Fifth Side

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Miró a ambos lados del cruce y condujo hasta el final de la calle. Cuando llegó al número correcto, tiró del freno de mano y apagó el motor. Salió de su ford cortina del 66 y se acercó a paso ligero a la casa de su hermana. Ella ya la había visto llegar por la ventana, así que abrió antes de que tuviera que llamar.

—Pasa, Suzzi. No quiero que entre el frío en casa —avisó Helena haciéndole un gesto con la mano.

—Sí que hace mucho frío, y encima se me ha roto la calefacción del coche —la muchacha se abrazó a sí misma quejumbrosa—. Nos pasamos el año esperando a que termine el verano y cuando llega diciembre, no lo queremos ni en pintura.

—Venga, que he preparado budín hace un rato —Helena se adentró en la cocina—. ¿Quieres té?

—Sí, necesito algo calentito —Suzzanne pasó al salón y se sentó en el suelo junto a la chimenea—. ¿No está Charles?

—Se queda hasta tarde en la oficina hoy —explicó la hermana desde la otra habitación. Pasado un rato, apareció en la sala con un trozo de budín de pan y mantequilla y una taza de té.

—Mil gracias, vengo hambrienta —Suzzanne sonrió frotándose las manos ante el fuego. Después se giró a la mesita de café para dar tiento a lo que le había traído Helena.

—Oye, Suzzi, creo que estás trabajando demasiado —dijo directamente la rubia sentándose en el sofá y entrelazando los dedos de ambas manos.

—Qué va, estoy esforzándome pero no tanto —le quitó importancia negando con la cabeza.

—¿Qué pasa con tus amigos de Londres? No hablas con ellos desde que viniste aquí, ¿no? —Helena hizo una expresión intranquila.

—¡Sí que hablo con ellos! El otro día estuve charlando con Mary y Regina. Estaban en casa de Regina, y...

—A parte de Mary o Regina —insistió ella. Suzzanne se quedó callada un momento, mirando de forma remolona a otro lado.

—Puede que nos hayamos distanciado un poquito —respondió apocada dando vueltas al tenedor en el plato—, pero siguen siendo mis amigos. ¿Por qué me preguntas eso?

—Me preocupo por mi misteriosa hermana y su indescifrable manera de hacer las cosas.

—Qué exagerada —Suzzanne hizo una mueca.

—Ah sí —Helena se dejó caer hacia atrás en el sofá más relajada—. ¿Sigues viendo a ese Collin?

—Así es —dijo Suzzanne con calma, llevándose el tenedor en la boca saboreando el budín—. El otro día me pidió que saliéramos juntos.

La rubia se quedó asimilando lo que había dicho, hasta que se quedó desconcertada con la conclusión— ¿¡Que salgáis juntos!? ¿¡Pero como novios!?

—Sí —Suzzi asintió dando un sorbo al té.

—¿¡Y qué le has dicho!? —siguió preguntando Helena muy sorprendida.

—Le dije que sí.

Su hermana abrió la boca hasta el suelo y alzó ambas manos en incoherencia.

—¿Qué pasa? ¿No te gusta Collin? —preguntó la pelirroja tranquilamente.

—No es eso, pero —Helena reflexionó por unos momentos— ¿te gusta a ti?

Suzzanne volvió a probar el preparado con lentitud, retrasando el momento de responder— Supongo.

—¿Supones? —su hermana bufó—. Yo realmente no lo veo tu tipo.

—¿Por qué dices eso? —la chica alzó una ceja y bebió de la taza otra vez, para después colocar las manos a su alrededor—. Me lo paso bien con él y es inteligente.

—Ya, si eso está muy bien —Helena se rascó la nuca con una expresión de duda—. Si estás segura, pues bueno.

—Pero Helena, que sólo vamos a salir. No es como si me fuera a casar con él —Suzzanne soltó una risilla—. Por cierto, el budín está de muerte.

KEEP YOURSELF ALIVE #3: Both Sides Now ♕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora