Twenty-Fourth Side

51 9 9
                                    

—¿Diga? —Collin descolgó el teléfono apurado, aún con la chaqueta a medio poner.

¡Pásame a Suzz inmediatamente, Collin! —exclamó el que el rubio reconoció como Freddie.

—Buenos días, Freddie —saludó con calma el muchacho pasando el brazo izquierdo por la manga de su prenda—. Me imagino que ya han llegado las...

¡Una semana de antelación! ¡Tengo unas cuantas cosas que decir sobre esta descortesía!

Collin no pudo reprimir una risilla por la alteración del interlocutor. Vio llegar a Suzzanne del dormitorio a paso lento bostezando, mientras le observaba con recelo por oír la voz al otro lado del aparato.

—Te paso con ella, Freddie —anunció él sin dilación viendo como la expresión de Suzzanne se tornaba descontenta.

La chica agarró el teléfono y lo dejó suspendido en el aire unos momentos hasta que se lo llevó a la oreja— Suzzanne al habla.

¡Suzz! Dios santo, sólo una semana. ¿Te parece bonito, querida? —Freddie no perdió un segundo en cuanto la escuchó hablar.

Ella se rascó la cabeza y vaciló aún adormecida— Bueno, pero...

¿Cómo se supone que vamos a ayudarte si nos lo dices con siete tristes días de margen? Puñetas, eres un caso.

—No tenéis que ayudarme, ¿qué...?

¿¡Cómo que no tenemos que ayudarte!? Suzz, es tu boda. ¡TU boda!

—Ya, pero...

En fin, no te preocupes que ya lo he planeado todo.

—¿Que has planeado todo...? —Suzzanne reprimió otro bostezo por la sorpresa de lo que oía.

Seguro que tú piensas ir a un bar de carretera con un bizcocho casero y unas plataformas moradas. Que te veo venir, querida —rió tras decir aquello, obligando a Suzzanne a esbozar una sonrisa divertida.

—Va a ser una ceremonia sencilla, sí, pero...

¡Nada de peros! ¡Es tu boda! No podemos estar desperdigados en moteles ni en cuchitriles. ¡Es una obviedad!

—Oh, por Dios —se sobó los ojos con el dorso de la mano y estiró el cuello para desperezarse—. Freddie, ¿no pensarás montar la velada del siglo? Yo también te veo venir.

Claro que no. Con lo soso que es Collin sería francamente imposible, cielo —volvió a reír sin pudor, volviendo a forzar a la muchacha a contener la risa.

—... No me servirá de nada oponer resistencia, ¿cierto? —se agarró el hombro con la mano y negó con la cabeza. Recibió un simple asentimiento por parte de Freddie y resopló—. Haz lo que te de la gana.

¡Esa es la respuesta que esperaba!

—Como sea, extorsionador —soltó una risotada al escuchar las quejas de él—. Oye, ¿me puedes poner con Amanda? Quiero preguntarle algo.

Sí, voy a por ella —dijo rápidamente. Suzzanne alcanzó a oír el sonido de sus pisadas por la casa llamando a la chica.

—¿Cuántos puñeteros metros de cable tiene tu teléfono? —volvió a romper en risas siendo consciente del recorrido que estaba haciendo Freddie.

Nunca son suficientes, ¡los teléfonos son un incordio! —dijo con dramatismo—. Amanda, es Suzz.

¡Hola, Suzza-a-anne! —saludó la chica a trompicones de forma aparatosa.

—¿Amanda? —cuestionó la pelirroja.

Ay, perdona. Me tropecé con el cable —de fondo podía oírse la risa maléfica de Freddie—. Pero... ¡Madre mía, Suzzi! ¡T-te vas a casar!

—Ya lo creo —dijo la muchacha sonriente, fingiendo que se reía de alegría y no contagiada por Freddie—. Quería hablarte de mi propuesta. ¿Lo harás?

Uf, Suzzi... Es que yo —carraspeó un poco con nervios— no sé si soy la más indicada para ser tu dama de honor...

¡Tonterías! Lo hará, Suzz. Ya la convenzo yo del todo en estos injustos siete días hasta el sábado —intervino Freddie de repente.

—De verdad que me haría muchísima ilusión, Amanda —dijo Suzzanne con convicción.

La morena al otro lado de la línea hizo una pequeña pausa— Claro que lo haré, Suzzi. ¡Cuenta conmigo!

—Me alegra muchísimo que aceptes. ¡Gracias! —Suzzi hizo una gran sonrisa al oírla.

—Suzzanne, tenemos que irnos en diez minutos —Collin regresó hasta la sala de estar.

—Chicos, nos vemos el sábado. Y, Amanda, échale un ojo a Freddie. Que no alquile el palacio de Buckingham ni nada así, ¡por favor! —bromeó la muchacha haciéndole un gesto con la mano al rubio detrás de ella.

No prometo nada, querida —respondió el aludido de fondo mientras Amanda reía—. Pero de momento olvídate de ceremonias sencillas.

KEEP YOURSELF ALIVE #3: Both Sides Now ♕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora