VIII. Gir

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Maratón 1/2

- A ver -Me llama la atención Michael, usando un tono de voz un tanto asqueado -¿Porque nuestro equipo tiene que llevar este dichoso uniforme?

Me miro en el espejo de cuerpo entero que hay en la sala, pues yo no me quejo, al menos es igual para chicos y chicas, y no enseño medio culo todo el tiempo, aún que es cierto que vamos a morirnos de calor con esto puesto. Pero tampoco es tan incomodo.

-Venga chicos que más da -Me sorprende la alegría de Aitor, haciendo movimientos raros cerca de Rosie, quien le sonríe sin quitar su vista de el- Con este uniforme te mueves mejor.

-¡Ya no tenemos ninguna reserva! -Grita Riccardo para que todos le hagamos caso- ¡Así que no podemos perder! -Pero los jugadores Del Dorado hacen caso omiso a las palabras del capitán, eso si es molestia. Al final no logramos uniros a tiempo para el partido, supongo que todo se resolverá en el campo, si no... Podré intentar hacer algo sola pero, su juego se asimila demasiado al mío, no creo poder hacer mucho.

Me acero por detrás e Riccardo, abrazando por la cintura, y apoyando mi mentón en su hombro. Realmente odio todo esto, estoy cansada de tener que defender el futbol. Suspiro un poco, a veces incluso me quita las ganas de seguir jugando. El chico que soporta mi peso apoya sus manos con las mías. Pero antes de que pueda decirme algo escuchamos pasos venir hacia nosotros, okay son nuestros rivales.

Delante de nosotros aparecen Mehr y Ghiris, ella tiene el pelo largo de color lavanda y ojos azules. Lleva una diadema de color negro con una franja de color azul claro. En cambio el tiene el pelo rubio claro, ondulado y hasta los hombros. Tiene los ojos azules y lleva gafas.

-De modo que vosotros series mis rivales -Se colocan observándonos de pies y cabeza, como escaseándonos, odio que la gente haga eso -Tiene toda la pinta de que me voy a aburrir mucho -Nega con la cabeza mientras suspira.

Engreída.

-Tu estabas junto a Symone cuando atacasteis El Dorado -Hace memoria Riccardo, intento deshacerme del abrazo, pero el agarra mis brazos, manteniéndolos en esa posición.

Bien, no diré nada ofensivo o de mal gusto lo pillo -Vaya, ¿Así que me recuerdas? -Se ríe un poco, guiñándole un ojo a Riccardo, siento como un escalofrío le recorre el cuerpo.

-Por supuesto querida -Habla el muchacho a su lado- Te aseguro que cuando alguien contempla tu poder y belleza no puede olvidarte jamás.

Y justo después de eso salen juntos agarrados de la mano hacia el campo, olvidando nuestra existencia, que asco esas parejas tan cursis por dios. Como este todo el partido así me muero pero bien muerta y tres metros bajo tierra.

-¿Pero que les ha dado a esos? -Pregunta Aitor acercándose a nosotros, y esta vez si deshago el abrazo con Riccardo, colocando al lado de Michael. Espero y todo salga bien.

[...]

El arbitro da inicio al partido, sacando nosotros de centro, le paso la pelota a Gamma, quedándome inmóvil en mi sitio. Lo siento chicos, pero debo seguir ordenes, estiro mis brazos por encima de la cabeza, caminando desinteresadamente hacia una de las bandas. Sentando allí, me cruzo de piernas y finjo un bostezo -Que aburrido -Musito, dejando a todo el estadio baca abierto.

En los primeros minutos del partido Riccardo intenta combinar su juego con los demás jugadores Del Dorado, pero al igual que en los entrenamientos cada uno va por su banda, y algunas veces puedo ver como Ricardo o Michael me miran suplicantes, a la espera de que haga algo para vencer. Y no me sorprende, después de haber visto como machaco a la selección española yo también esperaría mucho de mi. Pero en cambio estoy aquí sentada sin hacer nada. Bueno o eso es lo que ellos deben estar pensando, porque mis ojos no pierden detalle de sus movimientos, analizándoles y evaluando sus puntos fuertes y débiles.

Distancia [Victor Blade]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora