por detrás del asiento del conductor. -¿Estás bien? 

-Sí, no te preocupes. -Can agarra mi mano con cariño, frotando su dedo en la palma de mi mano. Miro de reojo al conductor que sonríe levemente. -Luego hablamos.

...

Cuando llegamos a casa son cerca de las cinco de la mañana. Me tumbo directamente en el sofá y maldigo a todo lo que se me cruza por la mente al recordar que mañana tenemos grabación y hay que madrugar. El agua de la ducha comienza a sonar con fuerza cuando Can comienza a ducharse y me levanto con rapidez del sofá, apeteciéndome una ducha caliente antes de dormir unas escasas horas.

>Cuando abro la puerta del baño el vapor me golpea en la cara con fuerza y cierro la puerta con cuidado para no hacer ruido. La mampara empañada dibuja la silueta del cuerpo de Can bajo la cascada de agua. Le observo unos segundos. Él se apoya en la pared mientras el agua golpea en su nuca y baja con fuerza por su espalda, mojando sus músculos. La boca se me hace agua.

>Me quito la ropa con rapidez, tirándola por cualquier parte del baño. Entro en la ducha y abrazo a Can desde atrás. Mi piel se eriza ante el contacto de mi cuerpo contra el suyo. Acaricio sus pectorales, sus abdominales, arañándole con suavidad. Reparto besos por su espalda con cariño y él comienza a temblar ligeramente. Sonrío y soplo sobre su piel. Él jadea.

-Me vas a matar. -dice con la voz ronca, llena de deseo. Suelto una risa nerviosa y él se gira.

Los mechones oscuros de su pelo caen sobre su cara. Se los pongo detrás de la oreja con cariño, aprovechando para acariciarle. Perfilo con un dedo sus cejas, su sien, el perfil de su nariz bajando hasta sus labios. Sus músculos se contraen y yo me estremezco ante él. Me pongo de puntillas mientras el agua cae sobre mi espalda, ahora menos caliente, y lamo su labio superior con lentitud. Él abre la boca, deseoso de más y con una calma premeditada, lamo su labio inferior antes de mordérselo.