VII. Mejoras

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Me asomo a la barandilla del podio para ver con claridad las pruebas que se están llevando a cabo. Por ahora han chutado dos y ninguno de ellos ha conseguido aprobar el examen, todo va según lo previsto.

Se me hace impossible no sonreír ante el echo de que puede que así las cosas les resulten un poco más fáciles a Arion, Riccardo y Victor, el cual está allá en medio del campo plantado como si fuera un jodido dios griego.

¿Cual fue la ultima vez que mantuvimos relaciones sexuales? Hace mucho, des de que comenzó la concentración. Y a parte de eso, la situación de no poder verle me estresa, digo, luego de esto tendré que irme al espacio, y será aún peor que antes, cuando yo estaba en Inglaterra y el en Japón.

Suspiro, perdiéndome en mis pensamientos. Cuando termina la dichosa prueba espero a Victor en la entrada del campo sentada en unos sofás de terciopelo rojos, con el ordenador portátil encima de mis piernas, terminando de revisar su próximo plan de entrenamientos. He elegido alguna de los ejercicios favoritos de David y los he fusionado con los que me aburren más. Creando así una perfecta tabla de entrenamientos.

-Ya estoy ¿Nos vamos? -Escucho a Victor decirme, así que levanto la vista para observarle, y se me dibuja una enorme sonrisa cuando lo veo. Así que apago el portátil y lo guardo en mi mochila todo lo rápido que puedo. Para así levantarme  y colocarme a su lado, mientras salimos entre el bullicio de gente.

Suerte que no me he olvidado el cubrebocas en el hotel esta vez.

-¿Vamos a ver a tu hermano como le prometimos? -Pregunto, entrelazando nuestros dedos, y sonriéndole por debajo de la tela.

Este me asiente con la cabeza, besándome la frente. A los pocos minutos dejamos de ver tanta gente y empiezo a reconocer ciertas calles, y se que estamos a mas o menos un cruce del Hospital cuando pasamos por la panadería Han. Allí hacen el mejor pan que he probado en toda mi puta existencia.

Seguimos caminando así, en silencio, hasta que llegamos en frente de la habitación de su hermano y por fin puedo quitarme el molesto cubrebocas de la cara. Que lo único que consigue es darme claustrofobia.

Y casi al instante siento sus labios presionarse sobre los míos, y como se mueven casi imperceptible, succionando un poco mi belfo inferior cuantos separamos. Mis ojos caen en que sus labios ahora brillan con el pinta labios que me había aplicado, casi del mismo tono de piel que el mío, pero que en Victor se nota bastante. Así que con mi dedo pulgar intento quitárselo un poco, y cuando creo que es suficiente me separo.

Este abre la puerta de la habitación de su hermano, el cual sonríe al vernos -Hola chicos ¿Como está yendo todo? -Pregunta, dejando su móvil de lado y concentrándose en nosotros.

-Pues bien, supongo -Se encoge de hombros mi novio mientras tira de mi para que nos sentemos en el sofá que está al lado de la camilla donde está su hermano.

-¿Supones? -Questiona, levantando una ceja y cruzándose de brazos.

-No mientas Victor, alguns de los jugadores están mejorando, incluso han mostrado interés en entrenar, aún que no estaban obligados a hacerlo -Le recriminó, frunciendo mis labios, no es bueno que le de esos sustos a su pobre hermano.

-Lo sé, pero no tienen el nivel suficiente -Me recuerda mirándome a los ojos, y juro que me quedaría así mirándolos todo el tiempo, me encantan, es como si pudiera definir un millón de estrellas.

-Hombre, eso está claro, a penas han comenzado hace dos semanas a jugar al futbol. Y ya juegan un campeonato a nivel mundial -Bueno, a nivel mundial, mundial, más que nada los que hacen es defendernos de la invasión inminente, pero mejor me callo.

Distancia [Victor Blade]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora