Thirty-Third Side

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Suzzanne respiró con agitación, apartando los rizos de su rostro como podía para que no tocaran la taza del retrete. Oía a lo lejos, a través de las paredes del servicio, el solo de guitarra de Tangerine de Led Zeppelin, aplacado por sus oídos algo taponados y la distancia. Escupió una última vez al interior del váter y se puso en pie lentamente, apoyándose en la pared. Tosió un poco con el ardor en la garganta y se preguntó si alguien habría sido capaz de oírla vomitar a través de la puerta cerrada.

Una vez recompuesta, se enjuagó la boca en el lavabo y retocó su maquillaje para disponerse a salir. Esperaba que, al llegar a la mesa donde había dejado a Roger y Evelyne charlando y haciéndose carantoñas, no estuvieran todavía los demás. Por lo menos esperaba encontrar sólo a Collin con ellos, al que había llamado por teléfono en una cabina para pedirle, casi rogarle, que se uniera a ellos por la noche en el pub al que decidieron ir a pasarlo bien. Se aferraba a la posibilidad de que si Collin estaba cerca, sería menos incómodo. Como solía ocurrirle desde hacía un tiempo. Su único pilar para lo difícil, así era.

—¿Suzzi? —al salir del baño y pasar junto al de hombres, una voz familiar le habló. Brian le puso una mano en el hombro, sonriendo con ilusión—. ¡Hola!

—Ah, ¡Brian! —exclamó saliendo de su últimamente habitual cadena de pensamientos y casi entrando en pánico—. ¿Ya estáis aquí?

—John y yo nos hemos adelantado, a Freddie le ha interceptado un grupo de fans y casi que le hemos dejado tirado —dijo riendo con un poco de malicia al final.

—Vaya —Suzzanne rió un poco también, aún fatigada por haber devuelto hacía pocos minutos. Tragó saliva antes de preguntar y hallar todos sus temores—. ¿Y Amanda?

—Claro, vino con nosotros. Freddie sabe que lo pasa fatal con tanta gente —señaló hacia el interior del pub—. Se fue a pedir algo en la barra con John.

—Iré a saludar, nos vemos ahora —le sonrió una vez más y comenzó a caminar, pero su mano le agarró el brazo antes de poder irse.

—¿Te encuentras bien, Suzzi? —preguntó con ojos preocupados—. Pareces cansada.

—No duermo muy bien últimamente, ¡pero estoy bien! —volvió a sonreír arrugando un poco la nariz, aunque no pareció convencer a su amigo—. Tengo mucha sed, creo que me apetece un tequila.

—Malo para la sed eso —bromeó él, aún escrutando ligeramente a la muchacha—. Voy ahora a la mesa con vosotros.

Suzzanne asintió y escapó de su agarre en dirección a la barra. No tardó en ver a John y Amanda. Tenía un peso en la lengua, como si un resorte sujetando las palabras que no debía pronunciar amenazara con saltar directo a la cara de la chica a la que se acercaba a saludar.

—¡Hola, chicos! —se limitó a decir cuando estaba detrás de ellos.

—Qué hay, Suzzi —Deacon le dedicó su característica expresión achinada al girarse para verla.

—Hola, Suzzi —Amanda se pasó un mechón de pelo detrás de la oreja y se toqueteó un poco el flequillo inconscientemente, sonriendo también. Parecía tranquila. Ajena a cualquier dificultad. Y Suzzanne podía notar el resorte tensarse cada vez más.

—¿Te pido algo? —preguntó John justo antes de que ella fuera a decir algo.

—Un tequila, porfa —dijo dándole una palmadita cariñosa en el hombro—. ¿Cómo está Veronica?

—Está bien, en casa con los niños —dijo él mientras pedía la tercera bebida.

Los tres charlaron hasta llegar a la mesa redonda donde ya estaba Freddie con la pareja de rubios, y Suzzanne quiso salir corriendo antes de ponerse a gritar. Pero no lo hizo, y optó incluso por sentarse a su lado. Freddie también pareció agitarse cuando la vio acercarse, pero también permaneció en su falsa calma.

KEEP YOURSELF ALIVE #3: Both Sides Now ♕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora