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"De pronto la rosa se dejó tentar por la oscuridad, dejó de ser roja y se volvió negra"

Estoy tan emocionada.

Eso es lo único que puedo decir en este momento.

Me encuentro frente al espejo examino mi lindo uniforme, este no es nada comparado al otro. Me gusta mucho más.

Escucho golpear la puerta para que enseguida se abra, es mamá.

—Y ¿cómo estás?— pregunta mamá con emoción.

—Muy nerviosa —juego con el brazalete de cruz qué hay en mi mano derecha, es un recuerdo que me dio Carrie y Greer para que siempre esté protegida.

—Lo sé cariño— mamá se acerca y toma mi mano—Eres una increíble chica, le agradaras ¿ya rezaste?.

—Si, ya lo hice— le sonrió—¿Crees que logre hacer amigos?.

—Claro cariño, no te preocupes — mamá siempre es tan buena—Ahora toma tus cosas y baja.

Mamá sale del cuarto, me acerco al espejo y me doy una última mirada para enseguida tomar mis cosas y bajar a la primera planta.

Abajo se encuentra desayunando papá y mi hermano pequeño, Jagger.

—Hola cariño— papá me saluda despegando su vista del periódico.

—Hola — me acerco y beso su mejilla para luego tomar asiento junto a Jagger.

—¿Preparado?— pregunto sonriendo, Jagger es el tipo de hermano con el cual te llevas bien y hay una buena confianza, a pesar de tener diez años.

—Claro, ya quiero conocer el lugar— me sonríe también.

—Coman niños, tenemos que irnos— mamá nos apresura.

Le doy varios bocados a mi tostada.

—¡Vamos!— nos llama mamá.

Tomamos rápidamente nuestras cosas y salemos de casa en dirección al Mercedes Benz de papá. Entramos y papá conduce, él le dijo a mamá que no era necesario que trabajara.

Finalmente llegamos y papá detiene el auto afuera, él se voltea hacía nosotros.

—Si necesitan algo no duden en llamarme a mi o a su madre— se nota que también esta nervioso, a través del vidrio observó el gran edificio.

—Estaremos bien— me giro hacia él—No te preocupes.

—Si, claro. Los quiero — dice papá, nos bajamos del auto y todas las miradas van hacia nosotros.

Con Jagger solo caminamos rápidamente hacia adentro, al llegar el se va por su lado. Camino varios pasillos para encontrar mi salón, pero finalmente lo encuentro.

Al golpear la puerta me abre una mujer de cabello rojizo y anteojos.

—Usted debe ser Lacey Maggnuson — Ella me examina con la mirada—Pase y déjeme decirle que llega tarde.

Al entrar al salón veo que está repleto y todos me miran, nunca me había sentido tan avergonzada.

—Déjeme presentarles a Lacey Maggnuson, su nueva compañera durante el resto del año escolar — todos escuchan atentamente a la profesora—Espero que le den un buen recibimiento.

—Claro que lo haré — dice un chico castaño desde atrás.

—Damon— lo regaña la profesora a lo que el chico agacha la cabeza con una la sonrisa, ella se voltea hacia mi—Puedes ir a tomar asiento.

—Gracias— asiento con la cabeza, aprieto los cuadernos a mi cuerpo y camino hacia el banco que está vacío en la tercera fila a la derecha.

Al llegar al puesto varias chicas no  quitan la vista de mi, hablan entre ella. Tomo asiento.

—Hola — me susurra la chica que está junto a mi—Soy Camille.

—Ya debes saber mi nombre— trato de parecer lo más amigable posible.

—Si, Lacey. Espero que te agrade este lugar— dice para enseguida voltear su vista al pizarrón.

Luego de una hora termina la primera clase, me pongo de pie y creo que es hora que vaya a comprar algo para desayunar porque muero de hambre.

—¿Y hacia donde vas?— me pregunta Camille, mi compañera de banco.

—Tengo mucho hambre, creo que voy a la cafetería— digo mientras guardo todas mis cosas en mi bolso.

—Si quieres te acompaño, no hay problema— ella toma su bolso—Así también no te pierdes.

—Eso sería grandioso — tomó mi bolso y salemos juntas.

—¿Puedo preguntarte algo?.

—Claro, lo que quieras — caminamos por el pasillo principal.

—¿Quien eran las chicas de atrás? no quitaban la vista de mi — al preguntar eso su rostro cambia.

—Son Darla y Jossie,son como las diosas del lugar. Lo más genial de este lugar— me explica mientras caminamos.

—Se ven amistosas — me escojo de hombros.

—Solo espera unas horas y las conocerás— toca mi hombro, doblándose el pasillo y allí están ellas junto a un grupo de chicos.

—Las cristianas nos dan alergia — dice la rubia—Preferimos que vuelvan al convento de donde vinieron. Y como se va las tranquilas son las más zorras.

Auch, creo que eso va dirigido hacia mi.

Todos en el lugar se ríen, yo solo sigo caminando con Camille.

—Es la encarnación del Diablo — dice ella mirándome—Es imposible hacerla desaparecer, pero ignorarla me resulta.

No puedo evitar soltar una risa.

🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸🌸
Babys

Espero que les allá gustado.

Aquí está el primer capítulo.

No crean que será como una copia de la serie de élite porque trato de hacerlo más original.

Si me inspiro en algunas series, pero solo un poco.

Nos vemos.

Élite: la sociedad de los chicos rebeldes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora