KEEP YOURSELF ALIVE #3: Both Sides Now ♕

Forty-Ninth Side

—¡Helena! ¡Ábreme de una vez! —exclamó ante la puerta cerrada de la entrada, apenas audible por los golpes de martillo del interior de la casa. Pasados unos momentos por fin cesó el ruido. Los pasos de su hermana avisaban de que se acercaba a abrir.

—¿Suzzi? ¿Desde cuándo estás aquí? —preguntó al ver a la pelirroja cruzada de brazos frente a ella.

—Llevo aquí diez minutos, ¿quién te crees que aporreaba la puerta?

—Pensaba que era la vecina otra vez, no deja de quejarse por el ruido —dijo Helena con exasperación.

—Pobre de ti, la gente no tolera nada —dijo con sorna la pelirroja riendo un poco—. Anda, déjame pasar y dame agua. Con este calor me va a dar algo.

—Bueno, bueno —Helena volvió adentro, dejando paso a su hermana.

Suzzanne pasó directamente a la sala de estar y soltó el bolso a su lado en un sillón.

—¿Se puede saber qué mueble te ha ofendido tanto como para que estés arreándole con ese martillo así? —dijo Suzzi cuando Helena volvía con un trozo de pastel galés y un vaso de agua para ella.

—Estoy desmontando una estantería vieja de arriba, es enorme. Toma, lo he hecho esta mañana —colocó el plato de pastel delante de ella en la mesita—. ¿Y tú no trabajas hoy? Es lunes.

—Tuve que trabajar el fin de semana, hoy me han dado el día libre —Suzzanne sonrió de oreja a oreja—. Además cojo vacaciones en dos días.

—¿Es por eso que pareces de tan buen humor? —curioseó Helena suspicaz sentándose en el reposabrazos del sofá.

—No especialmente —Suzzanne se bebió el vaso de agua de un trago bajo los atentos ojos azules de su hermana.

—¿Te ha pasado algo bueno últimamente? —insistió la rubia con tono inquisidor.

—Sólo estoy contenta, nada más —dijo Suzzi pestañeando varias veces, y cogiendo un pedacito pequeño de pastel y dejando el vaso vacío a su lado.

—Tú y tus misterios —Helena negó con la cabeza haciendo reír a Suzzanne, y se sentó en el sofá cruzando las piernas.

—El lunes que viene Collin y yo nos vamos a Londres, a pasar unas semanas en casa de Freddie y Amanda —Suzzanne imitó la postura de Helena y entrelazó los dedos.

—Anda, qué bien. ¿Y eso?

—Se han empeñado, y además porque Evelyne y Roger le están organizando una fiesta de cumpleaños a Freddie. Espero que sea algo tranquilo, no me apetece mucha juerga.

Helena la observaba de lado con una expresión de cierta sospecha, pero suspiró y sonrió.

—¿Qué pasa? —Suzzanne alzó la vista a ella.

—Nada, es que —se calló un momento y volvió a sonreír— te veo bien. Y me alegra.

La pelirroja frunció un poco el ceño y rió— Claro que estoy bien, ¿por qué no iba a estarlo?

—Para mí eres un enorme libro cerrado, Suzzi. Nunca sé lo que te pasa por la cabeza —la zarandeó por un brazo bromeando—. Pero ahora sí que pareces estar contenta.

—No te preocupes por mí, Helena. Todo me va estupendamente —Suzzanne le cogió una mano y se la apretó con afecto.

Después de un par de horas, Helena le deseó a su hermana que se lo pasara bien en Londres y la despidió en la puerta. Suzzanne se marchó a casa con una pequeña sensación de culpa por no haber sido del todo sincera con su hermana, y es que la razón por la que Suzzanne estaba de tan buen humor no eran sus vacaciones ni mucho menos. Desde hacía tres meses Collin y ella habían estado intentando que ella se quedara embarazada, y por fin parecía haber funcionado. Tenía un retraso. No podía estar más emocionada, pero aún no había dicho ni una palabra a nadie. Ni siquiera a Collin. Quería estar segura antes de dar la gran noticia. Aún así ella estaba casi convencida de que aquella era la buena.

Finalmente se había dado cuenta de que no tenía que seguir preocupándose por lo mismo de siempre. Había decidido enfocar todos sus esfuerzos a crear una familia, y todo lo demás había quedado relegado a un segundo plano. No más remordimientos ni más arrepentimientos. Eso se había acabado. No más cargas que arrastrar. Se sentía ligera como una pluma, e invencible. Y así era como quería que fuera.