Jimin era un muchacho encantador, dulce, amable y muy inocente. Su angelical voz era música para los oídos de cualquiera, verlo era igual de placentero que oírlo, sus facciones eran tan finas, sus labios eran tan carnosos y suaves, la forma en la que sus ojos desaprecian cuando sonreía. Todo en el era tan puro, hasta sus gustos, ningún niño de su edad tenía los mismos gustos que él, eran muy infantiles, peluches, series animadas, colores pasteles, sin duda era un niño especial.
Jimin estaba listo para ir a su cuarto decorado con flores y colores claros, y más importante sus animales de peluche, el rubio ya tenía su adorable pijama azul claro y su pequeño oso de peluche en la mano. El día había transcurrido tranquilo, hasta que llegó la hora de dormir, Jimin llegó llorando al cuarto de su madre, que se encontraba con un cliente en su habitación.
-¡¡Mamá!! ¡¡No encuentro a Señor Lobo!!- gritó el rubio abriendo la puerta encontrándose con una escena bastante indebida para su inocente mentalidad, un hombre agarraba bruscamente a su madre de la cintura mientras que su madre se encontraba en el piso con sus piernas totalmente abiertas.
-Mami? Quien es este hombre? Porque está encima tuyo??- preguntó el pequeño niño temblando, pensando si el hombre que estaba lastimando a su madre haría lo mismo con él.
-Jimin!! Cuantas veces te he dicho que cuando estoy con un cliente te quedes en tu habitación??- la señora estaba enojada con su hijo, siempre perdía sus clientes porque Jimin llegaba mientras tenía relaciones con ellos y la atacaba con sus estúpidas preguntas inocentes, si, y era bastante inusual que el hijo de una prostituta fuera así de inocente y no supiera nada de sexualidad, pero Jimin nunca preguntaba más que cuando encontraba a su madre con esos hombres en las noches cuando se suponía que estuviera dormido, nunca preguntó porque su madre llegaba tarde, o porque nunca estaba presente en la casa, ni tampoco porque nunca cuidó del como todas las otras madres lo hacían con sus compañeros de clase.
Lo único audible en la silenciosa habitación fue un fuerte golpe, seguido por el sonido de la cabeza de Jimin colisionar fuertemente con el piso, su madre había golpeado la ahora roja mejilla de Jimin.
-M-mami p-porfavor....- rogaba el pequeño bulto tirado en el el frío piso, con un tono casi inaudible
-Ya tuve suficiente contigo!! ¡Yo nunca pedí que nacieras, condenaste mi carrera, mi cuerpo y mi vida!!- en este momento probablemente los vecinos estarían afuera de su casa con refrescos y palomitas escuchando la fuerte disputa que se llevaba a cabo, pero nadie se atrevía a preguntar que estaba sucediendo, menos a llamar a la policía por disturbio doméstico, nadie nunca lo hacía. A la mañana siguiente ninguno se dignaba a mirar a Jimin, saliendo del edificio con un ojo morado y rasguños en sus brazos, guardaban silencio. No importaba que pasara, Jimin mantenía esa hermosa sonrisa que tanto lo caracterizaba.
-Vete a tu cuarto!! Antes de que cometa un homicidio! – explotó, Jimin lloraba, corrió hasta su cuarto, corrió a más no poder, el camino hacia su habitación se sentía como un laberinto, vueltas y pasillos eternos, sus ojos llorosos, su carita roja de tanto llorar, sus pequeñas manitas aferrándose con su vida a su animal de peluche, sus pisadas apresurada retumbaban en las paredes hasta el punto de hacer sus pies doler, seguro que mañana saldrían ampollas de la forma de brusca de pisar las tablas de madera que adornaban el pasillo.
Llegó a esa habitación tan conocida, donde pasaba la mayoría del tiempo cuando no estaba en el colegio, no salía, nunca fue fanático de tomar paseos solo, pues no tenía amigos cuales lo acompañaran. Apenas entró a esa fría habitación se lanzó al espacio entre la cama y la mesita junto a esta.
-Teddy..... Por lo menos aquí estaremos a salvo...- habló con voz entre cortada por el llanto que no dejaba de salir de sus ojos.
-Aunque no tengamos al Señor Lobo con nosotros vamos a estar bien...Señor Lobo!! Al fin te encuentro!!- pronto las lágrimas se detuvieron y una sonrisa se formó en su cara.
-Oh Señor Lobo he tenido un día muy difícil...- las lágrimas amenazaban con volver a comenzar a salir.
-Mami otra vez se comportó mal con nosotros......mejor vayamos a la tierra de los sueños Señor Lobo...-
La noche había sido muy larga para el pequeño Jimin.
Holi soy nueva en esto, espero que este fanfic no quede kk y sea de su agrado, van a seguir siendo capítulos cortos(? ya que no tengo tanto tiempo para escribir, siempre escribo en los recreos del colegio....
me ayudaría mucho si votan uwu
bye las amo 737r