POV Narradora
-Yoongiiiii- el pequeño estaba aburrido en la cama del alfa. El día era ventoso, el invierno ya se estaba pasando. El sol entraba por las ventanas iluminando toda la habitación, el alfa estos días la pasaba en frente de esa computadora todo el día. Al parecer tenía que trabajar hasta tarde pero a Jimin no le agradaba esta idea en lo más mínimo. El pequeño terminaba sus clases muy temprano, las cuales recibía en la gran casa ya que, Yoongi no quería dejarlo salir tan fácil desde lo de Jeon. Jimin tampoco se veía muy emocionado de estar entre tanta gente que no conocía. Jimin ha superado gran parte lo de Jeon, casi nunca habla de eso con el alfa. Lo único que eso causaba era mucha más preocupación, a menudo Yoongi se preguntaba si se estaba dejando todo el dolor adentro de el.
En lo profundo de la noche, lo despiertan pequeños sonidos y quejidos de Jimin. Jimin rogaba mientra estaba dormido, a veces gritaba asustado, a veces era como si toda la habitación estuviera llena de monstruos invisibles a los ojos del alfa. Monstruos que podría llegar a ver Min si tan solo su novio se los enseñara, si tan solo los compartiera con el. El alfa se sentía inútil, no sabía muy bien lo que le habían hecho a su cachorro dentro de esa casa y se sentía responsable por todas y cada una de ella aunque fueran desconocidas. Min se lo tomaba con calma ya que no quería presionar a su novio con preguntas que lo fueran a hacer llorar.
Aunque todo lo que estaba pasando con el cachorro, Min sentía que lo iban a poder superar. El hecho de que Jimin no le contara nada era solo una piedra en el camino, ellos superaron un muro tan alto que parecía imposible pero lo lograron. Las personas hablan, juzgan las parejas por como manejan las cosas pero la verdad es solo están celosos. Min sentía que de la mano de Jimin podía hacer cualquier cosa, que podría atravesar cualquier muro y obstáculo en el camino. Si tan solo tenía a Jimin a su lado todo sería posible, que podría mover montañas. Se sentía tan fuerte y valiente como si estuviera soñando con los ojos abiertos, lo hacía sentir tan vivo. Cuando dos personas se aman basta con ese sentimiento para poder rescribir todo lo que estaba escrito.
Al ver esa pequeña carita llena de pecas y esos hermosos mofletes se sentía tan feliz de tener a alguien como Jimin en su vida. Haría cualquier cosa para poder estar con el, pelearía por el y por el amor que los dos tenían. La gente mala que quiera separarlos no tienen ni la menor idea de con quien se están metiendo, el amor que se tenían esos dos era mucho más grande que cualquier cosa bizarra que intentara separarlos.
-Hyung deje de trabajar y venga présteme atención!- el alfa se veía tan concentrado que no le había escuchado a Jimin. Jimin se encontraba usando una de las camisas de trabajo del mayor, le gustaba mucho usarlas ya que, siempre estaban frías y olían al alfa. Jimin se paró rápidamente y se fue al escritorio de alfa. Se sentó en el escritorio sin importarle los papeles que quedaran atrapados debajo de sus caderas. El alfa al fin lo volvió a ver y alzó una ceja ya que, Jimin nunca era tan descarado, tal vez era una parte del pequeño que el alfa no había visto aún.
-Por lo menos puedes trabajar en la cama para poder sentarme en tu regazo?- una mirada inocente se salió de sus ojitos. Sus grandes ojos expectantes decían porfavor.
-Está bien- el alfa se levantó y caminó hasta la cama donde se sentó y poso la computadora en sus piernas para que Jimin se pudiera sentar en su regazo. Todo iba saliendo de acuerdo al plan de Jimin.
-Ven siéntate pero tengo que seguir trabajando.- Jimin puso sus piernas a los lados de la cadera del alfa y sentó justo arriba de ese punto. El pequeño sabía que si se movía mucho el alfa notaría su plan. Después de unos largos y aburridos minutos oliendo el cuello del alfa, Jimin comenzó con la parte divertida de su plan. Comenzó a moverse haciendo líneas con su caderas.