—¡___, no sé cómo hacer esto! —te gritó Draco desde el segundo piso de la mansión Malfoy.
Cerraste el biberón con leche, entre risas ante la desesperación de tu novio, y subiste hasta la habitación de su pequeño hijo.
Entraste al gran lugar y ahí estaba Draco, en una esquina al lado de la cuna, moviendo al pequeño Scorpius entre sus manos para que dejara de llorar de manera tan descontrolada.
—Este niño no se calla —te reprochó con el ceño fruncido, aunque sabías que fingía la molestia. Ese bebé era su debilidad.
Te acercaste con una sonrisa y le entregaste el biberón.
—¿Qué? ¿Y si lo tiro? —se preocupó mejorando el agarre con el pequeño rubio.
—Ya le diste de comer una vez —le recordaste con frustración.
—Pero él no estaba llorando ni era de noche ¡y casi lo tiro!
Hiciste una mueca al recordarlo. El primer mes de Scorpius, Draco entre la emoción intentó tomarlo con un brazo y darle la mamadera. Si no fuera porque Narcissa estaba a su lado, el bebé caía al piso en el instante que el padre soltaba ambas manos de él para agarrar el artefacto. Luego de eso no se animó a ser el sostén del niño.
—Solo quita una mano de encima suyo —le indicaste con cuidado, dejando el biberón en una repisa y poniéndote del otro lado de Scorpius por si a Draco se le ocurría no hacerte caso— ¡Pero no la que lo sostiene de abajo!
Draco se apresuró a corregirse. Quitó la mano contraria con cuidado y tembloroso tomó la mamadera para llevarla a la boca del bebé. Scorpius hizo una mueca tierna antes de aceptar la mamadera, dejando atrás el llanto. Draco sonrió de a poco, y cuando vio que podía controlar la situación utilizó un aire de suficiencia que solo te hizo rodar los ojos con diversión.
—No era tan difícil ¿ves?
Draco asintió con una sonrisa antes de cambiar el semblante a preocupación cuando Scorpius comenzaba a toser y moverse. Notaste el espanto de tu novio, entonces tomaste a tu hijo entre brazos de manera que no se ahogara.
—Eso puede ocurrirle —le aclaraste.
—¿Y si se moría? —dijo de forma extremista.
Te reíste mientras intentabas que Scorpius hiciera provecho.
—Amor, se nota que no sabes nada de bebés.
—Tu puedes porque estuvo dentro tuyo por nueve meses. Incluso te quiere más —señaló al pequeño Malfoy—. Conmigo se porta mal.
Moviste un poco al menor para que Draco lo observara con detenimiento. El niño abrió sus ojos como platos, dejando ver ese hermoso color gris tan característico de él como de su padre.
—Pero se parece a ti —dijiste. Era cierto, sus facciones eran idénticas aunque apenas tenía ocho meses—. Es un bebé, no tiene un papá favorito.
Te quedaste un momento observándolo de manera desentendida hasta que captaste su reacción. Miraba fijo a su hijo, que se movía inquieto entre tus brazos y señalaba a Draco con una gran sonrisa. Él estaba enternecido con esa acción.
—¿Quieres tomarlo de nuevo? —propusiste sonriendo.
Draco asintió, moviéndose a una silla mecedora que estaba al otro lado de la cuna. No cualquier clase de silla, una de buen material que él mismo había mandado a hacer, con formas de serpientes talladas. En su primer momento la idea era que toda la habitación estuviera amoldada a ese animal. Una cuna, mecedora, cambiador, ropero, coche... Delirios de tu novio que te habían costado mucho explicarle lo incómodo que podía llegar a ser.
Draco extendió los brazos y tú dejaste al bebé sobre él. Ahora se mordía la mano y miraba a su papá con ternura, acto que él le devolvía mientras lo acunaba y le murmuraba.
—Él es mi hijo favorito —sentenció mirándote con una media sonrisa.
—Draco, él es tu único hijo —le recordaste.
—Por ahora —te guiñó un ojo.
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𝑯𝑨𝑹𝑹𝒀 𝑷𝑶𝑻𝑻𝑬𝑹: 𝑰𝑴𝑨𝑮𝑰𝑵𝑨𝑺 𝒀 𝑷𝑹𝑬𝑭𝑬𝑹𝑬𝑵𝑪𝑰𝑨𝑺
FanfictionImaginas y preferencias de los personajes de "Harry Potter" Gracias por el apoyo❤️ «» Primera publicación 15/12/17 [La historia fue publicada hace años, la narración podría ser mucho mejor, los errores no han sido corregidos para mantener los coment...